Cuando nosotros fuimos estaban de vacaciones de Julio y varios de los gurises habían vuelto a sus comunidades de origen, aunque otros muchos se quedaron y luego de las presentaciones formales nos dieron una cálida bienvenida con danzas originarias y terminamos todos bailando y divirtiéndonos con ellos.
En los días que estuvimos allí y compartimos su día a día aprendimos sobre la vida en el Chaco Boliviano tanto físicamente, como lo que es sentir la falta de agua para ducharnos dado que los inviernos son extremadamente secos y la poca agua que hay se utiliza para cocinar, como cultural y espiritualmente, aprendiendo al menos una pequeña parte de su cultura costumbres y vivencias en historias, videos y danzas con las que nos enriquecieron pero más que nada en su cotidianidad por su manejo del tiempo ya que, contrariamente a nosotros que vivimos una vida apresurada y pensando en el futuro, ellos viven de forma mucho más pausada y el día a día, tomándose mucho tiempo para reflexionar en silencio y muy poco para hablar.
Allí aprendimos que hay 36 naciones indígenas originarias reconocidas en Bolivia, cada una de ellas con su propio idioma y cultura y en el Chaco propiamente dicho habitan mayoritariamente los Guaraní y los Guaynaiec. Dentro del pueblo Guaraní se diferencian tres grupos que viven en distintas zonas geográficas como son los Isoseños, los Simbas y los Avas y con jóvenes de este contexto funciona la escuela.
La
escuela, si mal no recuerdo, funciona en un régimen trimestral en que cada
estudiante reside 3 meses en la misma y luego vuelve 3 meses a su comunidad de
origen a practicar o ejercer lo aprendido y cada comunidad envía a la escuela a
estudiar a jóvenes idóneos en los distintos oficios que brinda la escuela según
sus necesidades.
Como
todo en la vida es un ida y vuelta, nosotros también les compartimos parte de
nuestra historia y cultura. A mí me mandaron al frente para hacer una introducción de la
historia del Uruguay para ponerle contexto a la película “La Redota” que
llevamos para compartir con ellos y luego Víctor le dio el cierre a la
compartida nocturna.
Marta
como pediatra intercambió ideas de embarazo y parto con la gurisada además de
compartir cuál fue su motivación para elegir su carrera, Numila aportó sobre
su experiencia en pedagogía, área en la que se desempaña y Víctor como médico dio una charla sobre la higiene en la salud.
Mientras tanto Erik y yo reparamos algunas computadoras y ayudamos a los jóvenes a crearse un correo electrónico ya que disponían de una sala de computadoras e internet.
Los
cielos nocturnos, tanto aquí donde nuestras moradas estaban a cierta distancia
del centro de reunión como en San Antonio donde también estuvimos varios días,
eran realmente mágicos por poderse ver las estrellas en todo su esplendor por
la falta de luz artificial que las eclipsaran e invitaban a paseos nocturnos
muchas veces en silencio donde rumiábamos lo vivido en el día y algunas veces
compartíamos esas reflexiones y sentires entre nosotros, lo que ayudó a crear
un vínculo inolvidable que hasta el día de hoy se mantiene…
Si
bien estuvimos sólo tres días, considero que fue una experiencia única, muy
intensa, ilustrativa y beneficiosa, ya que seguro todos
aprendimos algo y salimos muy distintos de como llegamos en aspectos que hasta
el día de hoy tal vez no logramos dimensionar…
Un fuerte abrazo para todos en la Tekove y muchas gracias a mis compañeros de viaje que cada tanto me tiran algún recuerdo o aporte para estas memorias!!!
Leo y cía…
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