Tomando mate tempranito, en una fría mañana del invierno Montevideano pero con el calor del equipo apretado en "la movilidad" de Belén partimos. Siempre sin saber bien adonde vamos pero con la confianza que nos mueve el Espíritu que siempre nos acompaña, aun cuando nos sentimos perdidos. Somos Adelaida, Nacho, Erik, Sonia, Amalia, María y Belén. Luego se nos une Melvis y en el camino nos vamos conociendo un poco más.
Llegamos a un lugar hermoso en la rambla, donde se encuentran el hombre y el mar, se pelean dicen unos, se abrazan piensan otros. Nos quedamos admirados ante tanta belleza y dedicamos un ratito a rezar y agradecer por tantos encuentros que hemos tenido y porque el equipo se agranda a medida que pasan las horas.
Y nos encontramos con Mauro, o Mauro nos encuentra a nosotros y nos da una laaarga charla y nos comparte su vida muy sufrida pero el está feliz. No es para menos porque es su cumpleaños y lo festejamos juntos. Nacho le regala un par de zapatos, regalado a su vez: "no tenemos nada pero tenemos todo".
Es un día cargado de cumpleaños porque después nos reciben Fabricio, Ma Eugenia y Marquitos en su hogar. Entre chorizos, morcillas, ensalada y pan compartimos este día tan especial. Celebramos la Palabra y damos gracias por la vida de cada uno y en especial la de Fabricio que cumple un año más. No falta nadie a la cita, ni siquiera el prócer al elegir como canto de entrada "A don José". Lo cierto es que no sabemos bien de donde viene cada uno, pero nos une una misma persona que es Jesús y un mismo horizonte que es su proyecto.
Al final del día la despedida de parte del equipo que se va a Bolivia y parte que se queda, pero sigue generando encuentros y vivencias compartidas. Nos acompañamos juntos en este caminar hacia la tierra sin mal que por un momento hicimos nuestra ese día.
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