lunes, 16 de junio de 2025

MISION EN TUPAMBAÉ

TUPAMBAE:
En la foto: los 23 que integramos el grupo misionero que salió a visitar el pueblo. La economía de los bienes, de los Dones y Amor de Dios conociste en "darse y tendrás". Dané y Graciela son parte del Equipo Misionero Diocesano, realizan el Taller Bíblico Misionero en su comunidad y lo llevan a que lo puedan vivir los muchachos de la Fazenda Masculina en Cerro Chato. Estas dos misioneras que "se dan" en coordinación con las "Madres" religiosas responsables de la coordinación parroquial, invitaron al Equipo Misionero Diocesano a esta misión, "hoy les toca recibir", vinimos 9 (de Catedral, Santa Teresita, San Pablo Hipódromo y México). Como veran 12 misioneros son de la comunidad local... como debe ser para que sea inculturada y permanezca en el tiempo. 

Comenzamos en la mañana integrándonos con café, mate, canto y oración preparado por las locatarias. La religiosa "Parraca" nos compartió el testimonio de su fundación, donde en tiempos donde solo el sacerdote podía tomar en sus manos la eucaristía y llevarla a los enfermos; la necesidad de los más alejados en las montañas y selvas de Perú, hicieron que el Espíritu Santo soplara, y surgió esta comunidad de mujeres, con el don y permiso de poder celebrar la Palabra, dar la eucaristía, celebrar los sacramentos de bautismo y comunión, además de ser responsables parroquiales. 
La FORMACIÓN que vamos teniendo con los Talleres Bíblicos Misioneros, hoy Nacho nos acompañó a prepararnos para salir a visitar "al modo de Jesús". Por eso es muy importante "hablar en el idioma de la gente del lugar". Acá en Uruguay los temas más comunes son: el fútbol, la familia y la comida. Al que sumamos "las carreras de caballo" bien propio de esta zona. El misionero dialoga el idioma del lugar y busca al Dios que está Ahí. Por eso es muy importante buscar y resaltar "lo bueno" en cada persona y actividad que encontramos. Lo religioso para Jesús encarnado, está en lo cotidiano, considerado pagano, para los del dios del templo.
Salimos a visitar a la gente en sus casas, según como habían preparado "las misioneras del lugar". Nos distribuyeron en 8 grupos para 8 zonas a ser recorridas, con adultos y niños del lugar que serían nuestros guías. Recogimos la alegría de la gente de ser visitadas... para ser escuchadas, para dar una bendición, e invitadas a las actividades de la tarde: juegos y misa. Hay muchas casas deshabitadas y personas solas. 
Regresamos al mediodía, donde fue realmente un momento "eucarístico" la preparación de alimentos y de la mesa, la fraternidad del encuentro. 
De sobremesa compartimos algunas experiencias de lo vivido en las visitas... El misionero, en la misión se encuentra con Jesús en un anciano, un niño, un enfermo, en una realidad desconocida... 
Como estaba previsto y desafiando el frío, nos encontramos en la plaza, en medio del pueblo para compartir juegos: gincana, fútbol, vóleibol. Todo un signo: una Iglesia que propone un momento de encuentro, un domingo de tarde, para todo el que quiera participar. Nos divertimos muchísimo.
Regresamos a la parroquia, para preparar la misa. Para que los niños participaran, hicimos una dinámica donde ellos eran un medio de prensa y entrevistaron a quien nos acompañaba, venido recientemente desde México: Marco Antonio. Como buen misionero comparó la realidad de dónde viene, siendo un pueblo muy religioso, con celebraciones multitudinarias... descubriendo que acá en Uruguay lo que ha visto es distinto: pequeñas comunidades viviendo los valores evangélicos, encontrándose entre sí, conociéndose por el nombre, con los sacerdotes y el obispo como parte de esa familia. 
En la misa aprendimos de nuestros hermanos evangélicos, que tienen por costumbre recibir a quien llega en la puerta... crear un momento de encuentro de diálogo y poder llevar esas alegrías y necesidades a el altar. En la homilía participaron los niños jugando al fútbol. Primera escena un niño jugando solo con su pelota. Segunda escena la alegría de jugar tres niños juntos. La niña recogía el parecer de los presentes, que descubrían la gran diferencia entre una persona solitaria que lo tiene todo para sí, y una comunidad que pone en común lo que es y tiene. Así vimos que era la realidad la Santísimas Trinidad, Dios Padre hijo y Espíritu Santo. Mostrándonos que nosotros creados a su imagen y semejanza, nos realizamos como persona en comunidad siendo lo que cada uno es.  
La Palabra es para ponerla en práctica, entonces cada uno fue invitado a ir al encuentro de alguien que no conociera en la misa, y entablar un diálogo que permitiera conocerse. Porque solo se puede conocer y amar a Dios, conociendo y amando al prójimo. Esto que lo vivió y propuso Jesús, tuvo muchos problemas con la religión del dios en el templo, con la mediación de los sacerdotes y un pueblo considerado pecador, impuro... Hoy también hay la tentación entre la religión del templo, del rito, que clasifica las personas... y la espiritualidad de Jesús encarnado en la cultura, en los más frágiles, cercano a los pecadores para mostrar la misericordia de Dios Padre... que nos dejó su presencia sacramental en una comunidad reunida a la vuelta de una mesa, en una casa de familia, en el pan y vino que cada día se compartía...
Se preparó ofrendas, con una procesión solemne, para llevar signos de la misión compartida: vino y galletitas. Los niños participaron en la preparación del altar y todos servimos a Dios deseándole su Paz a nuestros hermanos. 
La alegría era grande al final, y sentimos él envió de llevar ese Dios encontrado en la comunidad, en los niños, llevarlo a los que nos esperan en casa, a los que encontraremos en el camino.... en la palabra en la porque misioneros somos todos y en todo momento.
El Espíritu Santo siempre nos da más sorpresas al final... cuando realizamos la merienda con la evaluación de la misión, llegaron Gustavo coordinador de la Fazenda masculina en Cerro Chato, y el p. Gastón referente de la parroquia de esa misma ciudad. Ambos hicieron de escucha de lo recogido en la misión y después Gustavo nos invitó a su cumpleaños este sábado 21, comenzando con la misa a las 11 y después almuerzo con parrilla lluvia.

Gastón nos invitó para la fiesta patronal del sagrado corazón, que será también fiesta diocesana con presencia de todo el presbiterio y delegación de las parroquias, el viernes 27 desde el mediodía.

Y El Espíritu Santo después nos "embarazó" de una nueva misión en Cerro Chato, cuando el consejo parroquial nos convoque. La hermana responsable de la parroquia nos dio la bendición de regreso a nuestras casas. 
Nacho 

No hay comentarios:

Publicar un comentario