Esta marcha en Italia es una
tradición que se hace en preparación para celebrar el perdón de San Francisco
de Asís que se celebra el 2 de Agosto donde se recibe la indulgencia plenaria
el perdón de los pecados, por lo que cada año la concentración comienza el 30
de Julio y termina el 2 de Agosto.
Es por esto que la concentración
comienza el 30 de julio y la marcha termina el 2 de Agosto en siempre en la capilla
Santa María de los Ángeles de la ciudad de Camiri con celebración de la misa,
participando todos los años alrededor de 500 jóvenes, la mayoría de origen
guaraní que vienen de las diferentes comunidades.
Es de destacar que hasta
ahora siguen marchando año a año y este año 2020 se hizo por las redes por la
pandemia del COVID 19.
En el año 2014 en que
nosotros participamos a instancias de Nahir, que ya la había hecho y le resultó
una grata experiencia, era la marcha número 25 y comenzó en la ciudad de Boyuibe,
aunque nosotros por nuestra apretada agenda sólo pudimos completar el primer
día.
Partimos desde la escuela
Tekove Katu con los chicos del lugar, que se notaba estaban muy emocionados por
aisistir a la marcha hacia la ciudad de Camiri, algunos en camión y otros en la
ambulancia de la escuela que sería la encargada de asistir durante toda la
marcha cualquier eventualidad médica que pudiera presentarse especialmente por
cansancio, torceduras o desmayos por deshidratación que si uno no se cuida y se
hidrata correctamente pueden suceder por el intenso calor y la falta de humedad
que impide que uno se de cuenta que le falta el agua.
En Camiri nos juntamos con otros marchantes en el Centro de Urkupiña y salimos en camión, con Víctor en la cabina, hacia la ciudad de Boyuibe donde comenzaba la marcha el día anterior a su inicio.
Al ver la cantidad de gente, en su gran mayoría
jóvenes, que habían concurrido desde distintas comunidades, comenzamos a darnos
cuenta del significado que tiene para ellos y de su devoción al cristianismo y
a la forma en que lo viven que es muy diferente a la nuestra en varios
sentidos.
Esa tardecita hubo misa en
el templo del lugar en donde tuvieron que colocar parlantes afuera para que la
gran cantidad de jóvenes que no habían podido entrar pudieran al menos
escucharla y fue una misa muy alegre por los reencuentros que se daban y ser la
convocatoria inicial de la marcha y estuvo a cargo del hermano Calixto, también
fraile guaraní, que le puso mucha onda.
Luego fuimos a un colegio donde pasamos una noche muy alegre dado que cada comunidad que asistía había preparado y ensayado danzas típicas que nos presentaron con mucha concentración, ganas y en un ambiente de alegría generalizada.
Al día siguiente tipo a las 6 AM tuvimos una charla motivacional de parte de Juan Ignacio con rezos y recomendaciones, como por ejemplo que fuéramos de en columnas de a 2 personas por el peligro que implica la carretera, y luego de desayunar comenzamos la caminata alrededor de las 7 AM y con el sol a pleno y haciéndose sentir ya a pesar de lo temprano de la hora.
En este clima transcurrieron
las horas hasta que alrededor de las 13 nos adentramos por un camino de tierra
unos kilómetros para almorzar en una estancia donde ya nos estaban esperando y
tenían todo dispuesto para este propósito, agradecidos tanto por la comida como
por la sombra de los árboles que hasta ese momento no habíamos podido disfrutar
ni valorar.
Mientras almorzamos también
hubo otras charlas motivacionales y recomendaciones a cargo de un sacerdote de
unos 40 años y luego de un par de horas de merecido descanso, partimos
nuevamente desandando el camino de nuevo hasta la carretera, donde volvimos al
estado de recogimiento en columnas de dos en dos y guiados por banderilleros
que se ocupaban de la labor de mantener a los jóvenes y no tan jóvenes más o
menos ordenados.
Durante el peregrinaje pasamos por un lugar llamado la Muela del Diablo que fue el cerro más alto por nombrarlo de alguna manera que encontramos en la marcha.
Ya a la nochecita llegamos a
nuestro destino del día en Imbicuati luego de recorrer aproximadamente 22 Km en
el día de alrededor de 60 km que
duró la marcha, donde en el patio del colegio se celebró misa antes de la cena.
Luego de la cena, nosotros
volvimos a la escuela Tekove Katu donde habíamos dejado nuestra movilidad, en
la ambulancia que tuvo que volver por un llamado y continuamos nuestro viaje…
Como reflexión final es de
destacar la fe de esta cantidad de jóvenes que marchan tres días al rayo del
sol por la carretera por sus convicciones cristianas y lo importante que se
nota que es para ellos dado que lo disfrutan de formas que al menos yo aún no
he logrado comprender, tal vez porque en Uruguay la realidad es muy distinta y
no se hacen experiencias de este estilo que yo sepa…
Leo,
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