Palabras más, palabras menos, ese fue el sentir de Don Hilario la primera ves que lo conocí. Llegamos a su comunidad Iviyeka, en el 2004 - 2005 con el Equipo Misionero Itinerante. Por ser nuevo en la zona, por ser blanco, no fue a mi que me lo dijo, fue Muchi un hermano guaraní que era parte del equipo. Hablaron en su idioma.
Nosotros como equipo, estábamos preocupados por ver comunidades enteras esclavas en la tierra de sus abuelos, administradas por el gringo y otros terratenientes. También el alcoholismo era otro modo de esclavitud, que sumaba problema familiar y organizativo en los guaraníes. Agregando la división de las comunidades entre diferentes grupos religiosos, todos denominados cristianos. Incluidos nosotros los católicos, que en esa zona éramos un grupito más que llegábamos.
Misteriosamente "la esperanza" surgía de Don Hilario que tenía clara la espiritualidad guaraní de "Ser libres como el viento". Coincidiendo con la esencia de la buena noticia de Jesús: la plena liberación del ser humano.
Hilario era uno de los pocos guaraníes con estudio en la zona. Estudio enfermería en Tekove Katu y volvió para quedarse en su comunidad. Siempre participando de los posibles talleres de formación.
Lo decía el mismo: "Más que enseñarnos de enfermería, en Tekove, nos apoyaron para reconocernos como indígenas... para que volviéramos a nuestras comunidades, a apoyar la organización comunitaria siendo parte del A.P.G. la Asamblea del Pueblo Guaraní".
Tarsicio, sacerdote Franciscano, en Tekove, "Me transmitió que son semejante el espíritu guaraní y el de Jesús. Que se dan fuerza uno al otro, porque los dos no quieren a ningún hombre de rodilla ante otro, ni a un hombre patrón de otro hombre. A veces creo que no son dos espíritu el guaraní y el cristiano, son uno sólo. Que no es lo que se ve en las religiones divididas y de parte de los blancos patrones".
Hilario no es un hombre sólo. Es parte de una familia, de una comunidad y un pueblo. Eso lo vivía así. Cuando con el tiempo me tuvo confianza, y hablamos "entre amigos" como el decía, siempre hablaba de su comunidad, su familia, la organización... en ese orden. Sobre el lo poco que decía era estar agradecido por haber nacido, tener salud, porque le abrieron la cabeza, agradecido por ser guarani, ser libre, ser familia y comunidad. Agradecido por nuestra visita.
La posta, la policlínica era nuestro nido preparado por el para dormir los que llegáramos. Su casa el comedor. Y siempre buscaba que habláramos con el burubicha, el jefe de la comunidad, elegido en ese periodo. También con los maestros que no siempre estaban. Se disponía siempre a acompañarnos tierra adentro al Alto Parapety. " Ahi tenemos que ir más, están más esclavos que nosotros", decía.
Un día, con confianza, cosechada en el tiempo, le pregunté si no quería ser "gringo" como el que había en una comunidad cercana, con tierra, maíz, tractor, aviones, vacas... y riéndose me dijo: ni embrujado querer ser esclavo y sin hermanos como el gringo, esclavo de poseer cosas y del miedo a perder el poder, el sabe que nadie lo quiere, sólo tiene cerca, adulones y esclavos.
Podría contar miles encuentros:
- cuando fuimos a buscar a Maribel una de sus hijas, para integrar el equipo...
- cuando me pidió el servicio de ambulancia con la camioneta para atender un parto al estilo guarani, casi me desmaye y el serenamente dejo que el niño naciera acompañado por su familia....
- o cuando en plena lucha por la liberación de las comunidades, me llevo en una ambulancia a otra comunidad donde algunos guaraníes habían sido golpeados por el gringo y estaban bajo amenaza, con mucho miedo. Ahí me presento a la comunidad para trasmitir "esperanza" con la mirada de los que trabajan para el patrón con armas en las manos. Recuerdo que yo temblaba y el me animaba.
- O podríamos transcribir la carta que me envió por Pocha diciendo que: el pueblo guarani hoy no tiene gringos como patrones.... tiene más cosas materiales, tiene secundaria, internado con 30 alumnos, movilidad, tractor y mucho más... pero falta un fortalecimiento espiritual de ser comunidad, ser familia grande, ser libres ante las cosas...por eso le pedimos nos mande misioneros uruguayos, como la Nelda, como usted Mburika, como los que ahora nos visitan, esos misioneros que andan con guaraníes...
Son encuentros sabiduría que están en la memoria y a su tiempo irán saliendo alrededor de algún fuego... Yasurupay- gracias. El mburika- Nacho
Que admirable testimonio. Alienta seguir al unico nesesario: Jesus.
ResponderEliminarHermoso anecdotario de misioneros que van por ahí, pregonando la " BUENA NUEVA".
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