viernes, 23 de septiembre de 2016

Encuentro Continental y del Caribe de Comunidades Eclesiales de Base, CEBs. En sus 50 años de caminata. Luque – Paraguay

-¿De dónde vienes?
- De participar en Luque – Paraguay, en el Encuentro Continental y del Caribe de Comunidades Eclesiales de Base, CEBs. En sus 50 años de caminata.
¿Qué son las CEBs?
- Es un modo de ser Iglesia, comunitario, con la palabra bíblica en el centro, reflexionada desde la realidad, para aportar a la transformación de la realidad, desde las parroquias, desde las diócesis, distinto a los movimientos.
- ¿Cómo surgió la invitación?
 - Habían 10 cupos para la delegación uruguaya. La coordinación nacional intento que estuvieran representadas todas las diócesis que en Uruguay tienen una coordinación de CEBs. De nuestra Diócesis no podían participar las coordinadoras y me hicieron la propuesta, la cual extendimos a Doris perteneciente a Treinta y tres, el otro departamento de nuestra diócesis. Las CEBs, es una prioridad pastoral y priorizar significa optar, jugársela, dejando otras actividades.
- ¿Como fue el viaje?
- El camino es parte del encuentro. Nos hizo mucho bien viajar por Brasil, por tierra en ómnibus, con tiempo, recogiendo la realidad política social y eclesial de nuestras hermanas y hermanos. También siendo importante la llegada al país anfitrión viajando con el pueblo,  palpando su realidad callejera, sus colores, aromas, rostros, preocupaciones, música. Hicimos el viaje Yaguarón, Porto Alegre y después a Foz Iguazú Brasil, Cruzando a Paraguay en Cuidad del Este, yendo a Luqués. Más de 40 horas de camino.









- ¿Que países participaron?
- Habían delegaciones de: México, Nicaragua, El salvador, Honduras, Panamá, Bolivia, Haití, EEUU, Ecuador, Colombia, Chile, Brasil, Argentina, Guatemala, los locatarios Paraguayos/as y nosotros  los uruguayas/os que hacia un buen tiempo que no se participábamos con una delegación.  Unos 200 delegados, equilibrado en genero mujeres y varones, incluyendo toda la diversidad sexual, pueblos originarios, afrodescendientes, las minorías y todos los de abajo. Diverso en edades, culturas, compromisos. Sin olvidar la presencia de personas venidas del norte Canadá, Alemania, España, Italia… que se suman a la construcción del Reino, aportando a Otro Mundo Posible. Importantísimo destacar la manera circular de participación de laicos /as, religiosas, sacerdotes y obispos, dirigentes, en cuanto a la convivencia, la reflexión, la liturgia, la fiesta. 









- ¿Que fue lo primero que le sorprendió?
-  La fraternidad de la hermandad. Llevamos el corazón lleno de nombres, con las alegrías, dolores, sueños de las y los integrantes de nuestras comunidades, me sorprendí hablando el mismo idioma con personas de países culturalmente tan distintos. Más o menos todos estamos con el mismo enemigo en común: la cultura capitalista, el consumismo esclavizante, que fomenta el éxito competitivo sobre el otro, que fragmenta, provocando enfrentamientos y desigualdad. Explotando los recursos naturales sin sentido de cuidado de la casa común. Matando a las organizaciones y personas que defienden la vida, la cultura, el medio ambiente, la democracia, la libertad.















- ¿Es una sola patria el continente?
- Por siglos nos han querido dividirnos para reinar, saquearnos, desde afuera, desde arriba. Es fortalecedor encontrarse con una iglesia tejida con los movimientos sociales, haciendo memoria, buscando la verdad y la justicia. Una iglesia que tiene mártires, desaparecidos, laicos, dirigentes, sacerdotes y obispos que dieron su vida por el Buen Vivir para todos. Iglesia que ha vivido la opción preferencial por los más pobres y excluidos, enfrentando al mal ubicado como poder colonizador, entre ellos a las grandes multinacional, las dictaduras cívicas militares, a los gobiernos corruptos, a la jerarquía principesca.







- ¿Que recoge de la participación en el encuentro?
-  Fortalecimos  la esperanza, la fe, y la fraternidad. Esperanza de que haya muchas personas, comunidades y organizaciones con el mismo horizonte de un reino inclusivo y justo. Reafirmación de la fe en que el Espíritu de Dios está actuando dentro y fuera de nuestra Iglesia en clave de liberación, desde abajo. Fortalecimos la fraternidad entre los pueblos y culturas, ahora son personas concretas con las cuales compartimos la mesa, el pan, la oración, el canto, el baile, la reflexión, los sueños, los abrazos, esto nos agranda el corazón, nos une como familia como continente.










- ¿Cuáles son los propósitos después del encuentro?
- El compromiso con lo local, sumándonos con otras organizaciones e iglesias, en red con lo continental y mundial. La verdad del compromiso se juega en la vida cotidiana de cada uno, en lo chiquito, en las relaciones, en las opciones. Es bueno poner énfasis en trabajar en la conversión personal, en la autocritica a nuestras organizaciones. Me parece fundamental seguir trabajando en la vida interior, tanto en lo personal como en lo comunitario, porque si no hay una liberación desde dentro, también nosotros somos esclavo del consumismo depredador que nos hace adictos, que divide, y enfrenta. La vida sencilla, fraterna, con tiempo para el encuentro, lo comunitario, la meditación, la formación, la fiesta y las luchas es importantísima. Tejidos con los movimientos sociales, con toda persona de buena voluntad, y por supuesto caminando juntos ecuménicamente, con otras iglesias y espiritualidades que tengan el mismo horizonte de una tierra sin Mal, donde todos quepan justamente.





- ¿Como fue el regreso?
- Vinimos por Argentina, Formosa, Corrientes,  Paso de los Libres, pasando a Uruguayana Brasil, y entrando a Uruguay por Artigas, Tacuarembó, Melo, hasta regresar a Rio Branco. Reiteramos el viaje es posibilidad de aprendizaje, posibilidad de encuentro. Lo disfrutamos mucho, lo aprovechamos, fuimos fraternalmente recibidos como hermanos. Y pudiendo escuchar, ver, vivir, celebrar e intercambiar en la realidad social y eclesial de estos países vecinos.  Los tres días de regreso no es tiempo perdido, la itinerancia es esencia del cristianismo. Jesús daba mucha importancia al camino, a los encuentros.  El movimiento exterior e interior nos desprograma, libera, nos enriquece, nos une. Ya no soy el mismo por dentro, se ensancho mi corazón de nombres, de luchas, lagrimas, danza, colores, miradas, proyectos y sueños. Y realmente es bello sentir que uno habita en el corazón de otros. Aprovechando  los medios de comunicación, agradeciendo a los que organizan encuentros, y disfrutando la oración que supera las distancias físicas, nos sentimos parte de un nosotros fecundo, apostando a la unidad de diversos.









¿Algo más para agregar?

- Siempre ponemos el asentó en lo positivo, pero también hubieron cosas a mejorar, hubieron desacuerdos. Y en estos momentos,  del encuentro, la previa, el viaje, el regreso, que nos movilizan, se presenta la gran oportunidad de descubrirnos verdaderamente por dentro. Porque en las difíciles nos manifestamos en verdad. Lo que nos afecta demasiado desde fuera es porque toca alguna herida interior. Hay que dedicar tiempo a arreglar la casa por dentro. Es el mejor regalo que les podemos hacer a los demás, el encontrar la fuente interior, limpiarla, desarrollarla y relacionarnos desde ahí. Eso nos hará distinto para enfrentar el mal.  
Solo queda agradecer 
a quienes fueron parte de todo esto y a Dios. 
Profundamente feliz y agradecido, 
con ternura los saluda Nacho

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