miércoles, 3 de agosto de 2011

 En un pueblo de Pastores, hay una tradición muy antigua. Cuando un niño nace sus abuelos le regalan una madeja de lana bien limpia, bien hilada, bien fuerte.

La misma cultura tiene por tradición ante la muerte de una persona, colocar el cuerpo del difunto envuelto en un cuero de oveja y enterrarlo en un lugar que haya buen pasto.
Muchas culturas milenarias tienen unido el rito de nacimiento y el de la muerte a la actividad laboral que identifica a la comunidad. Así también son los grupos agricultores, pescadores, cazadores.
Y porque no decir que así somos también nosotros. Un ejemplo es: el entierro de una persona con una bandera de su patria, de su equipo deportivo. O con una ropa u objeto que lo identificaba en su trabajo...

Lo sorprendente de esta comunidad de pastores es : la reunión que hacen los comunarios más frágiles (por ser niños, enfermos, ancianos o con alguna discapacidad más radical) ellos son los que hacen la evaluación.

Cada persona aporta su mirada de la vida de quien están despidiendo. Y después de un consenso se le hace un collar trenzado ya sea:

Con lana de oveja y cabellos de los más ancianos, de los más enfermos, los más débiles y de los más pequeños. Una hebra si es su pariente o amigo y diez hebras si no lo es.

A otros se le teje el collar con lana de oveja y una cincha muy fina hecha de cuero de lobo.

A otros se les pone simplemente un ovillo de lana. Éstos son la inmensa mayoría. Ya que todos los que mueren sin alcanzar la mayoría de edad son sepultados con la lana sin tejer. Dicen los abuelos que es: porque no se sabe aún que sería de ese niño o adolescente.

Pero también muchos adultos son despedidos sin collar tejido. Dicen los abuelos que es: porque en tiempos de hambre, en tiempos de que aparecía el lobo ellos fueron como ovejas indiferentes o escaparon a la montaña.

Se imaginarán ustedes que los que reciben el collar con cuero de lobo no han sido muy buenos con el rebaño.
Misteriosamente se recuerda en el rito, que a pesar de todo sigue siendo de la comunidad, por eso el hilo de lana.

Son pocos los que han gastado la vida en bien de todo el rebaño. Especialmente en bien de los más débiles. A éstos se les teje el collar con lana y cabellos.


Colorin colorado, el cuento nos ha enseñado que: a cada uno se le prepara el collar que se merece, para que cuando llegue al más ayá , al encuentro con el Buen Pastor, sepa cual es el sentir de la comunidad.

¿Para quién tengo una o diez hebras de mi pelo?

¿Quién tendrá una o diez para tejerme el collar?

No tengamos miedo a los lobos, los más débiles nos están mirando y tejiendo su collar de cuero...( Juan 10,11-16)

sábado, 30 de julio de 2011

¿Cuánto me amo?¿ Cuánto tiempo dedico a encontrarme conmigo mismo?

  
 El Maestro Tabárez dice que no cree en la casualidad.
Que si cree en las CAUSALIDADES.

Es decir que «el buen juego no se da por casualidad sino por CAUSA de un buen trabajo planificado en el tiempo".

La buena comida es causa de que alguien se dedicó con sabiduría y esmero a la tarea teniendo los elementos adecuados.
Lo mismo pasa con todas las cosas de la vida. El resultado tiene sus raíces en el proceso, en la dedicación y porque no en el Amor que se ha puesto.

Sabemos que hay mucho hambre en el mundo. Hermanos que mueren por falta del alimento necesario, incluso por falta de agua. Mientras que también es alto el nivel de mortalidad por exceso de algún producto.
Sin olvidar el hambre de afecto, de compañías, de escucha, de sentido para vivir... de Amor.

Jesús dedicaba un buen tiempo a «retirarse para estar a solas»
Cuando se logra una buena amistad con la soledad (bien vivida), se da el encuentro con uno mismo, con el SER. Esa verdad nos prepara para el encuentro profundo con los demás y con todo lo existente.

Sabemos que el problema del hambre material es causa del egoísmo, de la mala distribución de saberes y bienes entre los pueblos y personas.
Sabemos que todos necesitamos «ser amados». Y segun el amor que presiento en mi , es como puedo amar a los demas.

Quizás la pregunta que nos podemos hacer es:

¿Cuánto me amo?

Sabiendo que el Amor no es un sentimiento. Que el amor es conocimiento , aceptación, perdón y esperanza.

¿ Cuánto tiempo dedico a encontrarme conmigo mismo?

Los discípulos de Jesús tenían hambre y veían al pueblo hambriento.
Jesús les dijo: «denles ustedes de comer». Saquen los panes y pescados que tienen y compártalos.




Y así lo hicieron. Y así se dio el milagro. Cada cual empezó a sacar lo que llevaba consigo. Se puso en común. Comieron hasta saciarse y sobró.
(Mateo 14, 13-21)

Dediquemos tiempo a descubrir nuestros panes y peces. Los saberes, los sentimientos, los sueños, los dones, lo corporal y material que tenemos y somos.
Si lo hacemos habrá un hambriento menos.
E invitará a otros a descubrir y compartir los que llevan en sus alforjas, en su interior.