viernes, 20 de noviembre de 2020

TIENDE TU MANO AL POBRE, QUE ES LA MANO DE JESUS

Al final del camino me
dirán- ¿Has vivido?

¿Has amado?
y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.
Pedro Casaldáliga
PREPAREMOS  EL ALTAR:

     Junto a la imagen de Maria, a la biblia: un pedazo de pan, un vaso de agua, unas llaves de casa, una ropa rota, un medicamento, unas cadenas o rejas.

    Desarrollemos nuestra capacidad de Amar, orando por el pobre, en sus distintas situaciones, según la palabra bíblica (Mateo 25, 31 - 46).

    Cuando oramos por alguien concreto, hacemos presente su nombre, su rostro, su persona, su situación. Es un buen comienzo para darle una mano. Creyendo que “pobre” es PRESENCIA REAL DE JESUS, al darle la mano, es con Dios mismo que nos encontramos.


Oremos en el mes de Maria

TENGO HAMBRE

Pensemos en personas concretas de nuestro entorno, que los hemos visto pidiendo alimento, pidiendo dinero para comer, o requechando de nuestra basura. Recordemos su presencia física, su rostro, su nombre si lo sabemos. Hablemos con Dios sobre esas personas.

TENGO SED

    Pensemos en personas y situaciones familiares donde le falta el aseso al agua potable para consumo, o agua para su siembra o animales. Recordemos esas personas, esas situaciones. Hablemos con Dios, pidamos lluvias.

ME FALTA TECHO

Pensemos en personas, familias, que sobreviven en la calle, bajo puentes, en casas muy precarias o amontonados bajo un mismo techo.  Tengamos presente a las personas que pasan por una mala situación económica, faltándole lo imprescindible. Recordemos esas personas, esas familias, hablándolo con Dios.

ESTOY DESNUDO

Pensemos en personas concretas, que por distintas razones “no visten bien su cuerpo”. O sabemos que no viste bien su corazón. Que tienen carencias afectivas, sentimentales, de buena compañía en su persona. Hablemos de ellos con Dios.

ESTOY ENFERMO

Pensemos en personas concretas, que están enfermas en su casa, internadas en un hospital, en un centro de recuperación. También en las personas que se sienten solas o con mucho miedo. Hablemos de ellos con Dios.


ESTOY PRESO

 Pensemos en personas concretas, en sus rostros y nombres, que hayan cometido un delito y estén en la cárcel. O en personas que estén presas de una situación de opresión familiar, laboral, social, aditiva, espiritual. Hablemos de ellos con Dios.

RECORDEMOS ESOS ROSTROS

Según la palabra bíblica, ellos son presencia real de Jesus. Intentemos ESCUCHAR que nos dice Dios en relación a ellos. 

¿Hay algo concreto 

que personal o comunitariamente 

podemos hacer por alguno de ellos?

UN TESTIMONIO COMUNITARIO

Compartir el trabajo, la mesa y la oración con los “pobres” en este caso con los de la Fazenda la Esperanza, que están recuperándose de alguna adición.

 

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