COMENZAMOS LOS FESTEJOS EN UN ENCUENTRO ZOOM
CON LIBERTAD
Si hay algo central de nuestra espiritualidad, es LA
LIBERTAD, de participación. Andrea desde Colonia Uruguay, por ejemplo, hace
todo el trabajo previo de invitación, y después no se conecta. Así mismo cada
invitado, se siente libre de participar el tiempo que puede, e invitar a otros.
Siempre será prioritario el compromiso local, en la realidad de cada uno. Ayer
Cacho desde una comunidad Guarani de Bolivia, subido a un árbol para lograr
mejor señal, invito a Juan Luis, siendo uno de los que participo de la primera
Mboupara-Visita misionera, a las comunidades más alejadas de la parroquia de
Gutierrez para celebrar la navidad 2003. También intento conectarse Yasmani, en
aquel tiempo seminarista y hoy sacerdote. Quizás estaba en el cumple de la
hermana Zita, la cual es reconocida por la bandada como la mujer que nos recibe
con todo cariño, junto a sus hermanas. La hermana Graciela estaría de delantal
en la fiesta y por eso no participo, ya que siempre se conecta.
Desde Casabó, Montevideo Uruguay, con mate y torta frita, en comunidad familiar, semejante a la santísima trinidad, la madre Olga, el hijo Diego y el espíritu servidor de Erik, animaron el encuentro sin faltar el canto popular. El primero en conectarse, por primera vez, fue Juan Luis que participo desde Cochabamba- Bolivia. Reconociendo que la participación en el equipo misionero, lo ayudo a discernir su vocación y valorar su cultura guarani. Recordando agradecidamente haber podido participar en el intercambio y haber conocido uruguay. Después se conectó Nelda desde Cordova- Argentina, siendo otra del grupo inicial, resalto el presente puente a través de la PALABRA, de modo académico, entre Argentina Bolivia y Uruguay. Y así se fueron sumando: Pablo desde Montevideo y más tarde Valentina, ambos subrayaron que ser parte de la bandada, transformo su experiencia de fe y libero de estructuras religiosas, que no son evangélicas. Camila, Argentina egresada de la Fazenda y hoy viviendo en Treinta y Tres, también experimenta, que la participación en los dos campamentos colibríes, le fueron desarrollando la fe adquirida en la Fazenda, según la Palabra, que nos ofrece la propuesta verdadera de Jesus centrada en el amor a uno mismo, al prójimo, valorando el encuentro entre diversos con mutuo respecto.
Maria Eugenia y Fabricio, desde el barrio Peñarol de
Montevideo, hicieron memoria que como familia con niños se puede ir a misionar
a Bolivia, que ellos lo hicieron, y fueron a aportar sobre la salud y se
enriquecieron con la espiritualidad guarani del MBOYAO- compartir. Por allá
también se festejaba con milanesa arroz blanco la compañía en nuestro vuelo del
hermano Carlos de Foucaul… la semilla que muere en el surco da muchos frutos. También
haciendo presente esa espiritualidad indígena que nos acompaña desde el
nacimiento, le pasamos la palabra a los abuelos: Marta y Victor desde dolores
uruguay. Ambos agradecidos por haber sido integrados a la bandada, que los
transformo en jubilados misioneros, yendo varias veces a Bolivia y participando
fiel mente de seis campamentos y muchos encuentros colibríes. Tuvimos presente
a la hermana de Victor que vivió la pascua en estos días y hoy seguro participo
desde el cielo, como le gustaba sumarse.
En todo encuentro colibri, siempre hay un momento de oración
con la escucha de la Palabra del día. Es algo que nos une a la Fazenda, y la
palabra fue proclamada desde Guatemala por Ana. La cual aporto su
agradecimiento de ser parte del vuelo colibri, sintiendo que nos une la BUSQUEDA.
Si bien nos vamos encontrando, y vamos
logrando algunas cosas, ahora más que nunca con la mayoría de edad, a los 18
años, es un buen tiempo para estar abiertos a inéditas búsquedas, de tesoros
que nos tiene preparado Jesus, que nos seguirán transformando el sentido
profundo de nuestra vida. Cacho otro de los iniciadores como seminarista y hoy
esposo padre de dos hijos y maestro comprometido con su trabajo y gremio, nos
encarnaba la palabra a la cultura guarani, donde sanar es P+ANO Y compartir
MBOYAO. Ir a las comunidades alejadas, a las galileas de hoy, es ir a un lugar
seguro para encontrase con Jesus resucitado, quien nos sana y hace el milagro
de la multiplicación de los panes y abrazos. Especialmente quedan en nuestro
corazón las sonrisas agradecidas por la Mboupara- visita, sin otro interés que
el encuentro, dándonos gratuitamente porque gratuitamente se nos da lo que
somos y tenemos. Nacho compartió como el envió a bolivia, en tiempos de
fragilidad vocacional y la expulsión con heridas psicológicas, fueron sanadas
por Dios, por intermedio de los vuelos colibríes.
Gran alegría nos dio Henry, participando desde Gutierrez, el
pesebre donde nacimos y su hermana Jennifer desde la comunidad vecina Los
Pozos. Ambos mencionaban, lo valioso que es para su crecimiento como persona, y
crecimiento de plumas, el que en los encuentros colibríes, se valorice lo
cultural, los idiomas indígenas, las costumbres y a la misma bolivia. Sylvina
desde Florida uruguay, dio testimonio de que el espíritu colibri, nos toca de
tal manera, impulsándonos a vivir sueños, que para otros pueden ser un poco
loco, como en el caso de ella con Joaquín del viaje por Asia. Cuando se busca
una experiencia espiritual, en los encuentros, campamentos e incluso en estos
por zoom, la diversidad de personas, la vida compartida a la luz de la palabra,
la libertada de participación, en un clima de continua búsqueda alimenta el
alma, nos conecta con nuestra interioridad y nos va mostrando nuevos pasos a
dar o vuelos a realizar. Otro nido se nos ofreció desde Humahuaca en el norte
argentino por parte de Marisa. Estuvo todo el encuentro con la cámara apagada,
escuchando. Según nos contaba al final, se integró a la bandada en un viaje a
Chile invitada por Herminia, y participa de la rueda violeta, lo que la llevo a
conocer uruguay. Hoy no conocía a ninguno de los participantes, pero como el
espíritu es uno, ofreció su casa como un nuevo nido colibri. Y si Dios quiere
participara en enero en el XI campamento en lago Merin.
Cada uno de los presentes, hace presente a otros, recordamos
a Muchi uno de los fundadores que nos acompaña desde la Tierra Sin Mal. Al p. Cesar
internado en el CTI por covid, como nos recordaba Melvin desde Colonia, que
este bichito ya se llevó al p. Desiderio.
Estuvieron presente con dificultad en la conexión Nahir, desde San José
Uruguay, preparándose para ser enviada a la misión en el Amazona. Federico,
Nico y Margarita Bejeres, desde Melo hicieron presencia con sus rostros, pero
la conexión no les permitió aportar.
Maribel participo desde Santa Cruz Bolivia por Wassa, ya que
estaba de exámenes. Rosita en clase en México. Carolina en clase en Camiri.
Chiquita en misión en Durazno. Rosa en charlas por Bautismo de Samuel en Paraguay,
estando dispuestos a la misión en familia con su esposo. Lucy y Nelson mandaron
saludos desde su trabajo en Puerto Rico. Pablo y Romina desde la costa de oro y
Doris en el olimar, brindaron por los 18 años. Mercedes Acevedo se unió en
oración desde Republica Dominicana. Ana Maria desde sus dulces sueños por la
diferencia horaria desde Barceló España. Erik de Brasil se le paso la hora del
zoom. Los Scaut de Melo; la barra brava de Fraile Muerto; la pandilla de la
Pocha en ombúes; la Mabel y las indias arachanas; más Raquel y familia desde
Nueva Helvecia; las rio blanqueces y laguneros, están preparando las mochilas
para el cumple presencial en el XI Campamento de Encuentro Teológico Colibri en
Lago Merin. Campamento que ya cuenta con
dos cabañas y la casa común reservada. HAY LUGAR… seguramente volveremos a ser
sorprendidos al ser un espacio de encuentro entre diversos, sanación del alma y
panes y abrazos multiplicados por ese tal Jesus el Nazareno.
Roberto desde el cerro de Montevideo, nos contó una
experiencia que puede ser la tuya o la mía. De camino a Bolivia a celebrar los
15 años de vuelo colibri, yo tenía un deseo –nos cuenta Roberto-. El deseo era
ir al Alto Parapetí, donde las comunidades indígenas estuvieron esclavas, y la
bandada de colibri fue parte de la lucha por la liberación. Al pasar por Gutierrez,
Tarsicio me puso el ojo, me descubrió como obrero manual, y me pidió unos
variados trabajos, siempre acompañado por jóvenes indígenas de Tekove, para que
ellos aprendieran el oficio. Quizás a ustedes también les ha pasado, que nos
proponemos un objetivó, y en un momento aparece alguna persona que nos pide un
servicio y nos detenemos como el buen samaritano. También ocurre, que no
siempre nos va bien al disponernos a servir. Ese fue mi caso ese día.
Me pidieron arreglar un tanque de agua, una parte lo hicimos
con los muchachos, después ellos tenían otras tareas y quede solo haciendo los
remiendos dentro del tanque. Al terminar empezó a entrar el agua, y me dispuse
a salir. El piso quedo mojado y la tabla que me hacía de escalera se refalaba.
Intente varias veces y cada vez era menos posible con mas agua. Las horas se
hicieron interminables, y cayo la noche, acompañada de un enjambre de
mosquitos. Son momentos que ni se te inspira rezar, simplemente sobrevivir en
medio de una angustia. Apareció la luna llena, pasaron como tres horas que parecían
días.
Hasta que cuando estaba con el agua por la cintura, esperando solamente que el tanque se llenara y poder salir flotando, sentí unos pasos afuera. Eran los muchachos que me buscaban. Es cultural reunirse alrededor del fuego a la noche y cuando falta alguien hay que salirlo a buscar. Me ayudaron a salir y aquí estoy para contarlo. Quizás a ustedes les ha pasado, que buscando hacer el bien, en momentos uno se encuentra encerrado en un pozo. Es algo en relación a una situación concreta, a una relación o simplemente algo que ocurre en nuestra mente o en el mundo de nuestros sentimientos. Intentamos salir solos y no podemos, y se nos viene una noche interminable. En esa situación somos necesitados de que se acerque a nosotros, que nos busquen, que alguien esté dispuesto a escucharnos y darnos una mano. En otros momentos tenemos que preguntarnos personalmente y como bandada, si la ausencia de alguna persona junto al fuego del encuentro, no será una voz silenciosa que nos llama a que vayamos a buscarlo…
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