viernes, 18 de junio de 2021

APORTE: ILUMINAR Y ACTURA en la ASAMBLEA ECLESIAL- BANDADA COLIBRI

 


Desde el encuentro con

Jesucristo se ilumina la vida de

nuestros pueblos

ILUMINAR

A. Leemos los signos de los tiempos como discípulos misioneros

Un eje fundamental de la propuesta discipular y misionera es el anuncio de la Vida Nueva en Cristo y la instauración del Reino (Cfr. DA 367) bajo la perspectiva de una “evangelización integral” (DA 176). Dar testimonio y anunciar la Buena Noticia no es una acción que apunte solamente a entregar un mensaje espiritual o religioso, sino que también implica una opción por todas las dimensiones de la vida para que todos la tengan y en abundancia (Cfr. Jn. 10, 10).

 APARECIDA centró su propuesta pastoral en el discipulado misionero, teniendo como fundamento que la condición discipular brota de Jesucristo como su fuentepor la fe y el Bautismo, y crece en la Iglesia (Cfr. DA 184).

El llamado a ser discípulo implica ser convocado para unirse íntimamente con Jesús (Cfr. DA 131). El inicio del discipulado, entonces, está en una persona, Jesucristo, que sale al encuentro de hombres y mujeres para ser conocido, para dar un horizonte íntegro a la vida y para revelar la plenitud del amor divino y humano. Cuando la persona llega a ese encuentro de fe (Cfr. DA 243), “no puede dejar de responder a este amor si no es con un amor semejante: ‘te seguiré donde quiera que vayas (Lc. 9, 57)’” (DA 243).

El proyecto de vida del discípulo se concreta en la praxis del mandamiento nuevo del amor, testimoniado por Jesús quien, siendo Dios “trabajó con manos humanas,reflexionó con inteligencia humana, actuó con voluntad humana y amó con corazón humano (...) siendo verdaderamente uno de nosotros, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado” (GS 22). Este es el signo distintivo de cada seguidor y también de la Iglesia, cuyo testimonio de caridad fraterna será el principal y primer anuncio (Cfr. DA 138). Como afirma el Vaticano II, “quien sigue a Cristo, el hombre perfecto, se hace más hombre” (GS 41).

1. Crecer en el seguimiento a Jesús

En 2007, el horizonte de la V Conferencia Episcopal fue claro: impulsar a los cristianos, de cualquier estado o condición, a crecer en el seguimiento a Jesucristo a través de un camino de formación integral que permita el desarrollo de su dimensión misionera. Este impulso encuentra sus motivaciones en la intención de fortalecer la identidad del discípulo en un contexto plural y de “desconcierto generalizado” (Cfr. DA 10), en el cual cada persona cristiana se ve enfrentada cotidianamente a discernir y renovar su opción por Jesucristo (Cfr. DA 14).

 El seguimiento, sin embargo, supone también una invitación a la conversión, entendiéndola como un proceso permanente e integral (Cfr. DA 382). Ciertamente existe una primera y fundamental conversión, pero esta deberá ir acompañada de “sucesivas conversiones” que van renovando la vida. No basta llamarse cristiano, conocer la doctrina y cumplir las fundamentales prácticas religiosas o de caridad, si ello no se traduce en el esfuerzo personal por crecer en la fidelidad a la persona de Jesús, a su estilo de vida, a su obra y a su justicia.

 En definitiva, el discípulo de Jesucristo se muestra auténticamente como tal cuando asume la misión y el destino del Maestro, comunicando su Vida y poniéndose al servicio de ella en la integralidad de lo que significa.

B. Como discípulos misioneros estamos al servicio de la vida

La propuesta de Aparecida es guiada por un sentido alegre, esperanzador y “en salida”, donde el anuncio misionero es la simple e inevitable comunicación de la novedad de Jesucristo, dejando la propia comodidad y atreviéndose a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (Cfr. EG 20). En ese sentido, la propuesta misionera de Jesucristo es comunicar “una vida plena para todos” (DA 361) y la misión de quienes lo siguen será entregar con sus palabras y testimonio este don.

La Vida que ofrece Cristo se concreta en una opción preferencial por los pobres, en afrontar el desafío de la miseria, de los excluidos y de la transformación “de las estructuras, sobre todo las que crean injusticias” (DI 4), en un compromiso por el cuidado del matrimonio y de la familia (Cfr. DA 431-475) y por la evangelización de las diversas culturas de nuestros pueblos (Cfr. DA 476-480).

La misión, por tanto, no surge por un afán proselitista o propagandista, sino primera y fundamentalmente por una respuesta al mandato de Jesucristo (Cfr. Mt. 28, 18-20) y porque los discípulos, por desborde de gratitud y alegría, quieren compartir la vida que brota del encuentro con Cristo para que todos puedan participar en esa vida plena.

1. La misión, un movimiento “en salida”

La misión es, entonces, un movimiento “en salida” en favor de la vida, para comunicarles y compartir a Cristo, que ha llenado su vida de sentido, de verdad y amor, de alegría y esperanza (Cfr. DA 548).

 Junto a este paso insustituible, la propuesta de Aparecida acentúa otros elementos relacionados con el anuncio integral del Evangelio, como son: el atraer al encuentro de Cristo, y al discipulado, con la alegría y el gozo de la fe, irradiando el testimonio “de proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social y capacidad de compartir como Jesús lo hizo” (DA 363), Otro elemento es el anunciar explícitamente la vida digna para todos, siendo promotores de la liberación de toda esclavitud y protagonistas de la “globalización de la dignidad”, para que los excluidos pasen a condiciones más humanas.

Así, todo lo humano tiene resonancia en el corazón de los seguidores de Jesús. Por ello comprendemos que en el horizonte de la misión está la evangelización integral de todos los pueblos.

2. Evangelización, promoción humana y auténtica liberación

La evangelización “ha ido unida siempre a la promoción humana y a la auténtica liberación cristiana” (DI 3), porque la fe “ilumina la vida de la sociedad poniendo todos los acontecimientos en relación con el origen y el destino de todo en el Padre que nos ama” (LF 55). Con esta premisa, la misión de comunicar la Vida se orienta hacia una verdadera liberación integral de todos los oprimidos, es decir, de los pecadores, de los pobres, de los excluidos y, en general, de todos los crucificados en esta Tierra.

La misión, desde esta perspectiva, se despliega en un camino de liberación: religioso, que apunta a la liberación del pecado, el cual rompe la amistad con Dios y aísla de los otros (nivel de reconciliación); antropológico, que se refiere a la liberación de los agentes que producen la alienación cultural (nivel de humanización); y socioeconómico y político, que busca la liberación de las causas que generan la opresión (nivel de reinserción social) (Cfr. DA 359).

La opción preferencial por los pobres expresa esa solidaridad propia y distintiva de la fisonomía latinoamericana (Cfr. DA 391). Abre la ventana, ampliando y diversificando esta opción al hacer referencia a los “nuevos rostros” de los pobres usando la categoría “excluidos”. Entre estos últimos se encuentran, por ejemplo, los migrantes (Cfr. DA 411), los niños y niñas sometidos a la violencia y obligados a vivir y trabajar en la calle (Cfr. DA 429), los tóxico-dependientes (Cfr. DA 422), los presos recluidos en Aparecida nos dice: La opción preferencial por los pobres nace de “nuestra fe en Jesucristo, el Dios hecho hombre que se ha hecho nuestro hermano” (DA 392).

De Aparecida emergen algunos rasgos que permiten identificar cuando una estructura es sana o justa. Se entiende por tal aquella que ayuda a consolidar un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos (Cfr. DA 358).

En este contexto, surge el desafío y la misión de desarrollar estructuras más justas y de transmitir los valores sociales del Evangelio. Efectivamente, los discípulos, preferentemente los laicos, que realizan su misión en el quehacer cotidiano en el mundo, con su testimonio y su actividad, deben contribuir a la creación de estructuras según los criterios del Evangelio (Cfr. DA 210). No bastan el anuncio y la denuncia, si estos no van acompañados, según las realidades y posibilidades, con una oferta concreta de creación o de transformación.

III. En camino hacia una conversión personal, comunitaria y social

ACTUAR

A. Como discípulos misioneros estamos llamados a recorrer nuevos caminos

La Vida Plena que se nos da en Jesucristo, “la Iglesia tiene como misión propia y específica comunicar la vida de Jesucristo a todas las personas” (DA 386). Es una urgencia hacerlo (Cfr. DA 389) desde el ser misionero y evangelizador de la Iglesia Cfr. EN 14), expresado en una pastoral integral e integradora que “debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales” (DA 365).

1. El llamado hacia una ecología integral

Este proceso evangelizador no deja de lado a la creación como un don de Dios que hay que cuidar, y donde se debe “entrar en diálogo con todos acerca del cuidado de nuestra casa común” (LS 3). Debemos dar gracias a Dios por el don de la creación, por la biodiversidad y sociodiversidad que brotan de ella, por su capacidad de generar vida, pero también debemos protegerla, privilegiando a los pueblos autóctonos y sus riquezas culturales, promoviendo el reconocimiento y la legalización de sus territorios (Cfr. DA 86). Hoy más que nunca los discípulos misioneros debemos vivir junto con nuestros pueblos la conversión ecológica “para apreciar el don de la creación, sabiéndola contemplar y cuidar como casa de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta” (DA 474a).

Los discípulos misioneros, inspirados por la fe, debemos generar una armonía en la relación con el prójimo y con la tierra, porque ya “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental” (LS 139). De esta manera, la ecología integral abarca la vida cotidiana, lo económico, lo cultural y lo social, al construir un nuevo paradigma de la justicia y del bien común desde la lógica del don (Cfr. LS 157- 159). El cuidado de la creación depende de una conversión personal de cada ser humano.

2. Hacia una economía solidaria, sostenible y al servicio del bien común

Nuestros pueblos solo se podrán desarrollar desde una economía con “rostro humano” y solidaria, que ponga como centro al ser humano con su dignidad y no al lucro o la ganancia, donde, además, se ha absolutizando la eficacia y la productividad como “valores reguladores de todas las relaciones humanas” (DA 61). El Papa Francisco ha dicho: “No a una economía de la exclusión y de la inequidad. Esta economía mata” (EG 53). Tampoco es sostenible una economía que tiene como prioridad el obtener ganancias máximas a costa de muchas personas y de la naturaleza. Es necesario “promover una justa regulación de la economía, finanzas y comercio mundial” (DA 406c), desde una ética en las relaciones económicas que promueva oportunidades para todos, principalmente para los más desposeídos.

Como discípulos misioneros estamos llamados a acompañar en solidaridad a las numerosas comunidades afectadas por una práctica extractivista, manifestada en los proyectos mineros, de hidrocarburos, hidroeléctricas y agroindustria en toda América Latina y el Caribe, para que los principios mencionados sean respetados por los Estados y las empresas. Una parte importante de nuestra misión es trabajar junto con otros actores para que se abran espacios de diálogo, en condiciones de igualdad, sobre las concepciones de desarrollo y progreso, a la luz de una ecología integral. Estamos llamados a ser aliados de pueblos y comunidades en sus luchas pacíficas por salvaguardar sus territorios.

3. Discípulos comprometidos con una cultura de paz

Como discípulos misioneros de Jesús, no podemos quedarnos indiferentes frente a estos diversos tipos de violencia que afectan sobre todo a las personas más indefensas y desprotegidas. Existe el riesgo grande en nuestras sociedades de que nos “acostumbremos” a los niveles altos de violencia y que ya no nos indignen. El Papa denuncia “la violencia psicológica, violencia verbal, violencia física, violencia sexual” a la cual muchas mujeres están expuestas, y afirma de modo tajante que estas violencias son “una cobardía y degradación para toda la humanidad”. Todo ello requiere de una mayor concientización en nuestras sociedades de “cuánto vale un ser humano, cuánto vale una persona, siempre y en cualquier circunstancia” (FT 108).

4. Las nuevas tecnologías, sus grandes contribuciones y sus riesgos

Los discípulos misioneros hacemos cultura y vivimos en medio de la cultura actual, por lo cual Aparecida reflexionó sobre la globalización como fenómeno integral. Hoy, es imprescindible hacer referencia a los nuevos avances tecnológicos, principalmente en el ámbito de la comunicación. Este desarrollo nos permite tener conocimiento de lo que acontece en tiempo real, y esta percepción instantánea no siempre va acompañada del adecuado discernimiento. La consecuencia de ello es que, sin tener una conciencia total, estamos expuestos a una verdadera colonización cultural que toca todos los aspectos de nuestra vida (Cfr. DA 46).

En la era de la globalización, estamos asistiendo a un aumento de la desorientación, de la soledad y de la pérdida de sentido. Por ello, surge con fuerza el desafío de saber dialogar, discernir y actuar para hacer visible el mensaje del Evangelio. La Iglesia se está haciendo cada vez más presente en el espacio virtual, por ejemplo, acompañando procesos de duelo, alimentando la fe y la esperanza en tiempos difíciles con la celebración de eucaristías, oraciones y reflexiones, motivando el cuidado mutuo.

5. Hacia una mayor interculturalidad e inculturación

Es necesario promover y caminar hacia la interculturalidad, “donde la diversidad no significa amenaza, no justifica jerarquías de poder de unos sobre otros, sino diálogo desde visiones culturales diferentes” (DA 97). Nuestra fe reclama “sentarnos a la mesa común, lugar de conversación y de esperanzas compartidas. De este modo la diferencia, que puede ser una bandera o una frontera, se transforma en un puente” (QA 37) para lo que el Papa Francisco llama “una cultura del encuentro” (Cfr. DA 402;65; 393).

Unido a lo anterior está el creciente reto a la inculturación, que nos invita a reconocer la pluralidad de realidades y, al mismo tiempo, a reconocer que “un cristianismo monocultural y monocorde” (QA 69) no armoniza con la lógica de la encarnación.

La fe se hace cultura en muchas culturas, y en ellas es capaz de expresarse de diversos modos sin perder la unidad esencial que la hace la misma fe, pero acogida y expresada en diferentes pueblos.

6. Velar por la democracia, todavía frágil en nuestros países

A pesar de los avances en la participación política y social, en nuestra región la “convivencia armónica y pacífica se está deteriorando en muchos países” (DA 78), crece la violencia, se pierde la institucionalidad, hay una flagrante violación de los derechos humanos y “algunos parlamentos o congresos legislativos aprueban leyes injustas por encima de los derechos humanos y de la voluntad popular” (DA 79).

Debemos tomar conciencia de la necesidad de “rehabilitar la política”, porque ella es “una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común” (FT 180). La política no puede estar por encima del pueblo, sino al servicio de este.

 La participación en la vigorización del tejido social es propia de los cristianos en cuanto somos corresponsables del bien común. Por ello, resulta una tarea urgente

Aparecida nos dice: Aparecida afirma que la renovación pastoral profunda es necesaria para: “Confirmar, renovar y revitalizar la novedad del

Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos misioneros” (DA 11). el hacernos parte y trabajar por la maduración de los sistemas políticos y sociales de nuestros pueblos, contribuyendo con la savia del Evangelio para que los sistemas políticos estén realmente al servicio de las personas y de su desarrollo integral.

7. Hacia una renovación eclesial

Vale recordar aquí que Aparecida plantea la exigencia de entrar en una profunda renovación pastoral con “reformas espirituales, pastorales y también institucionales” (DA 367), de tal manera que pasemos de “una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (DA 370).

Los discípulos misioneros debemos vivir en comunión (Cfr. DA 154-163) y apertura sinodal, que implica vivir en interrelación con los otros, porque “Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que comporta la vida en una comunidad humana” (EG 113). Nos pide caminar juntos, asumiendo responsabilidades eclesiales, principalmente en el ámbito de la misión, donde “cada bautizado, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de instrucción de su fe, es un sujeto activo de evangelización” (EG 120). Eso implica que todo el Pueblo de Dios está llamado a anunciar el Evangelio, desde “una evangelización integral” (DA 176).

Una Iglesia sinodal se abre al sentir o al intuir la fe (sensus fidei), que es una especie de instinto espiritual que permite sentir con la Iglesia y discernir lo que es conforme a la fe apostólica y al espíritu del Evangelio. Como bien lo expresaba el Papa Francisco en su discurso al Consejo Episcopal Latinoamericano el 13 de Julio de 2013: “la grey posee un propio olfato para discernir los nuevos caminos que el Señor propone a la Iglesia”. La sinodalidad eclesial es signo de la corresponsabilidad de todo el Pueblo de Dios en la construcción de su Reino.

COMPARTIR COMO BANDADA: 

1) EN LO PERSONAL: ¿ Cuales son los signos de VIDA, en los ámbitos Ecológicos, Económicos, Culturales, Tecnológicos, Interculturales, Políticos, Eclesiales?

2) EN MI REALIDAD: ¿ Cuales son los signos de VIDA, en los ámbitos Ecológicos, Económicos, Culturales, Tecnológicos, Interculturales, Políticos, Eclesiales?

3) A NIVEL MUNDIAL: ¿ Cuales son los signos de VIDA, en los ámbitos Ecológicos, Económicos, Culturales, Tecnológicos, Interculturales, Políticos, Eclesiales?

martes, 15 de junio de 2021

2do. ENCUENTRO ZOOM COLIBRI - ASAMBLEA ECLESIAL (SINTESIS)

 

Dame la mano y vamos ya…

Animo nos daremos a cada paso…

Siempre nos separaron los que dominan… 

PERO SABEMOS HOY, QUE ESO SE TERMINA…. 

Dame la mano y vamos ya …

DESDE PUERTO RICO, Lucy con Erik en Montevideo desde temprano de la tarde, estuvieron preparando la plataforma. Siempre en toda construcción humana, hay cimientos que no se ven, como también lo es el trabajo de nuestra secretaria Andrea desde Mercedes.

DESDE LA RIOJA ARGENTINA, Mirian nos dio la bienvenida. Contando la vivencia personal del “movimiento de tierra” de estos días en la región. Que de alguna manera representa lo que estamos viviendo en esta Inédita Asamblea Eclesial, convocada por Francisco: Voces, sentires y propuestas que tienen que movilizar toda la Iglesia, aportando a la sociedad, desde dentro, desde el pueblo.

DESDE LA PATRIA GRANDE, nos dimos la mano cantando, “Canción de caminantes” de María Walsh, desde nuestros temores y esperanzas, porque valen más dos temores que una esperanza… Yo te doy mi canción, tú me das coraje… Animo nos daremos a cada paso… Animo compartiendo la sed y el vaso… Animo que, aunque hayamos envejecido, siempre el dolor parece recién nacido… Porque la vida es poca la muerte es mucha… Porque no hay guerra, pero sigue la lucha… Siempre nos separaron los que dominan… PERO SABEMOS HOY, QUE ESO SE TERMINA…. Dame la mano y vamos ya … Animo nos daremos a cada paso…

DESDE EL URUGUAY PROFUNDO, Carola, de modo artístico, con una pintura llamada “Cuerpo Político”. Presentada en dos partes, una masculina y otra femenina, que al final ambas son parte de una misma pintura. 

De alguna manera presentando que en cada uno de nosotros hay una parte femenina y otra masculina, que, según nuestra historia, nuestras relaciones y opciones… vamos dejando que ese fuego se vaya encendiendo, con más o menos de una y otra luz.

DESDE LAS PERIFERIAS DE MONTEVIDEO, Erik nos presentó el camino a seguir en el encuentro, y nos separamos en pequeños grupitos para poder compartir, desde cada uno: ¿Cómo nos sentimos siendo lo que hoy estamos siendo, en el encuentro con diferentes, en cuanto a cultura, genero, edad, espiritualidad, ideología, dolores y sueños?

DESDE MONTEVIDEO, Pablo, a la vuelta al encuentro entre todos, nos hizo presente la Palabra de Jesús: Mateo 15, 21-28. Reflexionamos, sobre el valor de esta MUJER Cananea, de sentirse con DERECHO, a reclamar con valentía y coraje, su lugar en la comunidad de Jesus, sin tener que dejar de ser lo que era. Encontrándose con una actitud PRE CONCEPTUOSA de Jesús y los primeros cristianos, sobre la diferencia cultural y religiosa. Gracias a la insistencia de la mujer, la comunidad se convirtió, hacia un Dios de TODOS, para todos. 

DESDE LA PALABRA, miramos nuestras vidas, donde en situaciones somos “cananeos” reclamando nuestros derechos dentro de la sociedad, dentro de las iglesias. Y en otras nos sentimos como “Jesús” necesitados de escuchar al diferente, aceptarlo tal cual es, y aceptar que tome su lugar. El rechazo, a veces puede revelar: algo que tenemos dentro no resuelto, algo que tenemos que trabajar. Siempre que tomemos opciones en la vida familiar, social y eclesial, vamos a quedar en veredas distintas a los que toman opciones diferentes, lo cual no nos debe enceguecer, a ver más allá de las diferencias: “UNA PERSONA” en el otro. Por eso rezamos juntos el Padre Nuestro.  

DESDE LA COTIDIANEIDAD DE CADA LUGAR, ya en la despedida se nos recuerda la invitación para encontrarnos en Ombúes de la Valle el 14 y 15 de agosto, en una celebración ecuménica con los hermanos Valdenses, si Dios quiere. Chiquita en durazno pone al servicio su nido para una parada intermedia y seguir viaje en caravana. Gustavo desde nuestro nido de campamento, el Lago Merin, nos compartió la lucha en el CTI, por covid 19 de una compañera, por la que seguimos unidos en oración. Cacho desde Bolivia se conectó en los descuentos compartiendo la celebración cultural de recordar a un ser querido fallecido, con la comida que a este le gustaba. Desde Brasil Walter y Erik, estuvieron unidos desde la celebración de la Eucaristía en ese horario. La hermana Graciela desde Bolivia, siempre presente, tenia Reunión comunitaria. Desde Guatemala Manuel Cruz, se comunicó con Andrea, diciendo que no se pudo estar por problema de conexión. También las hermanas de la Doctrina Cristiana desde Rio Branco, Rita Spinelli desde Melo, y otras y otros de distintos lugares de la Patria Grande. Quizás en ese horario, hay sobrecarga de conexiones.

DESDE BOLIVIA, Fidel nos comparte la dolorosa noticia, de la partida de Agustina, su esposa, enfermera que dedico su último tiempo al acompañamiento de los contagiados, contagiándose y partiendo ayudando a vivir a otros. Agustina participo de nuestra primera parte de esta Asamblea Eclesial, y desde el comienzo junto a Fidel fueron parte de el vuelo Colibri en Bolivia. Ahora Agustina nos acompaña desde la Tierra Sin Mal, especialmente a sus cinco hijos.

DESDE ESTE NUEVO PASO DADO, unidos a todos los que participan por medio de Facebook, y wasap, compartimos que “estamos contentos”, porque la propuesta de encontrarnos y enriquecernos con lo diverso, lo HEMOS VIVIDO en este encuentro, con 19 participantes. 

Participando Agustina con sus 18 años hasta Ana Bonilla con sus 82 pirulos. Participando mujeres, varones y personas con una opción sexual diferente. Desde distintos países, en este caso de Argentina, Puerto Rico, Uruguay y Bolivia. Desde culturas distintas como la Guarani, Afrodescendiente, y con abuelos venidos en barcos como emigrantes. Con distintas conexiones con Jesús, y a sus iglesias, unos más dentro y otros más en las periferias, como laicos o sacerdotes. Unos participaron desde el espacio de la educación, otros desde la política, otros como jubilados, lo pastoral y alguien desde la cocina… Vamos Bien…     

lunes, 7 de junio de 2021

ASAMBLEA ECLESIAL, participación bandada Colibri, y otros pájaros, 2do encuentro Zoom


VER, antes de pasar a la propuesta de ILUMINAR la realidad con los textos de Aparecida, queda pendiente del encuentro anterior de Mayo, seguir profundizando sobre la presencia de la Mujer en nuestras estructuras familiares,  sociales, eclesiásticas, e incluso en este mismo espacio. 

DIALOGAREMOS, sobre como nos sentimos como mujer, como varón, en este tiempo donde las mujeres van creando sus propios espacios y buscando lugares que el patriarcado o machismo les niega.

"Si yo cambio, algo habrá cambiado en el mundo" 

ILUMINADA, esta lucha, con la vida, el modo de relacionarse de Jesús. 

COLIBRI, como es costumbre en la bandada, y es la propuesta de Francisco a ser vivida en esta asamblea, TOD@S participamos de modo circular. Y la riqueza de este encuentro por Zoom, es que nos permite el encuentro con hermanas y hermanos de distintos países. También podemos sumar a alguna amiga, amigo, para que los amigos de los amigos se hagan amigos entre si. 

HORARIOS: 

16 hs. Guatemala

17 hs. Mexico y Ecuador

18 hs. Bolivia, Puerto Rico y Republica Dominicana

19 hs. Argentina, Brasil y Uruguay