Son días sin poder ver el sol por nubes de lluvia y nubes del humo de los incendios en Amazonas. También noche sin poder ver las estrellas y la luna.
Son días que hay que buscar el sol, las estrellas y la luna dentro... Son días buenos para el recuerdo de amigos y de algo bello.
A la tarde junto a la estufa a leña cuidando mi mamá, al culminar las tareas del Taller Misionero, aparecen propuestas de nuevas tareas y entretenimientos. Pero es bueno hacer una pausa entre las actividades y dar tiempo para estar en silencio.
Recordando Amigas, Amigos, recordé a Erik, que en su grata visita hace unos días, me trajo de regalo un libro. Y me regale ponerme a leer... alimento y compania elegido por pocos hoy en día...
La propuesta de la autora, Barbara Brown, mujer Sacerdotisa Episcopal, es: "encontrar a Dios en la religión del otro". Relato de su camino de fe, desde una familia no creyente, anti religiosa y su búsqueda en distintas religiones. Me atrapó la lectura... su vida.
Y llegó la hora de la misa en la catedral... me tocaba predicar... y Jesús nos presenta como central de su espiritualidad: " El Amor al enemigo", que sin duda es alguien distinto en su modo de actuar.
Contemplando el fuego, surgió en mí algo aprendido de los pueblos indígenas, de su modo ser, de su espiritualidad. En la esencia nunca encontré algo opuesto a la vida y propuesta de Jesús en las diferentes creencias de los pueblos originarios de este continente.
Agradecidamente también recordaba en misa a cada persona que nos recibió en nuestro tiempo de visiten Bolivia y a las personas que nos visitaron estando allá. Entre ellas a las hermanas Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado. Un nido amoroso para los colibríes y otros pájaros.
Misteriosamente una de las hermanas de esta comunidad, a la hora de la misa: la hermana Rosa Rodríguez se nos adelantó a la tierra Sin Mal... a la casa del Padre-madre. Y nos estará esperando con un abrazo sin dolor y sus originales carcajadas. A mi también me esperara con jabón, ducha, ropa limpia, mesa tendida y tiempo para la sobremesa eterna...
Rosa fue alguien que "fue ella misma y sus circunstancias" Disfrutaba y hacia con Amor su trabajo en a posta (policlínica) disfrutando y apoyaba el trabajo que hacían sus hermanas y ella no podia hacer por su creciente deterioro de su movilidad. Escuchaba y rezaba por las andanzas de cada uno que pasábamos por su casa.
El contenido de la homilía fue más o menos así:
Cuando tuve la gracia de vivir con los pueblos indígenas, me visitó un amigo psicólogo de profesión, reconocido como uno de los mejores en su trabajo.
En un encuentro con unos ancianos de una comunidad indígena, mi amigo pregunto (porque el hombre sabio está en continuo aprendizaje):
- Como se distingue a una persona inmadura, de otra que ya dejó de ser adolescente.
El anciano miró el cielo estrellado y respondió :
- Algunos maduran tempranamente, a otros les cuesta más y algunos no son capaces de distinguir el día de la noche nunca. Quien madura hace en el dia, lo que el día le permite con su luz, calor, frío, lluvia, o sol. Y hace en la noche, lo que la noche le permite, en su oscuridad, quietud, frío, calor, en compañía o soledad.
Mi amigo deseoso de seguir aprendiendo lo que no está escrito en libros de papel blanco, se mantuvo en silencio para seguir escuchando. Y la abuela agregó:
- Una persona madura es cuando: solamente espera de sí misma lo que puede dar en el día y la noche según las circunstancias. Una persona es madura cuando: espera del otro solamente lo que el otro puede dar en ese tiempo. Sólo al amigo se le puede pedir amistad y al enemigo hay que respetarlo con sus diferencias.
El gran libro de sabiduría indígena es la vida en común, en relación con la naturaleza. Es lo que enseñan los abuelos. Y es claro que a la flor se le puede pedir aroma y al árbol sombra, a las aves huevos y a los peces su carne...
El camino para amar al enemigo, al distinto comienza por el reconocimiento y amor a lo que somos. Dejando de querer ser otro que no soy.
Así nos Ama Dios, así como somos. No necesitamos ser otros ni hacer cosas especiales para que el nos ame. Reconociéndonos amados por Dios nos amaremos mejor... y amaremos a cada uno como es y como se quiera relacionar con nosotros...
De algunas personas puedo esperar, pedir y dar un fraterno abrazo... con otras es mejor mantener cierta distancia y no esperar abrazos compartidos. El amar no iguala las relaciones... Amar es saber recibir lo que el otro puede quiere darme. Amar es ofrecer lo que soy y puedo dar... a quien quiera recibirnos así como somos.
Y si nos abrimos a su amor en el sol y la noche, en la flor y el árbol, en las aves y el pez, en su Palabra y la eucaristía, en el otro distinto, en sus mil presencia... sintiéndome Amada, Amado, podré amar en todo tiempo y circunstancia, a toda persona así como hoy es...
El sentirnos Amados y Amadas, nos libera.... nos hace libres... por momentos felices... Siendo un problema para las estructuras que necesitan personas de determinada manera... Seremos un problema para los que nos quieren imponer un único modo de ser y para los que esperan vernos como un Mesías líder salvador.
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