lunes, 24 de febrero de 2020

PROPUESTA DE ORACION Y MEDITACION PARA CUARESMA.

CUARESMA - CAMINO A RECORRER
1- Saber que hay muchos, cristianos en el mundo entero, viviendo esta misma experiencia.
2 – Confiar en que hemos sido elegido para recorrer este camino, y su Espíritu nos guiará.
3 – Al igual que Jesús, nuestra relación con Dios la tenemos que vivir en medio del mundo.
4 – Si, es muy bueno, hacer nos un tiempo para planificar nuestro camino y tener un tiempo cada día para contemplar el viaje que estoy realizando.
5 – Como en todo caminar, algunos arrancan desde el principio, otros se suman los días siguientes. El comienzo es el miércoles de ceniza, pero cada uno se suma cuando pueda.
PREGUNTAS PARA ANOTAR
6 – ¿Qué momento del día me tomaré para estar a solas con él y ver mi caminata diaria? 
7 - ¿Qué obstáculos puedo encontrar en el camino?
8 - ¿Qué voces me alentaran a esta experiencia espiritual? Puedo elegir una madrina o padrino que rece por mí y que quizás en algún momento dialoguemos.
 
PREGUNTAS PARA RESPONDER CADA DIA EN MI MOMENTO DE ORACIÓN - ANOTARLAS
9 - ¿Cuáles fueron los momentos, las experiencias, los encuentros más fuertes de este día?
10 - ¿Qué sentimientos surgieron en mí? ¿Por qué?
11 - ¿Qué personas vi hoy en mi camino que viven situaciones de crucifixión, de dolor, de desconcierto?
12 - ¿Qué dí de mi hoy? ¿Qué compartí con otros?
13 -¿Qué me dice hoy la Palabra Bíblica del día?
14 - ¿Qué tengo que agradecer a Dios en este día?
15 – Escribir como me siento ahora en este momento de oración, y reflexión.

viernes, 21 de febrero de 2020

LO ESENCIAL DE LA ESPIRITUALIDAD.... EL AMOR AL PRÓJIMO...


Gastamos muchas energías, en enseñar a los niños  a comer con cubiertos… Nos centramos en el “cómo comer…” y nos olvidamos que LO CENTRAL ES EL ALIMENTO…
Aprendimos en nuestro viaje, por distintas culturas,  que hay mil maneras de comer un mismo alimento… y que eso no es lo central de la vida… Cuando nos preocupa, y ocupa mucho tiempo “el cómo” eso se transforma en religión… que a veces nos descentra de lo esencialmente espiritual que es: “EL AMOR AL PRÓJIMO”
Para encontrarse con el otro, para amar,  hay que abrirse a lo que el otro nos ofrece… y a la manera que nos ofrece ese alimento… Nos exige salir de nosotros mismo. Por ejemplo:
 -“nosotros que somos vegetarianos, en un pueblo de pescadores, el encuentro se da, compartiendo el pescado que ellos nos ofrecen y recibirlo de la manera que ellos lo preparan y con los elementos que ellos usan para alimentarse.
Esto mismo lo podríamos llevar a la relación con lo trascendente… lo fundamental no es el “cómo me relaciono”  y si lo es “el qué, me ofrece él”. La espiritualidad es un “salir de uno mismo, para entrar en relación desde el otro”.
Por supuesto que si no quiero compartir algo que el otro tiene como importante y me ofrece… lo mejor es seguir nuestro camino. Las guerras son causadas por querer imponer al otro, lo que creo que es bueno… o por interés de poseer algo del otro… o intentar cambiarlo… que en definitiva es creerme superior y que el otro me pertenece o me necesita…
En el campamento, después de este viaje, Silvina y Joaquín, estuvieron mucho tiempo en la cocina… en una actitud de servicio… Y cuando les pedimos la palabra, en palabras nos transmitieron lo descubierto: “lo realmente espiritual: es el amor al prójimo en la cotidianeidad, en la hospitalidad”. Estando dispuesto a ayudarlo “en lo que la persona quiere ser ayudado”… y que cada uno siga “su camino”.
El desapego de las cosas materiales, de las seguridades, el soltar… puede ayudarnos a “SOLTARNOS y SOLTAR”… es decir: “relacionarnos en libertad… deseando lo mejor para el otro sin poseer y sin ser poseído…”. Crecer en espiritualidad es crecer en desapegos y en servicio al prójimo…

sábado, 8 de febrero de 2020

MATEANDO CON LA HERMANA LOURDES... ENVIADA COMO MISIONERA A ÁFRICA

¿A qué lugar?
A Mbanza Kongo-Angola.
¿Qué sabes de ese pueblo?
Mbanza Congo es una ciudad ubicada al norte del país, cercano a la frontera con República Democrática del Congo y distante unos 500 km de la capital del país que es Luanda. Es una ciudad de casi 200.000 habitantes. Esta fue la capital del antiguo Reino del Congo (antes de ser colonizado por los portugueses).
 Angola logra su independencia de Portugal a mitad de los 70 y luego de 13 años de lucha independentista, entonces se inicia una guerra civil que dura hasta 2002. Estuvo casi 40 años continuos en guerra, como para imaginar las consecuencias desbastadoras que sufrió el país.
 Es un pueblo marcado por la colonización y  la esclavitud pero también por la lucha, la resistencia y la alegría. 
Un pueblo con un estado muy joven, con una marcada desigualdad y pobreza de mayoritarios  sectores de su población. La dificultad de acceso a salud, educación, agua potable forma parte del sufrimiento de su gente.
Un pueblo mayoritariamente católico mezclado con creencias originarias. La lengua oficial es la portuguesa pero mantiene muchas de sus lenguas originarias entre ellas el kikongo
¿Qué edad tienes y dónde eres nacida?
Tengo 38 años. Nacida y criada en el departamento de Canelones, entre  Pando, Sauce y Totoral del Sauce, este último es el lugar donde viví gran parte de mi niñez y mi adolescencia, y donde actualmente vive mi familia. 
¿Qué soñabas cuando niña?
Mis  sueños de niña… creo tuve varios, soñaba con ser maestra, ser paquita de xuxa, con ser madre, con ser adulta…. De adolescente  se convirtió en un sueño ir a la universidad, y un poquito después estudiar Trabajo Social. Por entonces el sueño era ser una adulta independiente y trabajar en algo que ayudará  a otros a tener una vida mejor.
¿Cómo surgió la vocación religiosa?
La vocación la uno a lo anterior porque la veo como un camino, en que no todo se ve claro pero que tiene un sentido. Es un misterio también, porque nunca se puede explicar del todo, algo que Dios va tejiendo con nosotros en nuestra historia, y en eso hay hilos invisibles que una solo logra reconocerlos pasado el tiempo.
 La verdad no fue algo soñado en etapas tempranas ni que haya pasado por mi cabeza ser «monja», hasta el momento que me dí de frente con cierta pregunta o inquietud… Diría que surgió en el momento que estaba cursando la carrera (a los 20 y algo) y de ahí en más se fue  fortaleciendo la pregunta: para qué estoy en el mundo?? Era esa sensación honda de sentirme llamada a algo más y que me costó mucho ir descubriendo y respondiendo. Por entonces la idea de una familia e hijos si bien sonaba linda y posible no calmaba esa inquietud, tampoco la carrera soñada, ni posteriormente el trabajo… hubo algún intento de corta duración de ir a psicóloga y tampoco. 
Y en ese andar buscando no sé muy bien qué, llegue a conocer una institución religiosa llamada Dalmanutá y en ella a hombres y mujeres consagrados  a Dios, que despertó mi curiosidad, admiración…. Recibí con mucha sorpresa y  gusto que vestían de manera «normal» (sin hábito) y trasparentaban una alegría distinta…. Creo  fue un primer momento de romper con cierta idea sobre las «monjas» y comenzar a descubrir esa forma de vida que es la vida religiosa, y sentir atracción por ella… 
Desde entonces  re-inicie mi camino de fe y de re-descubrir a Jesús, de encontrarme con un Jesús más humano, más cercano, con el cual dan ganas de estar y que tiene mucho para decir a mi vida… Desde entonces fui dando pasos en la fe, de encontrarme con la Palabra, de asistir a la parroquia, hacer acompañamiento espiritual, dar una mano con la catequesis,  hice retiros, pero esa sensación de algo más seguía llamando. Y bromeando con una amiga sobre el «y capaz me hago monja» algo muy adentro me conmovió y lo que comenzó como broma terminó en lágrimas. Entonces la pregunta fue: estaré llamada a la vida religiosa? Y la respuesta fue: es una locura,  un disparate, mira si yo, mucha resistencia a aceptar la pregunta. 
En el medio algún intento de noviazgo hubo que no resultó, momentos de mucha confusión.
Así que llego un momento de sentir que había que hacer una opción radical y entonces vino la idea de ir a otro lugar del mundo necesitado como misionera o voluntaria (por entonces no distinguía mucho una de la otra). Y ahí viene el comenzar a conocer congregaciones para plantear este deseo, primero fui a las hermanas de Calcuta pero algo como que no cerraba. Así que seguimos conociendo otras, mi director espiritual me dio el nombre de unas Misioneras que tenían casa por la calle Millán, las Franciscanas del Verbo Encarnado, qué nombre tan particular pensé, con tanta palabra rara pero que sonaban fuertes. Igual las llamé, cuando atendieron me pasaron con la hna Fátima y ella a la Casilla con Mariana, concretamos un encuentro y luego de escuchar mi inquietud y mi confusión plantearon de iniciar un camino de conocimiento mutuo pensando en ir como misionera luego de unos meses a Brasil…. 
Quien me acompañaría era  Macarena desde la Cruz de Carrasco (la idea de tener que conocer una nueva hermana casi me daba motivos para no ir, pero fui). Y desde entonces fue un encuentro con Dios y con mi vocación. La casa de la Cruz de Carrasco tiene algo especial, es presencia sencilla en medio de un barrio humilde y yo sentía que allí Dios estaba muy presente. 
De a poquito la encarnación, ser franciscana, la fraternidad, la sencillez de vida, la opción por lo pobres  fueron tomando mucho sentido y encontrando resonancias profundas en mi. 
Y esta forma de vida expresada en este carisma sentí era a lo que Dios me estaba llamando, ser Hermana Misionera del Verbo Encarnado….. 
¿Por qué lugares has andado?
Mis primeras etapas las viví en la comunidad de la Cruz de Carrasco- Montevideo, desde 2013 a 2016, con algunos períodos cortos en el medio que compartí con otras comunidades, desde Fraile, La Teja, Porto Alegre y Bolivia.
 Y luego 2017 a 2019 Fraile Muerto ha sido mi lugar de misión.  
Realmente he experimentado que cada lugar con su particularidad es lugar de manifestación de Dios, desde la ciudad, el asentamiento, el pueblo rural… Dios se hace carne en rostros, personas, historias.
Cuando fui enviada a Fraile una hermana me dijo «te vas a enamorar de Dios en Fraile y Dios te va amar en Fraile», me quedaron grabadas estas palabras, y pasado estos tres años puedo decir que tenía razón. 
¿Qué te atrae de la congregación?
El carisma franciscano y de la encarnación (realmente creo es un  regalo del Espíritu recibido a través de madre Giovanna) con toda su fuerza y su misterio. Dios que se hace carne y vive en nosotros y en los hermanos, este es un camino de búsqueda y reconocimiento de cada día. Dios que se hace frágil, anciano, joven, pobre, … y en cada lugar asume un rostro, una historia desde la cual nos llama a buscarle y responderle.
 La opción y el amor por los más pobres, estar con ellos, aprender de ellos, dejar que Dios nos hable a través de ellos. Y en cada lugar esto se expresa de manera distinta, de ahí la diversidad en las obras e iniciativas que llevamos adelante en cada lugar. 
 Nuestra diversidad como familia religiosa, si bien en algún momento fue algo que me costó entender creo es un valor ver que somos tan diversas en eso también veo un signo de la encarnación. 
Confieso que vestir como el común de la gente fue algo que me atrajo y con lo cual sintonice mucho en un comienzo, no por novelería, sino realmente como una  opción de ser vida religiosa mezclada con el pueblo y de que el mayor signo que expresa nuestra opción de vida es la misma vida, no las vestiduras. 
El ser una congregación pequeña es algo que me gusta, ya que favorece conocernos todas, al menos a nivel de la provincia  de América cuando se nombra una hermana una sabe claramente quien es esa hermana.  Y hace que seamos presencia sencilla en cada lugar.
¿Qué es lo que más te ha costado dejar?
Mis «proyectos»… cosas que valoraba y me había esforzado en conseguir. Ir asumiendo la opción de vida naturalmente va haciendo que las prioridades de una vayan cambiando: la profesión, el trabajo, el logro personal ya no son el centro…
Pasar del mí al nosotras y aprender a  caminar en comunidad es algo que me costo, si bien la vida comunitaria es algo que me encanta no ha sido fácil el proceso. Quizás por haber entrado un poquito más grande una necesita cambiar el chip, igual esto no es algo automático y de una vez sino que es un camino
 ¿Un hobby?
Mirar una buena película, una charla con mate, leer algún libro
¿Algo que no te agrada?
La indiferencia, la discriminación,  el no creer en el otro/a.
¿Unas palabras de Jesús?
Maestro dónde vives?  «Ven y verás»
«… cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo»
«He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia»
¿Una referencia humana?
Como figura pública se me viene Mujica, como referencia de vivir con coherencia en relación a sus ideales.   
Una referente de lucha, de amor, de superación mi madre María del Carmen. 
Pienso en tanta gente humilde que he conocido y que han sido referencia de generosidad, que lo poco que tiene lo comparte enteramente.
También mis hermanas son referencia para mí de amor a los más pequeños y de fidelidad...
¿Cómo te fue en la parroquia de Fraile Muerto?
Muy bien,  crecí con esta comunidad. Me tocó compartir momentos un poco de desánimo a la llegada, momentos de dolor, de ser herida como iglesia local y también vivir  momentos de resurrección, de renovación.
 Creo en la comunidad una siempre encuentra hermanos y hermanas que ofician de testimonio, de fuerza, de ánimo, a través de gestos, abrazos, miradas. Y eso nos alimenta.
¿Qué momentos en especial te marcaron?
Creo me marcan actitudes de fe de la gente, lo decimos entre las hermanas y también con la gente de la comunidad: aquí hay tierra fértil, es un pueblo con memoria de fe, de vivencias, de personas, de misiones. Y eso se ve, se siente…
Pero si pienso en momentos me vienen las misiones compartidas con los jóvenes en Ramón Trigo, Rincón de Py, las hoguera de San Juan de Toledo, 
el pesebre viviente de Séptima, la peregrinación a la Gruta de Cerro de las Cuentas y la fiesta entorno a ella… me marcan porque son expresiones propias de vivir y celebrar la fe y eso es algo muy lindo.
El Encuentro diocesano de Catequistas, la Jornada diocesana de Jóvenes, el retiro comunitario, creo fueron momentos fuertes, oportunidad de caminar juntos y fortalecernos como comunidad.
¿Qué le dices a una persona que le gustaría ser misionera?
Que siga sus intuiciones,  «ven y verás» como dijo Jesús…. Que emprenderá un camino hermoso y desafiante de encuentro y donación, y en el encontrarnos y darnos la vida crece.

 ¿Qué le deseas?
Apertura de corazón y escucha… para dejarse sorprender, dejarse amar, para aprender.
Y paciencia porque los tiempos de la gente y de Dios no son los nuestros
¿Cómo te sentiste cuando te propusieron ir a África?
Si bien había sido algo conversado cuando llegó la propuesta concreta con fecha y tiempo, por un momento quede paralizada (como que no caía) y luego fue una mezcla de sentires. Entre nervios, temor, entusiasmo, responsabilidad… y gratitud.
Creo y confío que la experiencia de compartir un año en la misión de Angola será una riqueza y lo siento también como un regalo de Dios en el tiempo oportuno.

Representa para mí un desafío misionero y humano grande, nuevo, lindo, que implica traspasar la frontera geográfica pero también de lo conocido y seguro para entrar en una diversa cultura, lugar, gente; que invita a descubrir a Dios allí presente de forma también nueva y diversa.
¿Qué crees que te espera más allá del océano?
Dios… hecho África, hecho niños del centro Zulianello, hecho sufrimiento  y también alegría. Creo me esperan experiencias que me sorprenderán  y enseñarán….
Ante esta misión resuena mucho en mi las palabras «descálzate que la tierra en la que entras es tierra sagrada».

jueves, 6 de febrero de 2020

Y algo pasó… descubrimos que somos un TESORO… gusanitos llamados a ser mariposas.

IX CAMPAMENTO DE ENCUENTRO TEOLÓGICO 
EN LAGO MERÍN ENERO 2020
Mbae oasata oï … “Algo va a pasar”
Y algo pasó… 
descubrimos  que SOMOS un TESORO… 
gusanitos llamados a ser mariposas.
Y algo seguirá pasando… la semilla quedó sembrada en tierras diferentes, en personas y comunidades de Canelones, Soriano, Colonia, Salto, San José, Florida, Montevideo, Durazno, Cerro Largo, Treinta y Tres …
 Si bien el crecimiento de lo recibido, de lo sembrado, dependerá del cuidado que cada uno le dé, también es cierto que el Reino de Dios germina en el día por nuestros esfuerzos, pero también en la noche mientras descansamos sin que nadie lo sepa el sembrador la hace crecer…
 Y esa semilla es como la de un grano de mostaza, es la más pequeña, pero cuando crece, extiende sus ramas y todo tipo de pájaros se cobijan en sus nidos.  (Marcos 4, 26-34)
También por la Patria Grande, que tuvo participantes de Brasil, Cuba, Paraguay, Argentina, Colombia y seguimos tejido con Bolivia Guaraní que nos dio la vida, presencia Mapuche y los colibríes que venía de viajar por Asia enriquecieron el tejido cultural y ecuménico.

LOS LOCATARIOS SON LOS PRIMEROS
En nuestra espiritualidad, todo se debe construir con los del lugar... Daniel, Gustavo, José Carlos, Rogelio, Socorrito… ellos son la tierra, ellos son los trafogeros, en el invierno, ellos son el pesebre, donde Dios quiere nacer...
 Y por supuesto que la coordinación con el párroco es fundamental. Este año el P. Reinaldo nos abrió las puertas, participó, e invitó a otros a participar. También nuestro obispo Beto nos hizo llegar sus saludos.
La providencia de Dios que se manifiesta en corazón, mentes, manos y bolsillos que se dan, nos regaló la presencia del Grupo Scout Javier Mori de Melo, para preparar el campamento… Y se vinieron con todo, incluso con el baño, almuerzo, y mucha disponibilidad para servir. Dejándonos el mensaje por medio de Stich: que llega de manera violenta, por su historia, por no sentirse aceptada…  y es escuchada, comprendida con ternura… sana sus heridas, comienza a creer en sí mismo, en los demás y es una más en la rueda del campamento… “el amor todo lo puede”.
VOLVER A CASA
Venir al campamento Teológico, es reencontrarnos con nosotros mismos, con Dios,  con los amigos, con los amigos de nuestros amigos que nos haremos amigos. Es una experiencia de vacacionar juntos, donde no hay que gastar dinero en sumar cosas extras, contrariamente al mundo consumista, acá se vive con lo esencial y de manera solidaria. No se necesita ropaje nuevo, más bien nos descalzamos conectados a la Pacha Mama, con nuestra historia que queda descubierta.
La mirada del otro, es como la mirada de Dios, a nuestras heridas, y errores. Nadie juzga… todo se respeta. Nuestros cuerpos hablan, nuestros cantos son también palabras de liberación, los abrazos tocan el alma y nos hacen trascender esta realidad. La alegría sincera, desde lo que cada uno va siendo, y va despertando, es el signo visible de que el Espíritu de Dios es nuestro aliento.
Participamos unas cien personas venidas específicamente al campamento, con esa dinámica de libertad, donde cada uno llego cuando le quedaba mejor y partió el día más conveniente. Se armaron nidos en la casa común alquilada de las “monjas”, en carpas en la capilla, cabañas, casas alquiladas y alojandose en el hotel. Una tercera parte participó por primera vez. Y unos cuantos más se sintieron parte del campamento siendo parte de la misa de inicio o de clausura, incluso algunos participaron por medio de las redes sociales.
LA PALABRA ES NUESTRA BRÚJULA
Cada día en clima de familia de vacaciones, como las primeras comunidades cristianas, nos amábamos en los servicios de cocina, limpieza, música, juegos… y escuchábamos la Palabra Bíblica del día, unidos a la iglesia en el mundo entero. Esta palabra se hacía oración, alimento, liberador que nos daba alas. Los títeres, el teatro, la danza, los cuentos, fueron instrumentos de encuentro entre nosotros y con Jesús de Nazaret.
Quizás los signos más visibles de esta palabra hecha carne sean en la fraternidad familiar. En la economía solidaria. En los servicios prestados con mucho amor. La alegría que se expande sin necesidad de ningún ingrediente extra, que no sea el amor.
NOVEDADES DE ESTE AÑO
Como decíamos al comienzo, la participación de los Scout, acentuó el encuentro en el sentido de “campamento”. La presencia de la muchachas de la Fazenda femenina, nos enriqueció profundamente en lo cultural (Paraguay, Colombia, Uruguay) , aportando el mensaje “que siempre es posible  volver a nacer”.
Entre el centenar  de participantes más de treinta participaron por primera vez. Y siendo la dinámica de que todo se construye junto, se creó un gran espacio de acampada, de estar, comedor, de fogón, mate, en el patio de la capilla. 
También los momentos de oración fueron todos creativos, nuevos y profundos. Incluso la misa final fue presidida por el párroco del lugar, con la participación de tres sacerdotes más. Con un equipo femenino de liturgia muy dinámico.
Surgió la caminata hasta la desembocadura del Río Tacuarí, hubo concurso de mímicas, competencia en la doma del toro mecánico, abrazos en plena vía principal, contemplar el amanecer, feria de la diversidad de experiencias que somos, narraciones de vida, ronda de mujeres y todos los días guitarreadas…
LAS BANDERAS
Las presencias indígenas, nos relacionan diferente con el tiempo y con la palabra. Nos reafirma el camino comunitario, donde los niños no molestan, los ancianos son una bendición y todos formamos una gran familia donde nos sentimos hermanos, tíos unos de otros…
La bandera de la diversidad, y de la paz, llamaba la atención entre las demás banderas. Y en la realidad de nuestra gran familia se vivió con mucho respeto la presencia de personas con distintas opciones sexuales y también políticas y religiosas. Consideramos que quien está en paz consigo mismo, quien se acepta como es, quien tiene opciones de vida más o menos claras, se siente bien así como es y es capaz de respetar las decisiones y las maneras diferentes de ser, sentir y pensar de otros.
Lo hermoso de este espacio es que todos sabemos que si mañana cambiamos en algo… seguirá habiendo lugar para participar de manera diferente.
¿COMO SIGUE?
Desde sus inicios el grupo Colibrí, primeramente llamado Equipo Misionero Itinerante, nacido en el Chaco Boliviano, surgió como una experiencia puntual al servicio concreto de las navidades en las comunidades Guaraníes. Terminada esta misión, cada uno de los participantes volvió a su cotidianeidad (comunidad, país) pastoral, de estudio, trabajo, familiar.
La segunda etapa desde el 2004 al 2009 fue una etapa misionera donde siempre fueron mayoría los indígenas,(Guaraníes, Ayoreos, Quechuas, Aimaras, …) con participación de muchos Uruguayos, Argentinos, Italianos, Indios, Peruanos, Españoles, Colombianos, Brasileños, Cubanos… por un mes, o un máximo de un año. Con el sentido de reafirmar o encontrar lo vocacional, en una experiencia comunitaria de misión, oración, intercultural, con distintas vocaciones. Nos extendimos a Paraguay, Argentina, y Uruguay. Siempre coordinando con el obispo y el párroco del lugar estuvimos al servicio misionero a las comunidades más alejadas. Los franciscanos, las hermanas del Verbo Encarnado, las hermanas franciscanas y las brasileras, junto con los diocesanos fueron los que nos recibieron y apoyaron.
La tercera etapa fue desde el 2010 hasta el prese 2020, lograron disolver el equipo misionero itinerante… pero desplegó sus ala el colibrí. Continuaron los intercambios misioneros entre Bolivia y Uruguay. Nacieron los campamentos de Encuentro Teológico en Lago Merín, las rondas de mujeres, los encuentros de invierno, y los encuentros inéditos convocados por algún colibrí…
Y se extendió el vuelo a Ecuador y Chile. Habiendo hoy en día diferentes nidos en la patria grande. No es un movimiento con espiritualidad y vida propia. Hasta ahora nos llamamos colibríes aquellos que con sus distintas espiritualidades, Salesiana, Franciscana, Focolares, Diocesanas… con su mayor o menor vinculo parroquial estamos tejidos por encuentros que nos identifican como tal.  Y sabemos que algo as va a pasar…