No sabemos qué cambiará en el mundo después de esta pandemia…
Si sabemos que es una posibilidad de que nosotros cambiemos en algo para mejor.
Siento como compañeras y compañeros de camino, a los que tenemos ese mismo
propósito: “MEJORAR”. Nuestro ser, nuestra manera de relacionarnos, nuestra
vida es el mejor regalo para el otro, la mejor herencia que dejamos a la
humanidad.
1 - Primera pregunta:
- ¿Quiero mejorar mi vida?
Y ahí aparece algo clave en su vida, que como en la de
cualquiera de nosotros tenemos que tener muy presente, ser respetuosos y estar
atentos. Hay un tiempo para cada cosa. En todo camino, incluso los de
“perdición”, hay momentos de “dulzura”. Y en esos tiempos nadie se siente a
cambiar de camino. Pero como el ser humano nació para “la vida”, llega un
momento que se siente “insatisfecho” con el camino de “perdición”. Generalmente
esa insatisfacción lo lleva a “más de lo mismo”. Y es ahí “cuando toca fondo”, y es cuando se comienza a abrir a otra posibilidad de vida, que lo saque de esa situación
“de insatisfacción total o infierno”.
FRANCISCO, en las barras de amigo, en los boliches, en las
mujeres, en la caballería, “toca fondo”, después de haber estado preso y
enfermo. Y comenzó a rogar a Dios que lo ayudara. Según parece algo así entendió
que Dios le decía:
- “Francisco, es necesario que todo lo que, como
hombre carnal, has amado y has deseado tener, lo desprecies y aborrezcas, si
quieres conocer mi voluntad. Y después de que empieces a probarlo, aquello que
hasta el presente te parecía suave y deleitable, se convertirá para ti en
insoportable y amargo, y en aquello que antes te causaba horror, experimentarás
gran dulzura y suavidad inmensa”». El cambio de vida, significaba “cambio
de gustos”.
Tendría que dejar lo que “hoy gustaba” y comenzar a probar “lo que
hoy no le agradaba”. En cuanto a las relaciones humanas.
2- Segunda pregunta:
- ¿Cuáles son las relaciones humanas
con las que no hago el bien? ¿ Y cuáles son las personas diferentes que
rechazó?
DIOS RESPONDE
Y Francisco se abrió a buscar una nueva vida, y pudo decir:
- «Y
el Señor me condujo en medio de ellos [los leprosos] y practiqué con ellos la
misericordia. Y al separarme de los mismos, aquello que me parecía amargo, se
me tornó en dulzura de alma y cuerpo».
El centro de la iluminación que
recibe el joven Francisco está precisamente en «conocer la voluntad de Dios»;
para descubrirla es indispensable «despreciar, aborrecer, tomar distancia» de lo
que nos deshumaniza. El vencimiento de sí mismo, del ego centrismo, es ya un gran
paso de liberación. Aunque aún no se sepa cómo se vivirá la vida nueva.
La cercanía de Dios no es algo que se alcanza por prácticas
religiosas o buenos modales. Jesús se acerca a los que se reconocen pobre y
pecadores. Así lo vivió Francisco:
- Cuando estaba envuelto en pecados, me era amargo ver a los leprosos;
pero desde que el Señor me condujo en medio de ellos y los traté con
misericordia, lo que antes me parecía amargo se me convirtió en dulzura del
alma y del cuerpo».
Es Jesús mismo que nos propone y conduce a “nuevos
encuentros”. En nosotros esta dejarnos llevar, estar abiertos a lo nuevo, a los
que hoy e desagradan.
CONVERSIÓN:
El relato de encuentro con el leproso tiene varias
características. Dicen que “iba montado
en su caballo” y “se le cruzó un
leproso”; “él detuvo su andar, se bajó de su caballo”: “se acercó al leproso,
le dio una moneda, lo beso y volvía subir a su caballo y seguir el camino a
donde estaba yendo”.
Pero algo había cambiado dentro de sí, que lo llevo a
nuevas prácticas con los leprosos:
- «A los pocos días, tomando una gran cantidad
de dinero, fue al hospital de los leprosos y, una vez que hubo reunido a todos,
les fue dando a cada uno su limosna mientras le besaba la mano. Al salir [del
hospital], lo que antes era para él amargo, es decir, ver y palpar a los
leprosos, se le convirtió en dulzura.
Un encuentro, con Jesús vestido de leproso, nos puede
cambiar la vida. Lo que no significa que inmediatamente nuestra vida cambie.
Podemos mantenernos en el mismo camino “viejo” por un tiempo. Quizás incluso
podemos “parecer estar peor”. Pero por dentro “ya no somos los mismos”. Y ahí
hay que acompañar esa “semilla interior”, con gestos exteriores.
Francisco aún
en su vida de perdición, comienza a transformarse por dentro y tener gestos de
cercanía y solidaridad con los leprosos. «A partir de entonces comenzó a nacer
en él, un sentimiento de pobreza, que lo ponía en el camino de la humildad y
comenzó dedicar más tiempo a hablar con Dios. Y a relacionar a los leprosos con
la presencia de Jesús".
- Si antes rechazo
toda cercanía a los leprosos, incluso quitando su mirada de ellos si alguno se
aparecía en su camino, ahora los busca, porque ve en ellos a quien busca, a
Dios, como dice Isaías: que el cristo crucificado apareció despreciado por
asemejarse a un leproso. (Is 53,3-4)
3- La tercera pregunta es:
3- La tercera pregunta es:
-¿Estoy dispuesto a ser paciente
con quien se pone en camino de conversión?
- ¿Sabiendo que exigirá “compartir las
monedas y los besos, con los que no se presentan como merecedores?
Y sin duda, los amigos y familiares “creerán que enloquecí”
Y sin duda, los amigos y familiares “creerán que enloquecí”
nacho.
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