Lo central de la fiesta fue la bendición, de los trabajos del lugar. Dando gracias a Dios por lo producido, por lo compartido. Productos de la tierra, del campo, del trabajo en casa hicieron presente a las familias y personas que lo elaboran.
No falto la historia del pueblo, que también nos recuerda, que lo vivido hoy, tiene cimientos en los que anteriormente trasmitieron la fe en Jesus... los que aportaron un granito de arena en esta comunidad... Nadan comienza con nosotros y lo que hoy se siembra otros verán florecer...
Realmente una fiesta que despierta la alegría verdadera, cuando nos encontramos fraternalmente. Algunos se preguntan ¿para que sirven las iglesias? Hay muchas cosas buenas que las hacen personas que no tienen el don de la fe.
Nosotros en la iglesia muchas veces individualmente no somos los mejores... pero cuando construimos algo en comunidad, dejando que Jesus sea el director Técnico, vivimos experiencias hermosas como esta. Sencillas, comunitarias, donde los mas pequeños son el centro y eso nos hace salir lo mejor de nosotros mismos: la bondad, el servicio, la alegría, el Dios que llevamos dentro
Después de la celebración disfrutamos con los niños de los juegos y un picadito de futbol. Culminado con una merienda compartida.
Seguramente San Ramon y Jesus están feliz, porque lo celebramos haciendo vivir una tarde muy agradable para los niños. Y cuando los niños están bien, sus padres agradecen a Dios. Y lo que le hacemos a uno de ellos se lo hacemos a Dios mismo...
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