RECONCILIACIÓN COMUNIDAD DEL CERRO |
Queridos hermanos y hermanas, a través del Bautismo,nos integramos a una comunidad recibiendo: la vida nueva en Cristo.
Ahora, todos lo sabemos, llevamos esta vida «en vasijas de barro» (2
Cor 4, 7), estamos aún sometidos a la tentación del mal.
Por ello el Señor Jesús quiso que la Iglesia continúe su obra de
salvación por medio del sacramento de la reconciliación es un sacramento de curación, de poda de lo que no es bien. La imagen bíblica que mejor los
expresa, en su vínculo profundo, es el episodio del perdón y de la
curación del paralítico, donde el Señor Jesús se revela al mismo tiempo
médico de las almas y los cuerpos (cf. Mc 2, 1-12; Mt 9, 1-8; Lc 5, 17-26)
Celebrar el sacramento de la Reconciliación
significa ser envueltos en un abrazo caluroso: es el abrazo de la infinita
misericordia del Padre.
Recordemos la hermosa, hermosa parábola del
hijo que se marchó de su casa con el dinero de la herencia; gastó todo el
dinero, y luego, cuando ya no tenía nada, decidió volver a casa, no como
hijo, sino como siervo. Tenía tanta culpa y tanta vergüenza en su
corazón.
La sorpresa fue que cuando comenzó a hablar, a pedir perdón,
el padre no le dejó hablar, le abrazó, le besó e hizo fiesta. Pero yo os
digo: cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta.
Sigamos adelante por este camino. Que Dios os bendiga. También yo me confieso, recen por mi. Francisco Papa
COMUNIONES COMUNIDAD CERRÓ CUENTAS |
El gesto de Jesús realizado en la Última Cena es la gran acción de
gracias al Padre por su amor, por su misericordia. «Acción de gracias»
en griego se dice «eucaristía». Y por ello el sacramento se llama
Eucaristía: es la suprema acción de gracias al Padre, que nos ha amado
tanto que nos dio a su Hijo por amor.
Después de la comunión: se nos ofrece el sacramento de la «Confirmación» que nos aporta un crecimiento de la gracia bautismal: nos une más firmemente a Cristo; conduce a su realización nuestro vínculo con la Iglesia; nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no avergonzarnos nunca de su cruz
Después de la comunión: se nos ofrece el sacramento de la «Confirmación» que nos aporta un crecimiento de la gracia bautismal: nos une más firmemente a Cristo; conduce a su realización nuestro vínculo con la Iglesia; nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no avergonzarnos nunca de su cruz
Encendiendo en nosotros sus dones; Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza,
ciencia, piedad y temor de Dios. Recen por mi. Francisco Papa
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