martes, 11 de febrero de 2025

LOS CAMINOS DEL SEÑOR: CAMPAMENTO COLIBRI

Luego de una cierta edad a todos nos gusta ver el camino y saber a donde vamos;  trabajamos y planificamos cada uno de nuestros pasos, así también con el tiempo de nuestras vidas nos gusta planificar e identificar hacia donde queremos ir.

Pero no siempre esa planificación que desde nuestra certezas, seguridades y conveniencias son las que el Señor tiene preparado para nosotros...

Un día a través de un mensaje reproducido en las redes sociales llega a nuestras vidas (Yany mi esposa y a mi, Carlos) una invitación, Campamento Teológico Colibrí, ven a descansar en el Señor.

Inmediatamente reconocimos que estaba totalmente fuera de nuestros planes, pero que era una invitación dirigida directamente a nosotros y sabemos que para encontrarse con Jesús hay que abrirse a lo nuevo. Los que no lo pudieron reconocer a Jesús, fue por estar atados a lo cultural y religioso correcto. 

Sin muchos detalles y sin saber mucho a donde íbamos o a que íbamos, salimos en busca de ese descanso que tanto necesitábamos y al cuál fuimos llamados.

Luego de algunas horas de viaje llegamos, al lugar buscando un lugar para estacionar el vehículo en que íbamos preguntamos ¿Dónde puedo parar? la respuesta fue,  “donde quieras el lugar es de todos.”;  sentimos con alegría esa respuesta que denotaba gentileza, proximidad, grata bienvenida que nos abrasó y comenzamos allí a sentirnos parte.

Detalle; personalmente no conocíamos a nadie de todas las personas que allí estaban.

Luego de bajarnos del vehículo vimos como todos y cada una de las personas que allí estaban vienen a nuestro encuentro con los brazos abiertos al primer encuentro. Los abrazos, después vimos, que eran como el pan de cada día... incluso en la oración.

Luego de instalados compartimos una rueda de mate donde todos estos desconocidos nos presentamos y el solo saber el nombre era suficiente para formar parte de aquel grupo que comenzaba a nacer. Grupo que se caracterizaba por la variedad de edades, de clase social, de formación educativa y de fe, de pensamiento social-político-económico, de costumbres, de kilómetros recorridos, países. Especialmente nos sorprendió y alegro que hubiesen participando excuras. 

La pregunta seguía latente en nuestro interior era:  ¿A qué vinimos?

Luego de compartir charlas informales, grupos para la cocina, la limpieza, organizar las celebraciones, juegos y encuentros personales, nos dimos cuenta que ese sentimiento de gentileza, proximidad y alegría, que sentimos en el primer instante, se extendía todo el día, todos los días y en todos los que estábamos allí y en todos los que llegaban, compartían los tiempos que podían y se iban.     

¿Qué es eso que se vive aquí?  - Gente que hacía muchos kilómetros y horas de viaje para compartir algunos días, dos días, un día, hasta solamente una hora.

Los días pasaron, comenzamos a entender y hoy a un mes de distancia entendemos más claramente a que fuimos; Dios nos hizo entender que: - “descansar en el Señor es compartir; compartir alegrías, vivencias, sentimientos, trabajo, esfuerzo, memorias, juegos, historias, música, y que todo eso no es rememorar o desparramar cenizas sino que es arrimar braza al fuego.  

Hoya un mes de esta experiencia entendemos claramente que: los caminos del Señor son siempre caminos de encuentro con él mismo, a través de los hombres, de nuestras comunidades y de los que no están en comunidades, de los que están cerca y de los que están lejos, de los que tenemos cosas en común y de los que no, con personas de distintas edades y de nuestra generación, gente que vivimos cerca y los que vivimos lejos, porque realmente lo que hace el Señor con nosotros es: mostrarnos lugares, personas y situaciones diversas para enseñarnos que Él está siempre y en todo.

Agradezco a Dios que en este camino me ha mostrado la familia-comunidad Colibrí de la que hoy somos parte, para hacerse presente en nosotros y para abrir nuestros ojos a nuevas experiencias de comunidad y de fe, nos hace entender que lo que nos une es el Amor a Dios.

Gracias familia Colibrí por el regalo de esta nueva experiencia y gracias a Dios de dirigir nuestros caminos a su encuentro. Hay otro nido colibrí en el norte, norte, de Uruguay.

Yany y Carlos

viernes, 7 de febrero de 2025

FESTEJEMOS LA VIDA DE DIOS EN JAVIER MORI

Después de ese viaje en moto con Javier, tuvimos la gracia de presenciar un atardecer maravilloso, en la cumbre del Cerro Largo. Yo tomaba fotos para poder conservar en un papel esa maravilla que se nos regalaba. También hacía mis comentarios en voz alta. 

A mi lado estaba el amigo, con la mirada en el mismo atardecer, en silencio, sin hacer nada... Recuerdo que el sol se reflejaba en su frente amplia y por momentos cerraba sus ojos, como absorbiendo, saboreando, digiriendo lo que veia y sentia. Una sonrisa brotaba de su rostro.

Esa misma mirada hacia el atardecer, esa escucha en silencio, sin juicio alguno, tuve la gracia de recibirla de Javier, compartiendo un mate, un campamento, un trabajo pastoral, la construcción de una casa, un baño en algún arroyo, en una eucaristía, una confección... Soy testigo de que esa mirada Javier se la dio a muchos que se encontraron con él, en encuentros personales o comunitarios.

Con los años me doy cuenta que algunos fotografiamos los momentos, hablamos sobre ellos, los recordamos con cariño... (como puede ser recordar al mismo Javier) pero hay otros, que se dejan tocar, penetrar, se alimentaron de ese encuentro, para seguir transmitiendolo a otros que lo quieran recibir...

Nunca es tarde para contemplar un atardecer que está en una foto, en un recuerdo, o del cual escuchamos hablar de él. Nuestra fe en Jesús se transmite de esa manera, de creer lo que otros han visto y oído, y al creer se nos da la gracia de verlo resucitado según la manera que hoy se nos quiere presentar, para darnos la posibilidad de reconocernos amados, perdonados, para amar.

Nunca es tarde para aprender de un ser humano como Javier, que Dios nos concedió la gracia de "ver y recibir su modo de mirar", que seguro lo cultivó en el tiempo, con la ayuda de otras miradas cristianas y de personas de buena voluntad. 

Hoy en el cumpleaño 84 de Javier, le regalo lo que considero el desea sobre todas las cosas: que podamos dejarnos tocar, penetrar, perdonar, encender, por ese "sol" que sale para todos, y que misteriosamente muchos no reconocemos su luz cuando es de día, y Dios en su amor fiel, nos maravilla al "atardecer" de un dia que ya se nos fue, o de uno que se nos está yendo... 

Hoy recordamos a Javier en el mate tempranero con las noticias del dia, los recuerdos y la Palabra que es Jesús. Esa palabra que nos presenta que: hasta Herodes, después de hacer matar al gran profeta Juan, se le presenta la posibilidad de escuchar y sentir el deseo de ver a Jesús... Marcos 6,14 - 29 

Ojalá no seamos como Herodes y quedemos envuelto en la tristeza por el mal que hemos hecho y podamos dejarnos encontrar por la mirada de Jesús que se manifiesta de mil maneras... Mirada que nos reflejo Javier para muchos.  Mirada que ojalá podamos encontrar al atardecer de este día, en la comunidad y en la eucaristía a celebrar en Catedral, ahí donde tantas veces Javier se encontró con esa mirada de Jesús y lo reflejo. 

A todos se nos da la posibilidad, la misma que se le dio a los primeros discípulos, después de una noche sin pesca, con redes rotas... la posibilidad de reconocer que no nos ha ido bien, y escuchar a dónde nos propone Jesús volver a tirar nuestras redes... Seguramente nos ira bien haciendo "su voluntad". Y al sentirnos indignos de su cercanía, amistad, misericordia, podremos experimentar lo central de su amor:  Jesús no nos elige porque seamos buenos pescadores, el nos elige porque reconocemos que no lo somos, pero confiamos en él, quien nos puede hacer buenos pescadores, después de nuestras noches sin buena pesca. Palabra del domingo próximo (Lucas 5,1-11)

Otro momento "apropiado" puede ser para muchos, el domingo cuarto de cuaresma de este año, 30 de marzo, en el mismo Cerro Largo, reinaugurado la nueva cruz... como signo de que hasta la fe se nos puede caer... pero Dios sigue haciendo salir el sol para todos... y así como la nueva cruz será aún más grande y fuerte, también se nos quiere regalar una vida mejor ahun.
Nacho