martes, 1 de octubre de 2024

DEVOLUCIÓN 4to.TALLER MISIONERO

Por Tupambaé comenzamos Daneé y Graciela haciendo el Taller Misionero, y según parece lo vivimos y transmitimos de tal manera que entusiasmó a otros. Con el espíritu del taller "que no tiene  que ser una obligación", por lo tanto en cada encuentro el que no puede estar lo hace personalmente en su casa, en el momento que le quede bien. Es bonito ver en las devoluciones ver fotos y comentarios enriquecedores, que estamos caminando de manera sinodal "junto a otros" así como lo propone el Papa Francisco. Sabiendo que hay unos cuantos que participan sin haber todavía enviado una foto o un aporte... cada uno tiene su tiempo. 
Sobre el hecho de vida, nos conmovió como el obispo quiso conocer a su sacerdote "escuchando a las personas que no viene a la iglesia y a su comunidad parroquial". Así como los sacerdotes con su vida y su predica nos aportan para seguir mejor a Jesús, creemos que también nosotros los laicos y la gente del pueblo tiene algo para decirle a los sacerdotes y religiosas, para que sean mejores discípulos de Jesús. Por eso son muy buenos estos espacios de encuentro, de diálogo, de escucha juntos, en rueda, con la Palabra, para rezar y escuchar que nos propone Dios.
Hoy la Palabra nos decía claramente: Que nuestra evolución sobre donde está edificada nuestra casa pasa por : no juzgar y el amor al enemigo. Por acá vimos que tenemos unas cuantas personas que por pensar y actuar distinto nos cuesta amar. Por eso vimos que hay que volver a edificar sobre lo ya edificado, seguir construyendo nuestra vida sobre la roca, sobre el amor de Jesús. Sabiendo que Jesús nos recibe así como estamos, y con amor nos señala lo que tenemos que mejorar, con mucha paciencia y misericordia. 
La casa edificada sobre roca, esta es la frase, de las exigencia que mas me gusta para traer a mi vida. Así como una casa tiene que estar con buenos cimientos, para aguantar todo tipo de avatares climáticos, nosotros tenemos que estar preparados para no caernos ante las dificultades. Martin Bottaro
 Ser sal y luz en medio del mundo, es esta la exigencia que hoy más me moviliza por dentro. "En todo, amar y servir”, es una frase que siempre resuena en mi corazón. Cuánta razón tenía San Ignacio de Loyola cuando lo decía, porque justamente es en el dar, en el servicio genuino que sale del corazón, en donde podemos palpar la verdadera plenitud. No podemos ser sal y luz del mundo si no estamos abiertos a los demás, si no estamos al servicio de los demás, si no nos damos a los demás… 
Cada uno de nosotros es una misión en Dios y una misión no para sí mismos, sino para los demás. Por eso, todos debemos de compartir con el otro la luz de Dios que llevamos dentro, para así reflejar su amor y su infinita misericordia a quienes más lo necesitan. Cada acto pequeño y sencillo, en el día a día, es una oportunidad para acercarnos más al otro y compartir la alegría de sentirnos hijos amados de Dios. Simplemente, miremos a nuestro alrededor y seamos luz para cada persona. 
El taller de hoy me aportó: reafirmar que en Jesús, tenemos el más grande ejemplo de entrega. En cada persona, la oportunidad de ser instrumentos para compartir y reflejar su amor. Majo
Cada tanto en nuestra vida, la de la comunidad, la del pueblo llegan momentos oscuros... Hace unos años hubo un terrible accidente en la comunidad… fallecieron 8 personas. Todo el pueblo estaba unido en pos de una causa común, la iglesia también participaba, ricos, pobres, obreros, amas de casa, niños, ancianos… de todos los credos y diferentes asociaciones. Era para recaudar fondos para el hospital de Young…
La Iglesia, la comunidad,  junto al sacerdote, hoy fallecido, tuvo un papel importante, abrió de par en par sus puertas, para consolar, escuchar, abrazar, todos tenían un tiempo para estar unidos, TODOS!!!  Sin duda fue un momento rico en la historia de nuestra comunidad Iglesia, ya que fuimos obra Misionero de lo que Jesús nos pide: Ser sal y luz en medio de la oscuridad, las tormentas y las tristezas y miserias reales y concretas. Todos estamos invitados a proclamar el Reino… 
Las oscuridades, las dificultades, son una oportunidad para evaluar nuestra vida y oportunidad para ser sal y luz dándonos desde lo que somos y podemos. El amor crece dándolo. Cómo el cura de la historia, toque donde toque. No juzgar, no mirar desde arriba… Por sus frutos se le conocerán. Chía 
3er encuentro grupo Misionero de Fraile Muerto: Japito, Hna Zulema, Hna Myriam, Robert, Alicia y Verónica 
 Concluimos que en el mundo de hoy la justicia no es justa. Las personas se comprometen hacer las cosas pero hacen injusticias. No es fácil ser justos. La mayoría lo hace por un bien económico.
Hay que ser de corazón limpio y cuidar nuestra comunidad. La empatía como gran aporte: tratar de ponerse en el lugar del otro. Actuar como cristiano comprometido y participar en la comunidad con el corazón limpio que nos da fuerzas para consolar, allí donde estamos en lo pequeño. Sabemos que No es fácil... Pero con la certeza de que Jesús camina con nosotros y nos da seguridad al caminar.
Nuestro 4to taller Misionero concluimos que tenemos que hacer nuestra tarea de misioneros bien como Jesús dice alguien siempre va a preguntar quienes fuimos y como fue nuestra comunión con los demás. Nuestra Fe tiene que estar bien sedimentada con buenos cimientos para poder ayudar y acompañar en nuestra familia y en nuestra comunidad. 

Es muy difícil perdonar al enemigo, pero si lo hacemos de corazón Dios pone su parte.
Vemos que en el Padre Nuestro Dios nos enseña que somos todos hermanos y como tal tenemos que perdonarnos. La sal es algo comparado con la fé no puede faltar es un complemento de la Vida.
Desde Micaela, en medio del campo: Este taller estuvo muy conversado entre madre e hija. Reflexionamos sobre cada una de las exigencias de Jesús. Todas muy lindas a ser vividas. El no juzgar y dar al otro, nos tocó en especial el corazón. Justo es algo que nos tocó vivir en nuestra historia: ayudar a alguien que no se comporta como amigo. En ese momento lo sentimos que tenía que ser así. Ahora hablándolo y viéndolo en la Palabra confirmamos que era el camino del Dios de Jesús. No es fácil...a veces te da alguna alegría y otras más problemas....y decís bueno no... todo lo lo dejas en manos de Dios. 
Es bonito sentirse y ser sal y luz... siempre aparecen críticas. Pero uno entiende que lo que les falta a los que critican, es conexión con el Amor de Dios. Rezamos por ellos para que se les ilumine el corazón y sientan el Amor de Dios que sentimos, que es la verdadera felicidad.
Lindo también ver la invitación al campamento. Si Dios quiere Melina participará.Siempre es mejor emprender los primeros vuelos,cuando uno es joven en bandada, donde se haga presente a Jesús. Marisa
EL grupo del salón del fondo de la catedral recibimos la visita de Alva de la comunidad San Pablo del barrio hipódromo. Siempre la visita anima a los que la reciben. Y más cuando venía con la invitación de encontrarnos el sábado próximo en su comunidad. Oportunidad de "salir a las periferias" como lo hacía Jesús y lo propone el Papa Francisco. Salir de nuestro ámbitos es vivir la Palabra.
Leímos los títulos de cada propuesta de Jesús, escuchando cual haría resonancia en nuestro interior. Fueron dos: la de edificar sobre piedra y ser luz sal. Compartimos que nos decía a cada uno, viendo la riqueza de escuchar los distintos aportes, que surgen de la historia y el presente DIFERENTE de cada uno.
Luego hicimos una meditación viendo que TODOS tenemos dentro nuestro la luz del Espíritu Amoroso de Dios. Pero con  el tiempo, las faltas al amor que vivimos o recibimos, nos lastiman. Entonces nos vamos recubriendo como la vela de cebo. Lo que no permite que la llama, el Amor salga de nosotros. Quien no ama es porque se está protegiendo de algo que le duele. Y causa dolor a los demás. Conectarnos con el Amor de Dios en nosotros, nos descascara, nos cura, y nos lleva a dar esa luz, ese amor que es él...  
Hicimos un tiempo de silencio, de meditación, en base a algo que Nacho trajo del retiro que venía. Relato de las sabiduría de los pueblos originarios, indígenas.

DE LA SABIDURIA INDIGENA: Nos contaban nuestro abuelos, que hace un tiempo nuestro pueblo estaba pasando mucha hambre; entonces por amor a su pueblo, el padre del cielo hizo aparecer semillas de maíz sobre la tierra.

Unos recogieron aquellas semillas reconociendolas como sagradas, dadas por Dios mismo, sintieron miedo de perderlas, miedo a que alguien se las quitara, le hicieron una caja de piedra. Ahí dentro depositaron las semillas y esa piedra con las semillas dentro se transformó en un objeto de adoración a Dios.

 Por miedo hubo que hacerle una casa, para que ni el viento ni la lluvia gastaran la piedra. Hubo que poner candados y cuidadores, para que no la robarán o no la tocaran personas de otros pueblos, de otras creencias. Hubo personas que se consagraron al cuidado de estas piedras, de este templo, de este lugar sagrado, creando ciertos ritos para la adoración de este objeto. Por miedo este grupo está formado hoy en día por personas que se consideran cercanas a Dios, capaces de decidir quién se puede acercar a la piedra y quien no... Son aduaneros de la fe.

Un poco más abajo, en otro lugar, otras personas que tambien tenian hambre, recibieron las mismas semillas de maíz, escuchando a los ancianos, a las mujeres abuelas, eligieron trabajar la tierra en comunidad, y sembrar la semillas bien adentro, esperar con fe la lluvia, luego el sol, cuidar de que los gusanos, loros y otros bichos no comieran la espiga  y el grano. Hasta que al tiempo de Dios hubo maíz para hacer chicha, bebida, motel, comida, para todos. 

Los abuelos siguen enseñando que la semilla, la vida , el amor, debe ser acogido bien adentro, y a su tiempo dará amor hacia todos los demás. No hay que calcular, ni tener miedo, de amar. La semilla que muere en el surco, la persona que muere o la matan amando, dará el ciento por uno en amor.



Y seguimos andando nomás...
Este miércoles 2 de Setiembre 
se envía el material del 5to. taller. 
Si alguien se quiere sumar puede pedir
 el material a Clara: +598 93 894 360

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