SEMANA DESDE EL 7 al 13 de Mayo
Domingo VII de Pascua: Ascensión
«Vayan por el mundo y anuncien el
Evangelio»
1 - AMBIENTACIÓN: Palabra con la
Biblia abierta y el cirio pascual encendido. También un mapa del mundo o un
globo terráqueo y un recipiente con agua que nos recuerda la misión de
bautizar. Y una velita apagada.
2- ORACIÓN INICIAL: Comenzamos
invocando al Espíritu Santo, y canto misionero.
3- CONTEMPLAR NUESTRA REALIDAD:
Los que quieren van tomando la velita apagada: comparten realidades y lugares
de su parroquia, del país y del mundo que ven que necesitan de la luz de la
justicia, la verdad y la esperanza. Entre todas y todos elegimos una o dos
realidades de las compartidas.
4- ILUMINAR NUESTRA REALIDAD
LECTURA BÍBLICA Marcos (16,15-20)
Aporte para la lectura:
Celebramos la solemnidad de la Ascensión 40 días después de Pascua y 10 antes
de Pentecostés. Pero esta distancia temporal no debe hacernos perder de vista
que celebramos un único gran día de Pascua, un único Misterio de salvación.
La misión de la Iglesia. Es un
envío universal: vayan por todo el mundo. El anuncio del Evangelio supera las
fronteras del pueblo de Israel y se abre a todos los hombres y mujeres
dispuestos a convertirse en discípulos de Jesús. Esa universalidad incluye a
toda la Creación. Por eso nuestra misión también tiene que tener una mirada y
practica ecológica.
Esto es lo que es necesario
proclamar: el Evangelio que no es otra cosa que el propio Cristo.
La llamada a la fe por el anuncio
del Evangelio supone la disposición del creyente a hacerse uno con Cristo por
medio del bautismo. Esta es la exigencia y la fuente de la misión: El Bautismo.
Estas señales suponen el dominio
sobre la creación en nombre de Cristo. No se trata de «poderes especiales» que
Dios otorga a los creyentes, sino de la acción del mismo Cristo en medio de su
comunidad: vencien-do barreras de comunicación, expulsando el mal, sanando a
los enfermos…
No se trata de señales orientadas
a convencer a los que no creen o a demostrar nada. No se trata de llamar a la
fe mediante los milagros (como erradamente pretenden algunos), sino que las
señales son la consecuencia de la fe (no su causa).
Con la Ascensión de Jesús y su
glorificación junto al Padre, así queda constituido en Señor de toda la
Creación.
5- DISCERNIR: Reiteramos la o las
dos realidades elegidas y nos preguntamos. Nos preguntamos: ¿Cómo podemos dar
un paso de IDA a esa realidad, confiados en que es Jesús que nos envía?
6- ACTUAR Y CELEBRAR: Volvemos a
cantar el canto misionero. Hacemos un minuto de silencio tomando conciencia de
la conexión con el Espíritu de Dios. Y cada uno renueva su bautismo,
persignándose con el agua, expresando una oración de compromiso, de acción de
gracia, de pedido sobre la misión. Terminamos cantando otra canción de envió
misionero.
(Material C.E.Bs. de Tacuarembó
Adaptado por Melo)
SEMANA DESDE el 14 al 20 de Mayo
VIII de Pascua. Pentecostés.
«Reciban el Espíritu Santo»
1 - AMBIENTACIÓN: La Palabra
junto al Cirio Pascual. Un afiche con un signo que haga referencia al Espíritu
(una llama, una paloma). Además preparamos una vela para cada uno de los
participantes.
2- ORACIÓN INICIAL: Comenzamos
nuestra celebración con un canto de invocación al Espíritu Santo. Se puede
invitar a cerrar los ojos y escuchar la respiración y repetir en silencio: «Ven
Espíritu Santo, ven».
3- CONTEMPLAR NUESTRA REALIDAD:
Cada cual con su velita apagada, comparte alguna situación del presente que le
despierte miedo o que no sepa como resolverla.
4- ILUMINAR NUESTRA REALIDAD
LECTURA BÍBLICA: Juan 20,19-23
Aporte para la lectura: Como ya
dijimos la semana pasada, en la fiesta de la Ascensión, lo importante no es
cuando sucedieron los diferentes acontecimientos, sino el hecho de que Cristo
muerto y resucitado, ahora está sentado glorioso a la derecha del Padre, desde
donde, por el envío del Espíritu Santo, sigue acompañando y bendiciendo a su
Iglesia. Esa efusión del Espíritu que llena de valor y sabiduría a los
discípulos y que les anima a salir por el mundo a anunciar a Cristo es lo que
celebramos. Es el mismo Espíritu que anima a la Iglesia y a nuestra comunidad,
covirtiendonos en misioneros.
Pongámonos en el lugar de los
discípulos. Jesús ha muerto con el escándalo de la cruz. La triste-za y la
decepción los inundan. Todo parece haber fracasado. Tanto seguir a Jesús y
escuchar sus palabras para terminar de un modo tan decepcionante y triste. Es
cierto que las mujeres, y en particular María Magdalena, han venido con
noticias inquietantes, pero no pasa de ahí. Están encerrados con miedo,
viviendo el duelo. Imaginemos la situación. Probablemente ya están haciendo
planes para volver cada uno a la vida que habían dejado antes de conocer a
Jesús.
Y de pronto estando en-cerrados
en su casa, to-do cambia. Su querido Jesús, el que creían muerto, aparece en
medio de ellos. Imaginemos el torbellino que debió pasar por sus cabezas:
inmensa alegría, sorpresa, sensación de no en-tender nada, incluso dudas.
¡María tenía razón! La sorpresa es tan gran-de y la alegría tan inmensa, que
Jesús tiene que mostrarles sus heridas y repetir su saludo, para vencer sus
resistencias, como diciendo: «es cierto, soy Yo».
Y Jesús no les da el Espíritu
Santo. De pronto, los discípulos se sienten llenos de la fuerza del Espíritu,
el corazón se inflama y la mente se abre para entenderlo todo. ¡Qué maravilla!.
La Paz esté con ustedes. Es mucho
más que un saludo. Es un DON. Les muestra las manos y el costado, para recordar
que el seguimiento es camino de cruz y cada cual tiene que cargar con la suya.
Jesús sopla sobre sus discípulos
para hacer de ellos hombres nuevos, nuevas creaturas. El Espíritu que da vida
nueva y abre el entendimiento.
La misión del Espíritu Santo,
consiste en primer lugar en el perdón de los pecados. Pentecostés convierte a
los discípulos por lo tanto en misioneros de la Misericordia.
5- DISCERNIR. Tener miedo es
humano, es la posibilidad de buscar la ayuda de Dios para enfrentar los
problemas.
6- ACTUAR Y CELEBRAR: El animador
enciende su velita, en el cirio- vela junto a la biblia y le sopla la frente a
quien tiene a su lado para que haya lugar en su mente para Dios. Encendiéndole
su velita. Cuando todos encienden su velita, se invita a contemplarla en
silencio y espontáneamente compartir oraciones. Se puede terminar con un canto
de acción de gracias y dándose el saludo de la paz.
(Material C.E.Bs. de Tacuarembó
Adaptado por Melo)
SEMANA DESDE el 21 al 27 de Mayo
Santísima Trinidad: «Vayan y anuncien»
1 - AMBIENTACIÓN: Junto a la
Palabra abierta, vamos a colocar, si disponemos de él, un candelabro de tres
brazos, o podemos prender tres velas unidas por una cinta.
2- ORACIÓN INICIAL DESDE NUESTRA
REALIDAD: Comenzamos con un fuerte signo comunitario, hacer la señal de la
cruz, tomarnos de la mano y que cada uno vaya expresando «la vida que trae al
encuentro», buenas noticias, preocupaciones, pedidos de oración … Se continúa
con el Padre nuestro.
3-
ILUMINAR NUESTRA REALIDAD
LECTURA BÍBLICA: Mateo 28, 16-20
Aporte para la lectura: Culminado
el Tiempo Pascual, y antes de empezar la celebración de los domingos del Tiempo
Ordinario, la Iglesia nos propone celebrar una serie de misterios que
enriquecen la celebración litúrgica del año. Y el primero de ellos es la
Solemnidad de la Santísima Trinidad. Al celebrar esta fiesta, celebramos el
Misterio del Dios Uno que se nos revela en tres personas: el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo. Un Dios comunidad. Pero la revelación de este Misterio, no
es para quedarse en las ideas o en la teología, reafirmar que la fe cristiana
se vive en comunidad y es para anunciarla a todos los hombres y mujeres.
No nos dejemos engañar. Que el
texto que encontramos hoy sea breve, no significa en absoluto que no sea uno de
los textos de mayor contenido del Evangelio de Mateo. Todo en él hace resonar
diferentes ideas que ya fueron presentadas. ¿Qué nos recuerda estas imágenes?:
El Monte. Autoridad. Once. Galilea.
Mandato misionero: «Vayan y hagan
que todos los pueblos sean mis discípulos». Es un mandato de alcance universal:
no excluye a nadie. No se trata tanto de imponer doctrinas o modelos
culturales, como de ayudar al hermano a descubrir a Cristo vivo.
¿Cómo hacerlo?. En primer lugar
bautizando, es decir, animando a seguir a Jesús no como quien sigue una idea o
teoría, sino uniéndonos a Él en su muerte y resurrección, como miembros de su
Iglesia. Reiteramos que la invitación es a «seguirlo a Jesús en comunidad».
El segundo modo es «enseñando a
guardar» las palabras de Jesús. No es enseñar dogmas, o un «Jesús espiritual»,
sino enseñar a vivir el Evangelio, comenzando por el Sermón de la Montaña. No
existe ruptura entre el Jesús resucitado y el Jesús terreno que predicó el
Reino y sanó a los enfermos.
La promesa de Jesús, es que Él
siempre estará a nuestro lado, haciendo así posible lo que para nosotros sería
muy difícil.
¿Qué es lo que más nos llama la
atención de este texto?
(Material C.E.Bs. de Tacuarembó
Adaptado por Melo)
SEMANA DESDE el 28 de Mayo al 3
de Junio
Cuerpo y Sangre de Cristo
«Tomen, Este es mi cuerpo»
1 - AMBIENTACIÓN: Junto a la
biblia abierta, colocaremos pan, un vaso de vino, sobre un re-pasador, mantel.
2- ORACIÓN INICIAL: Comenzamos
nuestro encuentro con algún canto eucarístico de ofrenda. Y alguien hace una
bendición de la mesa, ben-diciendo los alimentos.
3- CONTEMPLAR NUESTRA REALIDAD:
Cada uno va tomando un pedacito del pan y comparte alguna experiencia de los
últimos días «donde alguien le compartió su pan», ayudándolo, sirviéndolo,
escuchándolo, aconsejándolo… Y come su pan.
4-
ILUMINAR NUESTRA REALIDAD
LECTURA BÍBLICA: Marcos 14, 12-16.22-26
Aporte para la lectura: La
Solemnidad de Corpus Christi nos invita a introducirnos en la contemplación del
misterio de Jesús hecho pan, que se queda junto a nosotros. Es una ocasión para
adorar y celebrar el regalo que Jesús nos hace en la Eucaristía. Pan
eucarístico que nos alimenta la mente y el corazón, para que lo podamos
reconocer en nuestros hermanos y compartir nuestro pan con ellos.
1.– Preparación del banquete
Pascual: Aunque parezca paradójico es Jesús el que insiste en que se trata de
una celebración comunitaria. Jesús pregunta por un lugar donde pueda comer la
Pascua «con sus discípulos». La referencia a la comida pascual se repite tres
veces, indican-do así que este es el centro y el sentido funda-mental al que
está orientado este relato.
En la ciudad de Jerusalén, sus
habitantes eran especialmente generosos en el tiempo Pascual con el espacio
disponible en las casas para que los peregrinos pudieran celebrar la Pascua (de
hecho la costumbre les pedía ceder ese espacio gratuitamente, con el mobiliario
incluido, única-mente a cambio de la piel del cordero).
No debemos perder de vista que la
Última Cena está estrechamente vinculada con la pasión, muerte y resurrección
de Jesús. De hecho, esta cena anticipará de modo sacramental, el sacrificio de
Jesús que sucederá pocas horas después.
2.– El Relato de la Eucaristía :
Tal como nos transmite el relato de la última cena, aparecen muy pocas
referencias a la comida de Pascua propiamente dicha (pronunciar la bendición,
partir el pan ázimo, cantar los salmos). El evangelista prefiere centrarse por
el contrario en la institución de la Eucaristía, en la nueva Pascua inaugurada
por Jesús. En la celebración de la Eucaristía Jesús establece la Nueva Alianza
sellada con su sangre.
Jesús da un significado nuevo a
los gestos y ritos de la cena de Pascua. El cordero pascual pasa a un segundo
término, y el centro lo ocupan los signos del pan ázimo y la copa de vino. Este
antiquísimo relato refleja el modo como ya los primeros cristianos celebraban
la Fracción del Pan ( Hch 2,42). La Eucaristía tenía una enorme importancia
en la vida de las primeras comunidades, convirtiéndose así en el alimento de
la vida de la Iglesia.
El v. 25 establece una estrecha
relación entre la Eucaristía y el banquete del Reino al que esta-mos
convocados. La Eucaristía nos anuncia la plenitud que ha de llegar, nos permite
gustar por anticipado la plenitud del Reino.
Después de cantar los himnos
(14,26), como es costumbre hacer al finalizar la cena de la Pascua, Jesús se
retira con sus discípulos al Monte de los Olivos. La tradición decía que no se
debía abandonar la ciudad de Jerusalén la noche de Pascua (el Monte de los
Olivos está dentro de los límites de la ciudad). Será en el Monte de los Olivos
donde se desencadenen los hechos que harán real el sacrificio de Cristo —partir
su cuerpo y derramar su sangre para la salvación de muchos— que acaba de ser
instituido sacra-mentalmente.
5- DISCERNIR: Nos preguntamos: ¿Los cristianos tenemos
presente el compartir el pan eucarístico relacionado con compartir nuestro pan
con el vecino?
6- ACTUAR Y CELEBRAR: La copa va
pasando de mano en mano y cada uno antes de beber hace una petición. Después se
reparte el pan y cada uno lleva un pedacito a alguien que quiere hacer parte de
esta comunidad. Se termina cantando un canto de envió.
(Material C.E.Bs. de Tacuarembó Adaptado por Melo)
Nacho
No hay comentarios:
Publicar un comentario