Cuando llegamos al lugar, los colores de la ambientación de la capilla, revelaban que hubo un muy buen trabajo previo.
Luego nos contó el camino de santidad de San Antonio, y la gran importancia que tubo su Amor a la Palabra. Y después con el encuentro con San Francisco, el desarrollo de una vida contemplativa.
Entonces la manera mejor para crecer en el Amor es: - "alimentarse personalmente y comunitariamente de la PALABRA de Dios en la escritura bíblica y en la vida cotidiana, en la creación, en las relaciones humanas, dando mucha importancia a los encuentros, especialmente con los más pequeños.
En el ofertorio la hermana Syrley, siendo franciscana, nos compartió el sentido profundo de los "panes" ofrecidos a San Antonio. Recordando aquella mujer que sufría la pérdida de su hijo pequeño, y le prometió hacer panes, según el peso de su hijo para compartirlo con los más necesitados, si Dios por la intercepción de San Antonio le devolvía la vida. Y así fue.
También Pablo nos alegro a todos haciéndonos tomar conciencia de que la Palabra de hoy, se hacía vida en la comunidad de Tres Islas, por el largo camino recorrido comunitariamente compartiendo dones y bienes, para que se de el milagro de calmar el hambre de lo material y lo que tiene que ver con el Amor, con lo espiritual.
Alicia resaltaba el beneficio organizado por la alcaldía, que unió al pueblo, en bien de dos escuelas, la policlinica, y la capilla.
Pablo culminó resaltando que todas esas actividades, es soplo del Espíritu Santo, enviado por Jesús, y presente en la comunidad y ahora de manera real en su cuerpo y su sangre, en la Eucaristía.
Y después siguió la fiesta,
con la presencia franciscana de los diferentes bailarines que incluyeron en la fiesta a la creacion.
También la comunidad, acogió a una brujita, que no recordaba su nombre....Y una ada que escuchaba los sueños de los niños y los hacia realidad...
tranformandolos en aquello que ellos querían.
Ojala cada uno de nosotros podamos dar lugar a Jesús en nuestro corazón y escuchar cual es el "sueño que Dios tiene para nuestra vida".
Y bajo la caricia de Dios, que nos regalo una tarde de sol, se armó un picadito.
El obispo animando a los más chiquitos, y el párroco a los más grande.
El resultado fue una histórica Goleada de 6 a 0. Sin duda... Dios estuvo de parte de los que siempre está: los más pequeños.
No faltó la torta, el café, los refrescos, el agradecimiento a quienes han apoyado el camino, los beneficios.Fue una verdadera fiesta con Jesús. El que se entregó por nosotros, y se sigue entregando en cada gesto, servicio, en cada compartir realizado con Amor y por Amor.
En la unión está la fuerza, alguien recordaba. La Palabra y la Eucaristía hace posible esa unión con nuestras diferencias.
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