viernes, 22 de abril de 2016

SEAMOS NOMADAS

 Todo lo hago nuevo.   Apocalipsis (21,1-5)
Los pueblos nómadas tienen una relación muy presente en todo momento con Dios debido a su continua inseguridad sobre el techo, la comida, la paz,  la vida… A su vez desarrollan una formidable creatividad para la construcción de viviendas, para conseguir alimentos, para defensa de la paz, de la vida, debido a que en cada lugar y situación deben partir de una realidad nueva.
Las sociedades más establecidas van centrando su confianza en sí mismo, siendo capaz de dominar la luz, el agua, el frio, las cosechas con grandes graneros y despensas, apoyadas por construcciones que parecen indestructibles, con muros y armas para la defensa… y por sobre todo el hombre moderno ha sido capaz  de alargar la vida…
Lo que no logramos muchas veces, por causa de materializar las cosas, no logramos integrar  EL CAMBIO, que se produce por el error, la destrucción, los ciclos, la muerte…
El libro del Apocalipsis es un libro de esperanza, en tiempo de persecución, exterminio y destrucción. Después de la noche siempre hay un amanecer, que será nuevo. Que hay que tener claro que lo nuevo no es reconstruir igualmente roto, o volver a lo que ya fue…

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.» .                       .                   .                      Juan (13,31-33 a.34-35)

Jesús nunca nos hablo y prometió éxitos, ni vida saludable o larga. Nos propuso el camino del amor, que se extiende hasta el enemigo y no está centrado ni con preferencia de parientes y amigos. Nos propone la posibilidad de ensanchar nuestro corazón, reconociéndolo como Padre de todos y por lo tanto reconociéndonos como Hermanos universales. Entonces los preferidos pasan a ser los más debilitados, más empobrecidos, sea de la religión que sean, sean más o menos malos… El amor se concretiza entregando la propia vida, descentrándose de sí mismo… ayuda mucho creer que no todo termina en esta tierra, nos compromete con mayor libertad a la construcción de un mejor vivir donde quepan todos. Ayuda el sentirse amado por Dios.
Es importantísimo no tener apegos mentales, ni afectivos, hay que ser nómadas en la idea de Dios, en las relaciones humanas y con las cosas.
Nada nos pertenece, todo está en proceso de cambio y vamos en camino hacia la eternidad, pasando todo y todos por la muerte.
Nacho

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