viernes, 6 de noviembre de 2020

LA MUJER QUE SE DESCUBRE EN EL LAGO (Cuento)


    Cuenta una leyenda africana, que una mujer se sentía esclava. Quien la observaba desde fuera, no la veía encadenada. Pero ella Sí, se sentía atada.

    Las culturas indígenas son amigas del tiempo. Y saben que hay un tiempo para cada cosa, y cada cosa llega a su tiempo.

LLEGO EL DIA PARA ESTA MUJER

    Fue una mañana como tantas otras. Temprano la africana, emprendió el camino hacia el lago donde recogía el agua, cada mañana. Caminaba serenamente con su cántaro en su cabeza.

    En un momento le broto desde dentro el deseo de detenerse y contemplar el amanecer. Se regaló ese tiempo, donde disfruto del despertar del gran sol en el horizonte. Disfrutando de los rayos de calor, que tocaban su piel. Ante esa luz, tomó conciencia de sus cadenas.

ENCUENTRO CON EL LAGO

    Luego continuó su camino, hasta la orilla del pequeño lago. Presentía que “algo iba a pasar”. Había sido un amanecer diferente. Por dentro revoloteaban mariposas, abejas, en sus flores y en su tierra interior.

    Se agacho frente al agua, y antes de introducir su cántaro para recoger el agua, decidió beber para calmar su sed. Y en el agua en movimiento descubrió su rostro reflejándose.

    Se regaló un poco más de tiempo. Las aguas se fueron calmando, hasta quedar como un espejo. Entonces ella, se encontró con su propia mirada, se vio con la tristeza que ella bien conocía. Aquella que la hacía sentirse esclava, envuelta en miedos.

    Al verse y reconocerse con su historia, lloró. Solo ella conocía las cadenas que la ataban. Sus viejas heridas sangraban. Resonando desde su historia, palabras de violencia, de opresión, de “tú no puedes”. Sumándose la angustia de sentirse culpable.

TODO LLEGA A SU TIEMPO

    Y después del llanto. Después del dolor del cuerpo y el alma. Después llegó lo que ella buscaba. En el agua empezó a ver reflejado todo su rostro, todo su ser. Descubriendo que era más que sus heridas.

Como algo mágico, se escuchaba el canto de los pájaros y la briza que hacían bailar las hojas de los árboles. Todo era movimiento, dentro de esta mujer y en su entorno junto al lago de agua dulce.

    Descubrió su bella mirada. Su tierna sonrisa. Su placentera sensibilidad a través de su piel.             

    Valoro su cabello enrulado, distinto al de otras mujeres. 

    Su boca con capacidad de recibir alimento y dar aliento. 

    Su nariz que le permitía respirar profundamente un aire nuevo. 

    Se sentía llena de vida.

 

DESCUBRIRSE EN EL OTRO

    Entonces se sintió invitada, se sintió impulsada desde dentro a zambullirse en el agua dulce de aquel lago. Se desvistió totalmente, quedando vestida de lo que realmente era. Penetrando en aquel lago, siendo mojada en todo su cuerpo, por el agua. Todo se hizo danza gozosa y fiesta placentera.

    Con su cántaro desbordante de agua, agradeció al lago. E inmediatamente salió a anunciarle a otras mujeres, a otros varones, que: “somos más que nuestras heridas”. 

    Que estamos: “llamadas a liberarnos de nuestra falta de estima”

    Y desprogramarnos de los “no puedes”, que nos han impuesto. 

    Superando los miedos, des culpabilizándonos, para realizar los sueños.

SER PARA AYUDAR A SER

    Lo que con el tiempo supo, que, en aquel encuentro, también el lago se sintió más él mismo. 

    Cuando alguien ayuda al otro a descubrirse en la totalidad de ser, más allá de sus heridas, también él, en este caso el lago, se descubre valioso, siendo así cómo es. El lago descubrió que era más que sus piedras. Más que agua a ser tomada. Era también un ser para ayudar a ser.

                                                                                                                             Nacho

Tejido el relato de la Mujer africana y el Lago, 

con el ENCUENTRO de María con Isabel....

 encuentros para ayudarnos a SER

 lo que realmente SOMOS.

“Construyamos, una Cultura del Encuentro,

por medio del Diálogo y la Solidaridad.

Entre Personas, Culturas y Creencias Distintas.

Francisco, papa

lunes, 2 de noviembre de 2020

LA MUERTE A SIDO VENCIDA (3 Un hilo tejido - Nacho)

 

Este domingo primero de noviembre, tuvimos una misa diferente. Muchas personas se acercaron para recordar a sus seres queridos fallecidos. En el día que como iglesia recordamos a todos los santos. Con la grata visita de Rafael Fernández y su mama, con fotos de la laguna Merín y del dia que compartimos.

ENCUENTROS: Fue un domingo con profundos encuentros. Entre ellos con alguien que se acercó a la parroquia a pedir una imagen de san Cono. Tenía que ser de treinta centímetros. Le pregunté para que la quería y me contó, que la agencia de quiniela había informado que una persona en Melo había comprado una imagen de san Cono de treinta centímetros de alto y le puso la jugada de quiniela debajo y a la tarde ganó cinco mil dólares. Hizo lo mismo a la noche y ganó diez mil dólares...

Le respondí: "al César lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios". Al juego lo que es del juego y a Dios lo que es de Dios. Entonces me preguntó qué era lo de Dios. Y le compartí las bienaventuranzas. Mateo 5, 1-12

LO QUE DIOS NOS OFRECE COMO REGALO A TODOS

Con ese hecho de vida comenzó la homilía de la misa. Donde pusimos el acento en pedir a Dios lo que nos ofrece: humildad, misericordia, corazón limpio, paz… Y en especial el compromiso con la verdad y la justicia. Que tanta necesidad tienen nuestras familias y nuestro pueblo. 

Porque cuando uno va escuchando la historia de las personas, en especial de las mujeres, escucha que fueron abusadas por los más grandes... abusadas sexualmente, económicamente, laboralmente. Dentro del ámbito familiar, en el vecindario, en los centros de estudios, en los lugares de trabajos, en las fiestas, y en las instituciones, incluso en las iglesias.

LA MUERTE HA SIDO VENCIDA

Vencer la muerte, vencer las pequeñas pérdidas que vamos teniendo, es desde ya ponernos en manos de Jesús, quien ya la venció. Es aceptar y asumir, lo que nos ofrece como estilo de vida: las bienaventuranzas. Incluso con sus consecuencias de persecución.

DIOS DE LA VIDA

Hoy dos de noviembre, es un día donde el mate mañanero fue en un clima de silencio. Recordamos algunas personas queridas, fallecidas. La calle está desierta. El sol brilla primaveralmente para todo el que quiera disfrutarlo. 

Un día para preguntarnos sobre la VIDA, la que hemos vivido y la que estamos viviendo. Preguntarnos si la estamos viviendo para que sea larga o si la estamos viviendo en el amor, como entrega. Morir moriremos todos, en el momento menos esperado. La diferencia será si llegamos a ese momento encerrados en nosotros mismos o después de habernos dado totalmente.

DE DIOS VENIMOS Y A DIOS VOLVEMOS

Cómo nos ilumina aquel relato del anciano reconocido como santo. Cuentan que un periodista fue a entrevistarlo. Llegó y quedó sorprendido de la sencillez de vida que había en su casa. Tenía solamente lo imprescindible, lo necesario para vivir. Y el periodista le preguntó, si ¿poseía solamente esas pocas cosas? A lo que el abuelo le respondió. Que las demás las tenía en su casa. 

Sorprendida la visita le preguntó si ahí no era su casa. Y el anciano le dijo, que estaba solamente de paso; preguntandole a el periodista si solamente tenía para vivir lo que llevaba puesto. 

Y este dijo la misma respuesta: "No, todas mis cosas las he dejado en mi casa en la ciudad, acá solamente ando trabajando, ando de paso. 

El sabio abuelo sonrió, lo miró tiernamente a los ojos, y le dijo: "también yo ando solamente de paso por esta tierra, de Dios he venido y hacia Dios voy, por eso ando ligero de equipaje".

LIBERÉMONOS:

Hoy es un buen día para alivianar, nuestros roperos, nuestra alma de POSESIONES, de hechos ya acontecidos, de preocupaciones futuras, y de personas que nos encadenan o que nos creemos dueños. 
Solo estamos de paso vivamos más que un fin de semana largo de descanso, vivamos la vida dando pasos de libertad, de desprendimiento, de solidaridad… 
Ahí donde está nuestro corazón, ahí es donde esta nuestro tesoro. Es muy distinto tenerlo en cosas materiales, en personas que hoy están y mañana no, a tenerlo puesto en la casa de dónde venimos y seguramente en cualquier momento estamos a su puerta…
El apego nos encierra en algo o en alguien, encegueciéndonos al resto de la realidad. El poner el corazón en Dios nos hace mirar la vida y comprometernos con la vida, así como lo hace Dios: sin poseer, sin imponerse, amando… que es darse y sabiendo recibir agradecidamente.

NECESITAMOS SIGNOS
En algunos espacio andamos en dos patas, con la razón o con los afectos. A veces nos lleva uno y en otras circunstancia nos empuja la otras... Creo que necesitamos signos realmente significativos, que nos den la unidad de lo que sentimos, creemos, pensamos y queremos sobre lo que estamos viviendo. Hoy retomando una tradición indígena, recordamos a la abuela, a mi papa, y a los tíos con un matecito con bizcochos.... algo que con gusto compartimos en vida con ellos.
Para otros sera encender una velita, ir a un lugar, escuchar una canción... Ojala nos demos tiempo para significar, expresar lo que estamos viviendo, personalmente y comunitariamente.

nacho