En este humilde espacio aportamos desde la palabra bíblica que tiene más de 2000 años. En ella en esta semana el profeta Juan Bautista nos predice algo. (Juan 1, 35-42)
«Si creemos que amar es desear para el otro lo mejor», aquí se nos presenta un hecho de que el amor no es posesión sino desprendimiento.
Cuenta la palabra que hacía algún tiempo que algunas personas habían elegido libremente caminar junto a Juan Bautista (como discípulos)
Llegado el momento indicado Juan les señaló la presencia de Jesús en el camino. Ellos dejaron al profeta y se pusieron a caminar en búsqueda de encontrarse con Jesús.
La espiritualidad Cristiana se vive en relaciones de libertad. El amor de pareja si no está fundado en: la confianza, el diálogo, el deseo de lo mejor para el otro, con un horizonte común; si no es asi puede transformarse en un control de uno al otro, un ocultarse verdades e incluso una dependencia. Lo mismo entre padres e hijos e incluso entre amigos.
La posesión del otro es una tentación continua en nuestras relaciones («te necesito, me necesitas» son expresiones frecuentes).
La realidad nos muestra que por ser personas en relación continuamente recibimos de otros y nos damos a otros.
Con algunos tenemos encuentros breves y con otros caminamos un tiempo mayor.
Nuestro Dios que se presenta como el Amor vino para liberarnos. Por lo tanto el designio de Dios para el 2012 es la búsqueda de la libertad, dando cada paso a su tiempo.
Solo la persona que camina en libertad puede amar de verdad. Que triste sería tener a alguien cerca que no sea por amor. Que pobreza cuando no hay lugar para otros en nuestras relaciones.
Los discípulos de Juan dieron el paso a ser discípulos de Jesús, pero antes éste les preguntó: ¿Qué Quieren?
Quizás una pregunta que nos puede ayudar en nuestra búsqueda espiritual es:
¿Qué queremos?
No se puede amar a Dios y Al Cesar o al dinero. No se puede experimentar el amor viviendo en relaciones de posesión con personas, cosas o actividades.
Los horóscopos e iluminados nos predicen que nos va a pasar. El evangelio nos invita a decidir sobre nuestro destino y relacionarnos en el amor.
Optar por la libertad (por momentos será desprendimiento) es la propuesta de Dios ante un mundo que propone: el consumir, tener y acumular.
La liberación crece desde dentro ahí es donde el vive...
