EN TUPAMBAE, recordamos a las mujeres que fueron madres para nosotros. Invocamos una bendición para las madres presentes y cada una recibió un hermoso regalo.
Ademas dimos gracias por las "madres" religiosas, que han consagrado su vida para acompañarnos al encuentro con Jesús. Como las dos religiosas son Peruanas y sabemos lo que es estar lejos de la familia, en otra cultura... comentamos el evangelio con un relato misionero de Peru.
EL SOPLO DEL ESPIRITU SANTO
LA HIZO MADRE
Cuenta el relato misionero que el sacerdote visitaba la comunidad de la montaña cada dos años.
Si, asi es la realidad de muchas comunidades en la montaña, en la selva, en los desiertos... donde las comunidades cristianas no tienen un " cura" permanente... porque son comunidades alejadas de las principales poblaciones.
Estas comunidades son llevadas adelante por catequistas del lugar o por mujeres religiosas que siguiendo el mandato Jesus: Vayan a Galilea... ellas se han ido para ahi...
Cuenta el relato misionero que al llegar el "cura" muchas personas aprovechan para celebrar el sacramento de la reconciliacion- confesión.
El curita pasaba horas y horas escuchando a las personas. Invocaba el perdon de Dios y despues les decia unas palabras acompañado del gesto de soplarle la frente:
- Que el Espiritu del Padre Dios,
que nos ofrece Jesús,
cubra tu persona
e ilumine tu mente.
Despues se despedía de cada persona y le decía:
- Confía en Jesús, en su Espíritu, en Dios Padre el te mostrara el camino del Amor.
Entre tantas personas que recibieron el perdon sacramental , esta bendición y consejo, lo recibió doña Teodora.
Ella era una mujer de mediana edad que parecía ser una abuela muy mayor. Vestia siempre ropa oscura. Caminaba encorvada. Y se repetía una y otra ves :
- ¿ Porqué siempre a mi?
La verdad ni habia tenido una vida fácil. No conoció a su padre. Su mama falleció cuando ella era niña. Se caso joven. No pudieron tener hijos. Y enviudo hace unos meses.
Habia razones para "embegecerse" ... y haberse encerrado en si misma. Realmente daba lastima.
Pero era una mujer de fe. Por eso aprovecho a confesarse - reconciliarse. Tambien hizo suya la bendición y las palabras del misionero. Creyó y espero en Dios...
Pasaron unos cuantos años para que el sacerdote regresara. Los compromisos en la ciudad. Las lluvias. El frio o calor... siempre el mal espiritu pone una escusa para atornillarnos en nuestra zona de confort. Y para que los mas alejados, excluidos en todo, tambien sean excluidos por la iglesia.
Quitándole la opcion preferencial por los " empobrecidos" el maligno siembra deseos de poder y otros males en las comunidades cristianas.
A los años el misionero regreso a aquella comunidad alejada. Justamente al llegar el vecindario estaban en un velorio.
Lo primero que le sorprende es ver tantos jovenes y niños tristes. Penso que habria sido una muerte prematura de un niño o un joven. Y quizas tragica.
La alegría del pueblo fue grande al ver que justo llegaba el misionero. Lo invitaron a celebrar la misa de cuerpo presente.
El misionero al comienzo de la celebración pidio testimonios sobre la persona por la cual daban gracias a Dios por su Amor y confiaban en que Dios Amor la haria parte de la resurrección eterna.
Para sorpresa del cura los testimonios de amor se referían a doña Petrona. El la recordaba muy bien. Parecía una persona muerta en vida. Sin ningun proyecto, sin amor ni siquiera a si misma.
Los testimonios contaban que despues de aquella misión de hace unos años. La mujer habia decidido cada domingo hacer pan casero y llevarselo a los jovenes y niños que subían a la montaña en busqueda de señal para sus celulares y computadoras.
Contaban que ella llegaba con el pan, un poco de leche hervida, extendía un mantel y esperaba que cada uno de ellos se desprendiera de su medio de comunicacion... y se sentara.
Contaban que al principio solo era comer y beber rapidamente. Porque ella solamente ponía una condicion para compartir el pan y beber la leche gratuitamente. La condicion era : desconectarse de la tecnología.
Era un sacrificio liberarse, para los niños, jovenes y adultos. Por eso al comienzo no se saboreaba los alimentos para volver a conectarse.
Pero poco a poco todo fue cambiando. Fuimos cambiando decia un joven. Ella nos escuchaba con su mirada. Nos preguntaba cosas de nuestra vida. Nos señalaba algun ave que nos sobrevolaba. Cerraba los ojos y nos invitaba a sentir el sol, la briza...
Nos hacia vivir momentos en familia, casi todos sentados escuchandonos, riendo, contando cosas de nosotros, aconsejandonos unos a otros, y escuchando la naturaleza.
Asi fueron sus ultimos años de vida. El espíritu soplo. Ella se dejo guiar. El le fue mostrando el camino del Amor, de la vida verdadera: que es darse sin esperar.....
Hermosooo!!!
ResponderEliminarQué lindo..
ResponderEliminarHermoso relato..
Así tenemos que desconectarnos de la tecnología más seguido..
Un abrazo para la comunidad..