PABLO nuestro obispo, coordinador de la parroquia Catedral, a la cual hoy pertenecemos, hizo una propuesta NUEVA, (en sintonía con el Papa Francisco que propone una iglesia en salida) para la preparación a los bautismos: Ir al encuentro a la casa de los que bautizan.
ESTAMOS EN PRIMAVERA, es el tiempos de la vida que sigue naciendo. Los corderitos en el campo, los pichones de diferentes animales, las flores en los jardines, el clima que invita a abrir puertas y ventanas, que invita a salir... Como seres vivientes del mismo creador, también nuestro cuerpo y espíritu ESTÁ EN PRIMAVERA. No todos pueden ver un parto, un pajarillo volando de su nido, un pimpollo de rosas, un colibrí buscando néctar... No todos pueden percibir la briza en sus pelos sueltos, la caricia del sol en su cara, una noche estrellada, la luna en sus diferentes fases... No todos pueden sentir que su cuerpo y espíritu ESTÁ EN PRIMAVERA.
LA PALABRA, En tiempos de Jesús había muchos "ciegos", personas que no podían ver bien por donde caminar, y se ubicaban fuera de la sociedad, ubicándose (o las expulsaban) a la orilla del camino, cubriéndose con un manto. Sobreviviendo, pidiendo limosna. Uno de esos ciegos reconoce a Jesús como el hijo de David, el Mesías, el nuevo rey, y le pide ayuda. Los cercanos a Jesús quieren impedir este encuentro ya que "el enfermo" era considerado impuro, castigado y lejano a Dios.
Jesús se detuvo, y ordenó que lo llamaran. El hombre tiró su manto, dio un salto, se puso de pie y se acercó a Jesús. El cual sabiendo lo que él ciego necesitaba, busca que la persona misma descubra y exprese lo que quiere: ¿Que quieres? Reconociendolo como maestro el ciego pide: QUE PUEDA VER. Y Jesús le hace ver que SU FE es lo que lo salva, lo que lo hará ver y lo pondrá en la huella de Jesús. (Marcos 10, 46 - 52)
LA PRIMAVERA SE ESTÁ MANIFESTANDO HOY, en la creación, en la sociedad que está viviendo tiempos de cambio de épocas, en tiempos electorales, en la iglesia en plena propuesta de Sinodalidad... en el interior de toda persona humana. Si, hay mucha ceguera, en la sociedad, en la iglesia... hay muchas realidades fuera del amor, y todo parece cubierto por un manto oscuro, que no no nos permite ver el verdadero camino del amor. Sobrevivimos. Pero nuestra fe en Jesús nos hace creer que: él sigue acercándose a nosotros, para que podamos sentirlo, buscarlo y pedir verlo, para ver bien y elegir su camino de amor.
NOSOTROS CON FE EN JESÚS, aceptando la propuesta del Papa Francisco, ser una Iglesia en salida, realizamos una humilde misión por el barrio, realizamos cambios en la celebración apuntando a volver a celebrar como celebró Jesús, y celebramos el bautismo con el agua traída por la propia gente. Todo dio para todos: encuentros, miradas, palabras, abrazos, agua, alegría... fue una verdadera experiencia del Reino de Dios que nos hace vivir como hermanos, siendo diferentes.
Pidamos a Dios VER los nuevos pasos a dar en nuestra vida personal, social y de fe. El está en medio de la comunidad, aunque a veces los cercanos a él, pueden ser un obstáculo a superar para encontrarnos con Jesús. El nos llama a cada uno por nuestro nombre, con nuestra cegueras. Hay que sacarse el manto con el cual nos cubrimos, protegemos, dar un salto, ponernos de pie y acercarnos a la comunidad que camina con él.
En esta iglesia en salida, sinodal (caminando juntos con Jesús como referencia) recibió su bautismo Faustino, sostenido por su padrino Luciano y todos los presentes renovamos nuestro propio bautismo. Y nos preguntamos :
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