Querida Valeria, tu mamá
nos cuenta que estas creciendo bonita, y que ya comienzas a leer, y nos pidió
te escribiéramos una carta, con la tía Pocha desde Uruguay.
SEMANA SANTA
Al
escribirte, estamos culminando esta semana tan importante para los cristianos;
te contaremos el significado que tiene para nosotros, quizás te pueda servir
para encontrarte con ese amigo llamado Jesús, que da un sentido distinto a la
vida.
La Semana Santa es: como una síntesis de la vida de Jesús, que siendo Dios se hace humano, para
dejarnos un modo de vivir plenamente humano.
DEJARNOS AMAR
La semana
Santa comienza con el domingo de Ramos donde Jesús entra montado en un burrito
a Jerusalén y es alabado por la parte del pueblo que necesitaban y esperaban un
nuevo rey que los liberara de la situación de opresión, pobreza e injusticia,
en la que vivían.
Jesús se dejó Amar, aclamar, aplaudir, servir, abrazar. Y ahí esta el primer mensaje divino en el
camino hacia la plenitud humana: el Amor.
Jesús desde
su encarnación, nacimiento en Belén, crecimiento en Nazaret, necesito ser
amado, y ahora en las horas previas al sufrimiento (que savia que tendría que
vivir) se abrió al amor del pueblo.
Valeria, eso es lo primero que debemos desear y dar a toda persona: Amor. Es el fundamento básico, esencial de
la espiritualidad cristiana, por eso nos tenemos que preguntar: ¿Cuánto me siento Amado/a, y cuánto estoy Amando?
VIDA COTIDIANA
Luego en la
semana viene tres días de vida cotidiana, de encuentros, descanso, trabajos,
alimento, oración… Es muy significativo que “lo
de todos los días” sea el mayor tiempo en la vida de Jesús,
coincidiendo con nuestra cotidianeidad que también ocupa el mayor tiempo.
Jesús en
treinta y tres años de vida, treinta fueron en Nazaret como un vecino, un
obrero, en familia, transmitiendo que ahí se vive la espiritualidad
cristiana: en encontrarle profundo sentido a la
cotidianeidad de los encuentros, trabajos, fiestas, alegrías, dolores, luchas,
oración.
Valeria, por eso nos
tenemos que preguntar para ver nuestra espiritualidad: ¿Qué contenido tiene nuestra vida diaria, semanal en
cuanto a trabajo, relaciones humanas, espacio para la oración personal y comunitaria?
¿Cómo nos sentimos viviendo lo común al pueblo? La mayoría de las personas tienen problemas existenciales, porque no le han encontrado sentido a la vida diaria.
EXPRESIONES DEL AMOR
El jueves
santo en la última cena, Jesús nos deja distintas expresiones del Amor
Cristiano: - - Comer juntos, que es signo de la amistad.
- Celebrar la Pascua, fiesta religiosa y popular de su
cultura.
- El lavatorio de los pies
como lugar para elegir: el servicio, como expresión del Amor.
- Jesús da la libertad a
Judas para que se aparte de la mesa y que los demás se queden a pesar de sus
fragilidades.
- Y compartir el pan y el vino, en
su memoria, creyendo en su presencia.
Valeria, acá hay
muchos elementos para nuestra vida espiritual, de los cuales simplemente
resalto tres que están unidos: el servicio, la libertad y la
oración.
La misa que para nosotros es una celebración central de nuestra
espiritualidad, no puede ser separada de la vida en actitud de reconocer el
amor de Dios en los que nos sirven y en nuestros gestos de servicio, y siempre en toda relación humana debe existir la libertad. Por eso es
bueno preguntarnos si ¿nos sentimos servidos,
amados?, y si ¿la participación en la misa, los momentos de oración, nos
impulsan a servir, amar? ¿me siento creciendo en libertad?
EL AMOR ES ENTREGA Y MISERICORDIA
El Viernes santo
es quizás el día más reconocido de Semana Santa por la representación del Vía Crucis. Que contiene distintas expresiones
del amor de Dios hacia nosotros, para que las experimentemos y vivamos junto a
nuestros prójimos.
La primera
es la respuesta no violenta ante la violencia
del mal. La entrega, el silencio,
el fracaso, en el amor, es como la semilla que muere en el surco: dará sus
frutos.
Lo segundo
es el sentido de la entrega, para el perdón de
nuestros pecados, asumiendo el
camino del sufrimiento moral y físico incluso llegando a la muerte.
Valeria, esto
despierta las preguntas sobre nuestra fe: ¿Creemos
en el camino del Amor, que nunca será el con armas, ni violencia? ¿Nos sentimos
perdonados y estamos dispuestos a perdonar? ¿Sabiendo que los momentos de gran
entrega serán dolorosos, estamos dispuestos a sufrirlos, con fe en que serán fecundos?
EL GRAN MISTERIO DEL AMOR DE DIOS
Valeria, llega el
sábado con la Vigilia Pascual, llena de luz, palabra, canto… donde celebramos
el triunfo de la vida sobre la muerte, por medio
del camino del Amor.
¿Hemos experimentado momentos Pascuales, de paso de la opresión
a la libertad, de estar sobreviviendo a volver a vivir plenamente?
Querida
Valeria quizás hoy no puedas comprender el sentido profundo de la Semana Santa,
lo bonito que es tener la gracia de ser Amigo de Jesús,
dejarse mover por su Espíritu, reconociendo a Dios como Padre de todos y de
todo lo viviente.
Habrán personas, que te harán llegar parte del Amor de Dios: amándote, cuidándote, abrazándote,
sirviéndote, alimentándote, orando, perdonándote, anunciándote que la resurrección
es siempre posible por el camino de Jesús, desde cualquier situación de muerte.
La iglesia es
para eso: para recibirnos y acompañarnos en el
camino de la espiritualidad cristiana. Porque
estamos en medio del mundo, todos, e incluso nosotros los cristianos, donde tenemos
actitudes y propuestas que no son evangélicas, faltando al amor, y ponernos de
juez de los demás…
Ser cristiano es no dudar nunca del Amor de Dios y volver todas las
veces necesarias a él… Y acompañar a que otros vuelvan porque no hay nada que
nos pueda apartar del Amor de Dios.
Valeria, por eso
siempre es muy conveniente conectarnos con la
fuente, con Jesús, con su Palabra, con su presencia misteriosa en las Galileas,
los Crucificados y en los Sacramentos. En el Amor.
Valeria, un día conocerás
Uruguay, conocerás otras culturas, otros países, otras religiones. Ojalá tengas la mirada de Dios, que ve en el Amor su
presencia, y en la injusticia, violencia, desigualdad el pecado. La
pregunta nunca será ¿de qué religión somos? la pregunta es: ¿cómo estamos abiertos a recibir y a entregar el Amor de Dios?