jueves, 11 de abril de 2024

ENCUENTRO DE AMOR CON JESUS RESUCITADO, CON SUS ESTIGMAS, EN LA FAZENDA, PARA LIBERARNOS...

Después de "perder" algo que considerábamos valioso, ya sea una persona, una relación, una actividad o un modo de ser... al perderlo sigue un tiempo de "duelo", que nos encierra en nosotros mismos.

Los discípulos y discípulas de Jesús, habían "perdido" a la persona que les había dado un sentido nuevo a su vida, la persona que les hizo sentir un amor gratuito, pleno. Y estaban viviendo el "duelo" con miedo y de puertas cerradas.

Lo primero que la Palabra, la vida de Jesús y sus dicipul@s nos transmiten es que: es normal y necesario vivir un tiempo de "duelo" después de una pérdida de algo amado. Jesús les dio su tiempo para hacer "duelo" y es bueno que nos demos tiempos unos a otros para "llorar" lo perdido. 

Jesús resucitado a su tiempo, a su modo de nos hará presente para ayudarnos a "resucitar", encontrando un nuevo sentido a la vida. No se nos presentará con el rostro ya conocido, con el rostro de lo perdido.
La nueva presencia de Jesús en nuestras vidas sera a traves de alguien que nos permite ver sus "estigmas", es decir el dolor y sufrimiento que ha vivido. El dolor del otro nos hace salir de nuestro encierro por alguna ausencia o carencia. 

Y es nuestra verdadera historia, la que tiene sus "estigmas", sus heridas, pérdidas, errores, la que puede ayudar a otro a encontrar un sentido nuevo para su vida.

El sufrimiento a unos los aísla, otros son excluidos, en todo caso rompe relaciones familiares, de amistad y amorosas.  El dolor y las pérdidas que causa las adicciones en una persona y su entorno al comienzo se quiere esconder, hasta que se hace público y duele aún más.
 En las fazendas, los "estigmas" de las chicas y chicos, de sus familiares están a la vista. Y por eso cuando llegamos a ese lugar, respiramos la verdad, la libertad y la esperanza. Qué son los caminos del Espíritu Santo, también para nosotros, para resucitar a una vida nueva.

Ver, escuchar la verdad de cada chica y cada chico, nos conecta con nuestra propia verdad. Ese ambiente de aceptación, sin mascarás, nos quita el miedo de liberarnos de nuestros personajes, a representar ante los demás. 

Verlos resucitando, felices, con sus estigmas visibles, con su historia aceptada, perdonada, transformada, nos permite también tener esperanza en nuestra liberación. Camino que siempre comienza por tener espacios, encuentros donde nos sintamos aceptados, amados así como hoy estamos siendo. 

Esto lo vivimos un fin de semana de encuentro entre personas diferentes, cada cual con sus "estigmas" , ¿Quien no los tiene? heridas, cadenas, que al tener un encuentro donde Jesús es el centro, a través de las chicas y chicos, a través de la Palabra la eucaristía... todo se visible, querible y posibilidad de Amar. 

Este fin de semana, en este encuentro, pudimos mirar sinceramente nuestras manos, nuestra historia con los ojos de Jesús, y sentir el llamado a Amar al otro desde lo que somos. Expresado en miradas, sonrisas, apretones de manos, abrazos.... servicios, risas, canto, solidaridad... 

En un mundo que parece un "baile de disfraces", o "grupos uniformados enfrentados", nosotros tuvimos la gracia "en esta Galilea territorial y existencial, encontrarnos con el resucitado que nos AMA liberándonos, para AMAR y liberar...   

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