El encuentro con Jesús nos descalza... nos desprograma... nos hace ser nosotros mismos.

- Recuerdo que cuando niño todo era bonito en la comunidad... hasta que me hicieron poner zapatos, para ir obligado a la escuela...

Sentimiento compartido del p. Luis. Indígena Terena, compartiendo la tierra con los Guaraníes. Hoy sacerdote de la Fazenda la Esperanza. En la parroquia de Cerro Chato.

Nuestra educación y nuestra Iglesia, muchas veceses se ha impuesto culturalmente. Y en algunos lugares hoy en día lo sigue asiendo.

Algo paso en mi aquí en el campamento colibri: por primera ves baile en ronda, como se baila en mi comunidad.

Pude hablar mi lengua,  compartir los saberes de mis abuelos, compartir en familia grande con niños y ancianos, pude moverme a mi ritmo.... siendo lo que soy e integrando a mis hermanas de la fazenda y viviendo el ministerio sacerdotal en medio del pueblo.

No podemos cambiar nuestra historia... pero si podemos descubrir los zapatos que nos impusieron... integrarlos a nuestro ser presente... desde lo que realmente somos. Es una gracia haber aprendido el portugués u español... si no olvidó mi lengua y manera de ser...

El bautismo de Jesús es en Espíritu... el Espíritu es liberador y crea comunión entre los diversos...

Por eso es bueno preguntarnos:

¿ Cuáles son los zapato que me impusieron?

Que me impuso mi familia, la sociedad, los amigos, la Iglesia, las ideologías, la necesidad...

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Y ponerlos en manos de Jesús en una comunidad que valore a cada uno así como es. Un verdadero encuentro con Jesús nos ayuda a descalzarnos, para ser nosotros mismos.