Este relato arranca cuando nos enteramos que en El Arca estaban necesitando una pelota de fútbol y en el pueblo de San Antonio de Parapety no habían podido conseguir, así que decidimos viajar a un pueblo cercano y muy pintoresco llamado Charagua para ver si allí encontrábamos, objetivo que logramos cumplir con éxito.
Como ya les comenté en la última entrega, El Arca es una escuela para personas con capacidades diferentes, niños en su mayoría, que para algunos es también su hogar ya que no viven en el pueblo de San Antonio de Parapety sino en otros pueblos desde los que se les dificulta trasladarse.
Cuando uno dice capacidades diferentes es cuando se da cuenta que tienen todas las capacidades que a veces nos faltan a muchos de nosotros, especialmente la capacidad de confiar, amar, jugar y compartir incondicionalmente incluso con nosotros que para ellos éramos unos perfectos desconocidos. Personalmente al principio pensaba que me iba a costar integrarme, pero con su capacidad de acogida y demostraciones de cariño y afecto uno enseguida se siente querido y muy bien recibido. La verdad son unos excelentes anfitriones, tanto ellos como sus maestras!!!
Allí compartimos una tarde increíble de juegos, charlas y merienda compartida de esas que quedan grabadas en el corazón y nos contaron entre otras cosas que se estaban preparando para las Olimpíadas Especiales en Octubre de ese mismo año 2014 y de las cuales serían anfitriones!!!
También nos hicimos amigos de María Elfy (a la izquierda en la foto) que en ese momento era una de las coordinadoras de la escuela y nos invitó su casa a tomar unos "poros", como le llaman al mate, a conocer y compartir con su familia y hasta el día de hoy mantenemos el vínculo cada tanto.
Sigo sin encontrar palabras para describir la emoción que se sintió haber participado de esta experiencia inolvidable y muy recomendable para vuelos futuros!!!
Leo.
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