Reconocerse "pequeño" necesitado de los demás, agradeciendo por todo lo que se nos da, es el camino para dejarnos encontrar por Dios. Nos decía Pablo nuestro obispo.
Los que celebraron su primer encuentro en la eucaristía, en el pan y vino consagrado por las palabras que Jesús nos dejó en la cena de despedida, nos permitieron a TOD@S l@s presentes encontrarnos con el Dios de Jesús.
Y cuando nos encontramos realmente con Jesús, recibimos el regalo de su perdón. Y como todo regalo de Dios es para ser compartido. Los niños recibieron el perdón en el sacramento de la reconciliación y este dieron ese amor a l@s que lo quisieron recibir. Realmente la felicidad fue completa.
Dios siempre se presenta en un "pequeño" para que nos podamos encontrar con Él. Y como en este caso, cuando acompañamos a los niños, eso nos lleva a encontrarnos también nosotros. La misa y la fiesta fueron un signo del reino: con lugar para todos, donde cada uno dio lo mejor se si en bien de todos. Nos volvemos a ver el segundo lunes de cada mes a las 15 hs.
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