La capilla de la Fazenda se transformo en lugar de encuentro. En rueda las chicas y chicos de la Fazenda, compartieron su testimonio de "caída" en adiciones... algo que no es un juego, y realmente nos hace mal y hace mal a otros... y después dieron "esperanza" de que se puede "salir" de la dependencia y llegar a ser mujeres y varones nuevos.
En nuestra cultura, desde pequeño nos van clasificando por edades, y socialmente nos vamos separando por el poder de consumo... y distintas banderas... Por eso cuesta mucho crear un encuentro entre distintas generaciones y distintos grupos... pero es el camino... Imagínense si al encuentro con diferentes le sumamos la oración: ¿como se habrán sentido los muchachos? cuando a media mañana se les anuncio que ahora llega el momento de rezar...
Pero sorpresivamente soplo el Espíritu Santo, que hace único cada momento. Y nos visitaron dos vecinos.
- Don Gerónimo entro a la capilla afirmado en su bastoncito y con reverencia se quito el sobrero y saludo al crucifijo rezándole a Dios.
- Luego llego doña Emanuela una abuela de 99 años, con sus piernas tembleques, y cubierta como las cristianas de antes, con un velo cubriendo su cabello, se inclino ante la imagen de la Virgen Maria, y rezo...
- Y la pregunta fue: ¿Dios quedo contento con esta visita y modo de oración? Todos respondieron que si...
Sin darnos cuenta que la Palabra de Dios que transforma la vida de las chicas y chicos en la Fazenda en la caminata hacia la libertad... nos empezó a transformar a nosotros. En los recreos, en el tiempo libre, los estudiantes es cuando puede ser como realmente quieren ser...Y unos se sientan en bancos, otros en el suelo, y hacen pequeños grupos de amigo... En ese espíritu de vivir la Palabra que quiere a los abuelos siendo como son, pero que también quiere que los jóvenes sean como quieren ser... Comenzamos a rezar, cada uno sentado de la manera que se encuentra con un amigo...
Todos participamos en la oración, con todo nuestro ser, cada uno siendo como es... mas callado, mas risueño, como ciego, como ayudante o como Jesús.
Nos cuesta entender como participa Dios en nuestra vida, porque no tenemos un encuentro profundo con Jesús, y creemos que Dios intervine a nuestra manera. Ante la pregunta de cuantos ciegos curo Jesús, algunos respondían a muchos y otros a todos... Ante la pregunta de que hizo Jesús ante el ciego, la respuesta fue que lo curo.... Y en esta representación de la Palabra vimos que entre tantos ciegos solo uno fue curado... y que Jesús se acerco a el, preguntándole ¿Que quieres?.... y porque él quiso ver, vio... con la confianza que Jesús puso en el que podría volver a ver. Nunca se puede ayudar a quien no quiere ser ayudado, y si todos necesitamos que alguien nos diga TU Puedes.
Lucas (18,35-43) |
Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:- «Pasa Jesús el Nazareno».
Entonces empezó a gritar:- «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».
Los que iban
delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:
«Hijo de
David, ten compasión de mí!».
Jesús se
paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: -«¿Qué quieres?».
Él dijo: «Señor, que recobre la vista».
Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios. ) Palabra del Señor
La verdadera oración nos cambia la vida, nos da la mirada de Jesús. Vimos que los primeros cristianos que andaban junto a Jesús se quisieron adueñar de él, y apartar de aquel que estaban fuera del camino. Jesús y los que realmente son movidos por su Espíritu, son LIBRES, y por eso Jesús se acerca al ciego y dialoga con él, lo que no estaba permitido por la religión que clasificaba y separaba a los puros de los impuros. Y lo otro que nos enseña Jesús es que si miramos al otro con nuestra cabeza, y cultura, a nuestros amigos y familiares les queremos dar lo que creemos que mejor, y a los demás lo que nos sobra.... y Jesús trato a cada Prójimo, próximo, que encontró en su camino, lo trato como a un hermano, y a ese que pidió ayuda lo ayudo confiando en el...Cuando hay un verdadero encuentro con Jesús, cuando hacemos carne su Palabra, nuestras vidas se transforman, y sale de nosotros lo que realmente somos "hermanos". La alegría los abrazos, la acción de gracia se multiplico... Todos servimos a Jesús.Y llego el momento de la merienda "compartida" que deja de manifiesto una realidad que estamos viviendo como cultura... los jóvenes gustan de estar juntos en la misma mesa.... pero nos cuesta un montón culturalmente compartir todos juntos la misma mesa...
Vamos haciendo camino, y el primer paso es el testimonio de nosotros los adultos... hoy compartimos la "mesita"el mate , los dulces y el la charla.
Hoy podemos decir "que vemos un poco mejor el camino, y que hemos ayudado como Jesús a que otros vean mejor su camino..." este es el signo de que el encuentro fue con Jesús...
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