viernes, 6 de diciembre de 2013

II Domingo de adviento "Yo soy la servidora del Señor..."

VER:  Una buena costumbre anual es hacerse un chequeo médico, más después que pasamos los cuarenta. Por lo tanto el lunes tuvimos que madrugar para hacernos los análisis. ¡Me sorprendió la presencia juvenil al salir el sol!
Unos cuantos tomando mate en la empresa fúnebre, seguramente pasaron la noche, acompañando a los familiares del joven accidentado. Un grupo con uniforme de la empresa en que trabajan esperaban el ómnibus que los lleva a la arrocera. En el sanatorio tres parejitas de adolescentes para hacerse el control de embarazo.
La verdad que me hizo pensar en la sociedad que tendremos cuando estos adolescentes y jóvenes sean adultos. Será de amistad que acompaña el dolor, de trabajo, de opción por la vida. Desgraciadamente como en muchas cosas más los adolescentes y jóvenes son noticias cuando ocurre algo negativo y ante todos estos hechos reales positivos, algunos están dormidos o adormecidos por la prensa roja y no sabe que existen, siendo la mayoría.

ILUMINAR: La narración bíblica nos habla de una adolescente que tenía un proyecto de vida normal para la época que era casarse. Sin embargo es visitada por un ángel que le indica que será madre de Jesús. María le responde con la lógica humana de que esto no es posible porque ella es virgen. El enviado le aclara que será el Espíritu Santo el encargado de la obra. María dijo entonces:
  Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mi según tu palabra». (Lucas 1, 26-38)

ACTUAR: Mucha gente dialoga con la Virgen María sus dolores y alegrías, rezándole a Dios. Y creo que una de las razones es porque «nos puede comprender quien ha vivido». María nos puede comprender en los cambios inesperados en nuestra vida, y el dolor familiar porque ella lo vivió desde jovencita hasta la muerte en la cruz de su hijo.
El lunes me sirvió para «chequear» mi visión de la juventud actual y para vislumbrar la sociedad del mañana. Realmente estos jóvenes que junto a mayores y ancianos lo dejan todo para acompañarse en un velorio son como María. Un amigo me contaba que estaban de viaje de descanso y cuando se enteraron del accidente inmediatamente se volvieron. Esto, como el ir a trabajar cada día, es decir con la propia vida «que se haga tu palabra señor». Eso es ser santo, hacer con amor lo que hay que hacer.
Muchas veces la realidad nos sorprende y debemos renunciar al proyecto de vida que habíamos soñado respondiendo a situaciones impensables.
Ni que hablar de de los adolescentes que asumen el nacimiento de una nueva vida. A estos: sí, que sin duda se les cambio el proyecto de vida en cuanto a estudio, trabajo, familia...
Sobre mi chequeo médico tendré el resultado la semana próxima, pero sobre el chequeo, la evaluación de nuestra realidad juvenil actual a mi me da positiva, Y como la realidad de nuestro menores está muy influenciada por nosotros los adultos, también llego a fin de año evaluándonos a los adultos con mucha semejanza a María, queriendo un Buen Vivir.
Nacho

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