Estaba en la frutería y se acerca un amigo de escuela y me ve con una manzana en la mano y me pregunta - ¿El cura pude comer manzana?
Despertó
risas en la muchacha que atendía. Y ambos me miraban, esperando mi respuesta. Entiendo que la pregunta venia, en relación al relato de bíblico del pecado
de Adán y Eva al comer del fruto del árbol prohibido.
En ese
relato queda de manifiesto el gran regalo que Dios nos hizo: LA LIBERTAD, de
poder elegir lo que está bien hacer y lo que no. Humanamente por eso que
llamamos el pecado original, o podríamos llamar nuestras imperfecciones o
carencias, todos en algún momento comemos alguna manzana que no debemos. Y eso
no nos aleja de Dios.
Recordando el relato después que Adán y Eva, comieron el fruto prohibido, Dios se les acerco… y ahí aparece el verdadero pecado de la humanidad: el no hacerse cargo de sus acciones, y culpabilizar a otro de lo que yo hice. Adán culpa a la mujer y Eva a la serpiente.
Entonces la
respuesta a mi amigo ¿si el cura podía comer manzana? La respuesta es que SI,
que todos podemos hacer lo que nos corresponde y lo que no.
Mi amigo
sonrió, y me dijo: - me parecía que mi amigo cura no era tan santo ja ja ja y que
se come alguna manzana.
Me acerque a
él, y lo felicite, creo que ese es uno de los puntos fundamentales a conocer y
compartir del cristianismo: - ¿Qué es ser santo?
JESÚS REY
Y ahí
tenemos el relato de este domingo, cuando Jesús estaba en la cruz sufriendo la
tortura. Había personas con estudios y religiosos de la época, más los soldados
al servicio del poder y un malhechor, que se reían de Jesus, porque su corazón
estaba deseoso de PODER sobre otros y poder tener cosas materiales acumuladas. Al verlo a
Jesús desprendido de todo, POBRE, lo consideraban un fracasado, quizás hasta un hombre
maldecido por Dios.
Y hay otro
crucificado que llamamos el buen ladrón, que reconoce, SU PECADO, sus manzanas comidas y
cree que es justa su condena, pero señala que Jesús es inocente, que no ha comido
ninguna manzana, y le pide un lugar en su reino venidero. Este hombre es el
primero que Jesús santifica, diciéndole: - desde ahora estarás conmigo en el reino
de los cielos.
Ser santo es
reconocer nuestras faltas ante los hombres y ante Dios, y reconocer a Dios como
el único realmente bueno. Creyendo que su amor es capaz de perdonar todo lo que
reconozcamos como error, como pecado.
Todos
podemos entrar en el camino de la santidad, de la amistad con Dios,
conteniéndonos ante los frutos que no nos corresponde... o reconociendo nuestras
faltas cuando comemos la manzana que no es para nosotros. Escuchando a Dios,
dejándonos amar por él.
Cuando nos sentimos lejos de Dios, quizás puede ser porque tenemos algunas "manzanas" podridas guardadas... errores, pecados cometidos, o faltas que tuvieron con nosotros y no las hemos dicho. El camino a la libertad es la Verdad.
Es cierto tenemos que empezar a reconocer las manzanas que emos comido del árbol proivido
ResponderEliminarHola Nachito como están como esta Dorita un fuerte abrazo como los tuyos
ResponderEliminarMe encantó la reflexión de hoy . Así es , hay que hacerse cargo de nuestras acciones . Es fácil responsabilizar al otro. Lo correcto es reconocer nuestros errores para poder encarar nuestras futuras acciones de manera más responsable. Un abrazo Nacho y gracias por compartir estas reflexiones.
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