ORACIÓN
Tras
tus pasos, Señor, en camino. A Galilea.
Para
rehacer tú camino desde el comienzo.
Para
aprender a tu lado, mientras curas enfermos y atiendes a las multitudes.
Para
escuchar tu llamado, la invitación a seguirte…
dejándolo
todo, familia, bienes, seguridades, para acercarnos a tí,
despojados, sin
ataduras,
con
la ligazón sola de la pasión por el Reino.
Nos
llamas, nos convocas, nos llamas en comunidad,
en marcha.
A no
quedarse esperando que pase el Señor por al lado,
que
el Señor ya pasó y camina delante.
Hay
que correr a su encuentro,
hay que buscarlo aún donde no pensamos…
Galilea,
la periferia de aquel tiempo.
¿Dónde
será Galilea hoy día?
¿Dónde acudir para no errar el encuentro?
¿En
qué lugar, junto a quiénes, vive el Resucitado?
Haciendo
presente la vida del Reino.
Junto
a los pobres, los enfermos,
los marginados de aquel y de nuestro tiempo.
Mayorías
empobrecidas sedientas de un justo anhelo.
Danos
Señor el don del discernimiento,
saber por dónde y con quiénes
trabajar
hoy por tu Reino.
Vamos
Jesús, muéstranos,
enséñanos tus senderos sacude nuestras perezas,
haz
que salgamos corriendo,
no sea que perdamos la hora y sólo te veamos de lejos.
Seguirte
es estar a tu lado movilizarse a tu encuentro.
Vamos
a Galilea para empezar de nuevo.
Desde
allí, claro veremos tu presencia en todo tiempo.
El
Resucitado está vivo, pero no dentro del templo;
hay
que buscarlo allá afuera, al descampado, a cielo abierto.
Escondido
entre los pobres
develando el gran Misterio de la presencia certera
que
nos señala Mateo, Capítulo 25, en un grito de esperanza:
Felices
ustedes porque me reconocieron
en
el desnudo, el enfermo, el que está solo, el hambriento,
en
la cárcel o sediento, porque en ese más pequeño
me
convierto en sacramento, signo visible de mi presencia
en
todo lugar y tiempo partiendo desde los pobres para convocar al Reino.
Danos,
Señor, tu Espíritu para ver claro.
Danos
tu Espíritu para vivir para los demás.
Danos
tu Espíritu para no equivocarnos
y
creer encontrarte donde no te hallas.
Danos
fuerzas para buscarte en la Galilea de nuestros días.
Ayúdanos
a rehacer tu camino
Queremos
seguir tus pasos por el camino liberador
que
nos conduce hasta el Reino.
(La
Iglesia no es el Reino, debe ser signo de el, pero la supera)
Con días de mucha agua, nos encontramos con la pequeña comunidad de Valentines y después con los muchachos de la fazenda masculina en Cerro Chato. Las doñas de la comunidad y estos jóvenes en proceso de liberación de adiciones y búsqueda de un sentido de vida, también son galileos... ¿Qué se puede esperar de las doñas y de los que cayeron en adiciones, con todas sus consecuencias?
Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, estaré en medio de ustedes", nos dice Jesús y así lo vivimos. Con signos de su misericordia liberadora, encuentros fraternos, sin mascaras, alegres y profundos... sin faltar la providencia de una mesa de fiesta... Nosotros aportamos el canto, la música, la escucha, el ministerio.
En la noche con otras y otros de la bandada de colibríes, fuimos invitados a servir en ausencia del párroco, en la catedral de Melo. Que lindo cuando uno puede llegar en bandada asi como andava Jesús...