sábado, 12 de agosto de 2023

DETENGAMOS NUESTRA BARCA, NUESTRO CAMINAR... (Mateo 14, 22-33)


Reinaldo nos visitó,
y se encargó del rico almuerzo.

MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES.
Hay momentos que nos toca vivir el bello milagro donde los panes, la fraternidad, el diálogo, los abrazos, la vida se multiplica.
Son momentos, encuentros a ser disfrutados agradecidamente. Hay tantos y tantas hermanas con falta de pan alimenticio, sin pan de la fraternidad, sin pan de verdad y justicia, sin pan del diálogo ni abrazos. 
Cuando tenemos la gracia de un momento de encuentro "que nos alimenta el cuerpo y el alma" hay que saber guardarlo en la memoria, para como reserva para cuando el pan falte. 
COMUNIDAD
Los que hemos tenido la gracia de encontrarnos con Jesús, con su palabra, sabemos muy bien que él nos llama, elige y une, para estar con él y enviarnos a navegar en comunidad. La vida comunitaria tiene momento hermosos en lo personal y familiar. Solo quien ha hecho la experiencia de comunidad, puede saber lo que realmente es. 
TEMPESTADES
La historia del universo que conocemos, nos muestra que en todo tiempo, se desataron bravas tempestades anunciadas o que llegan inesperadamente. Las tempestades son parte de navegar, son parte del vivir. 
Los seres humanos que les tocó nacer y criarse en medio de una cruel tempestad como puede ser "una guerra o situación familiar de pobreza económica o moral," se murieron, o vieron morir a seres queridos, pero también pueden ser capaces de construir y disfrutar de los tiempos de paz. 
Los que han nacido en una cuna con "todo", sin pisar el suelo con sus pies descalzo... sin conocer ningún tipo de faltas... puede ser que la primera tormenta que les toque vivir, los encuentre "con bajas defensas"
Tanto "las carencias de lo imprescindible" que se dan en una situación de "guerra", como también la "lejanía de la realidad", con los pies en el aire, cuando llegan las tempestades, son causa principales de separación familiar o comunitaria, la depresión, adiciones escapistas, suicidio...
ENCIERRO O CAMINAR SOBRE EL MAL
En tiempos de tormentas, quedan dos opciones: 
1 - quedarse encerrado en la propia barca, que puede ser: mi persona, mi familia, mi comunidad, mi grupito, mi trabajo, mi estudio... viendo como otros se hunden y esperando que la tormenta pase por si sola. Esperando que cambie el presidente, el cura, el novio, la novia, el tiempo...
2- O ser loco como Pedro, ya sea personalmente o con mi grupo creer que se puede caminar sobre las aguas del mal, y largarse ha hacerlo. 
TODOS NOS HUNDIMOS
La realidad nos muestra que todos, con fe o sin fe, encerrándonos, o creyendo que podemos contra la tempestad... la verdad es que TODOS  en algún momento tragamos agua. El mal es poderoso y es normal que: en algún momento nos atrape el miedo, la desesperanza, y hasta el enojo. 
DEJARSE AGARRAR POR EL
Cuando todo parece hundirse, y tambien lo nuestro, tambien mi persona, es ahí cuando sale el verdadero gritó  "Señor sálvame". Antes Pedro caminando sobre las agua, creia que lo podria hacer. Y quizás juzgaba a los que se quedaron atrás. Ahora tambien el se hunde y está en la misma que los que eligieron un camino diferente encerrándose en sí mismo, sin jugársela como se jugó él.  Hay momentos que parece que todos y todo se hunde.
Pedro ahora se pone en una situación de "conversión personal", soy yo que debo ser sacado del mal, por Jesús. 
Y es ahí cuando nos reconocemos también nosotros envueltos en el mal, pidiendo ser sacado por Jesús, él nos tiende la mano, cuando estamos dispuestos a que él nos agarre y nos lleve hacia afuera del mal. 
QUE ÉL SEA MI CAPITÁN
Reconocer que Jesús es verdaderamente Dios, es algo que dicen nuestros labios, pero muchas veces por miedo nos encerramos, o por creernos que podemos caminar sobre las aguas, de una manera u otra nos hundimos. 
Hay que volver personalmente y comunitariamente a poner la mirada en Jesús. Y cuando lo hacemos, él sin juzgarnos, para nuestro propia liberación, nos hace ver de qué nos tenemos que desprender o en que convertirnos. Si yo no cambio no cambia nada. Si me dejo salvar algo va a pasar... El peor momento de una persona o comunidad es cuando se cree fuera del mal, mira a los demás por arriba del hombro. 
Quizás la tormenta pase o siga... y seguro vendrán otras.... pero es muy distinto saber que estoy en sus manos, que poner la confianza en mi barca, familia o grupo, o solamente en mis pies. 
Detengamos nuestra barca , nuestro caminar
 y descubramos su mano su mirada...

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