viernes, 27 de febrero de 2015

Querido pueblo, gracias por tus abrazos. Mujica

“Muy en cuenta de mi estilo, porque no quiero aburrirte, he escrito algunas líneas para leerlas y empiezo señalándote que por ejemplo, podría ponerme a contar de molinos, de cables enterrados, de cantidad de gente pobre que ha logrado un ingreso mejor, de la menor indigencia, pero no, no tiene sentido. Creo que es un día y un tiempo de agradecerte, a ti pueblo, por el honor que me regalaste y contarte una pequeña historia similar a la de muchos otros.
Había una vez un barrio, lejano, donde morían las chacras y nacían los solares proletarios. Con vereditas de tierra y hoyitos para jugar al parcito. Con trojas de trompos, muchas veces caseros hechos de naranjo, y baleros y bochones y pelotas de trapo. Era un tiempo de escuelitas siempre atestadas, con muchos gurises remendados y zapatillas rancheras de aquella época y madres duras. ¡Qué cosa bárbara, siempre, siempre le daban la razón a la maestra!.
En ese tiempo, y en esa infancia, deambulaba mi huérfana niñez, en algunas tardes trillábamos arroyitos buscando tarariras… Al fin y al cabo desembocó la adolescencia, justo cuando se acallaban los cañones de la Segunda Guerra Mundial. Después vinieron los trabajos por la vida en una orfandad protegida por una madre fuerte y dura. Vinieron pocos diría cualquiera, y en el medio de esas luchas por la vida, reminiscencias que llegaban a nuestra adolescencia.
Estaba presente en nuestras el dolor de la España irredenta y admirada. Empezábamos a surgir y no nos dábamos cuenta que empezábamos a dejar de ser la Suiza de América, para ser definitivamente latinoamericanos.
Un tiempo de leerlo todo y de traquetear la vida, a veces por dos quilos de carne a 17 centésimos porque una mano de obrero solidario del Frigorífico Nacional nos ayudaba. Tiempo de marchas, a veces con gotitas libertarias, que se daban en el quehacer estudiantil mientras crecía adentro de nosotros el anhelo por un mundo más justo, sin que lo mío y lo tuyo nos separara.
En aquel entonces, Europa repuesta, nos lleva imponente al cambio luminoso y aquel país de nuestra niñez, amortiguador, se iría quedando sin reparto, sin negociación y por ello nuestra democracia comenzó a enfermar porque nada había para repartir. No nos dábamos cuenta pero caminábamos hacia la confrontación. Entre nostalgias y Maracaná no podíamos verlo con claridad, pero comenzábamos a padecerlo día a día.
Mientras tanto el mundo el gigantesco mundo se sumía en una Guerra Fría, una lucha entre una plutocracia con banderas de democracia y una burocracia con banderas de socialismo. Fueron las épocas de estancamiento, de utopía militante. Nos terminamos jugando todo, como muchos otros. Sufrimos e hicimos sufrir y somos conscientes. Pagamos precios enormes, pero seguimos por milagro. Vivos, templados y aprendiendo con la adversidad. Habiendo repensado a toda la vida como una entrega y como valor para defender por encima de todas las cosas. Mucho mas humildes, sobrios y republicanos, porque nos quedó incrustado que nadie es más que nadie.
Sólidos, livianos de equipaje, para tener la mayor cantidad de tiempo libre y volcarlo socialmente a lo largo de nuestra existencia, por ser nuestra forma de felicidad posible. Al cabo de tanto trajín, supimos que la lucha que se pierde es la que se abandona pero también, querido pueblo, saber que no hay ningún final sino el camino mismo y que muchos otros arrimarán lo suyo y continuarán el camino de luchas.
Pasaron 5 años. En una lucha entre el egoísmo natural que llevamos adentro y que nos lo puso la naturaleza para defender nuestra vida y la vida de lo que nos rodea. Esa lucha, con la otra gran fuerza, la solidaridad. Sepamos la solidaridad es la defensa a largo plazo de la especie. El egoísmo, la necesidad para defender nuestra vida y la de nuestros seres queridos.
Querido pueblo, gracias por tus abrazos. Gracias por tus críticas, gracias por tu cariño y sobre todo, gracias por tu hondo compañerismo cada una de las veces que me sentí sólo en el medio de la Presidencia. Si tuviera dos vidas, las gastaría enteras para ayudar tus luchas, porque es la forma mas grandiosa de querer la vida que he podido encontrar a lo largo de mis casi 80 años.
No me voy, estoy llegando! Me voy a ir con el último aliento y donde esté, estaré por ti, contigo. Porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias querido pueblo”.

FLORES DE CUARESMA

¿Qué es la resurrección?
El primer domingo de cuaresma en la misa del Lago Merín doña Celia se acercó con un bello ramo de flores de distintos colores para el altar recogido de su jardín. En la misa de la Inmaculada una señora trajo flores para la virgencita. Como comunidad recibimos con cariño las flores y las hicimos parte de la celebración. Porque cuando eramos niños nos maravillábamos de la creación, cuando nos enseñaban que estando en nuestro hemisferio a pleno sol, los del otro hemisferio estaban en la noche. Sería cosa de locos que los del hemisferio norte nos hicieran prender las luces a todo el mundo porque ellos están en la noche…
El cristianismo es el encuentro con un hombre llamado Jesús. Y cuando conocemos su vida y palabra nos damos cuenta de la “libertad y diferencia” con la que se relacionó con unos y con otros. Camino por las periferias geográficas y ahí se le acercaron algunos que fueron curados. Predicó en las sinagogas. A otros los hizo parte de la fiesta de la multiplicación de los panes. Llamando a unos pocos a que estuvieran con Él y lo siguieran. Y entre ellos tomo a Pedro, Santiago y Juan haciéndolos testigos de la transfiguración. (Marcos 9, 2-10) Las mujeres tuvieron en el grupo de Jesús un lugar novedoso e incluso escandaloso para los fariseos, siendo a ellas las primeras en mostrarse resucitado. Y a lo largo de la historia muchas personas se han encontrado con Jesús por medio del testimonio y la predicación de cristianos.
Lo más distante de la espiritualidad cristiana es el “uniformismo”, cosa que a veces se nos cuela en nuestras prácticas pastorales y litúrgicas, matando el soplo colorido libre del espíritu. Si bien en todo grupo humano son necesarias normas y estructuras, estas tienen que estar al servicio del encuentro con Jesús, encarnadas en la realidad del aquí y ahora.
Ese hombre nos regala a todos, la buena noticia de la “resurrección, la vida eterna”. Por lo tanto toda experiencia que apunte a la vida verdadera, todo gesto de solidaridad para levantar a un caído, toda estructura social que verdaderamente quiera que el pobre, el ladrón, el asesino, el drogadicto, el refugiado, se rehabilite y se reintegre al tejido social, todos esos esfuerzos son soplo del espíritu de Dios.
En el hemisferio norte están terminando el invierno preparándose para la primavera, nosotros estamos terminando el verano, las vacaciones, las licencia, por comenzar las clases y aún con el sonar de algún tamboril. Nuestros arrozales están amarilleando y los jardines están dando diversas flores. Es en esta realidad que tenemos que estar dispuesto a encontrarnos con Jesús y escuchar lo que el quiere para cada uno de nosotros.. Con mucho respeto por lo que los demás puedan discernir como voluntad de Dios o como prioridades para este año. Ningún cristiano está para mantener estructuras, ni para cumplir preceptos, todos estamos llamados a responder en libertad y con amor a la voz de Dios, que se discierne en comunidad, para trabajar junto a todas las personas de buena voluntad que quieren construir una sociedad más justa y solidaria. No es el que mucho hace o hace cosas grande el santo, la santidad pasa por hacerse como niños, creyendo que Dios nos quiere regalar una vida nueva y con amor realizar lo que mamá, papá Dios nos propone.
Nacho