El primer domingo de cuaresma en la misa del Lago Merín doña Celia se acercó
con un bello ramo de flores de distintos colores para el altar recogido de su
jardín. En la misa de la Inmaculada una señora trajo flores para la virgencita.
Como comunidad recibimos con cariño las flores y las hicimos parte de la
celebración. Porque cuando eramos niños nos maravillábamos de la creación,
cuando nos enseñaban que estando en nuestro hemisferio a pleno sol, los del
otro hemisferio estaban en la noche. Sería cosa de locos que los del hemisferio
norte nos hicieran prender las luces a todo el mundo porque ellos están en la
noche…
El cristianismo es el encuentro con un hombre llamado Jesús. Y cuando
conocemos su vida y palabra nos damos cuenta de la “libertad y diferencia” con
la que se relacionó con unos y con otros. Camino por las periferias geográficas
y ahí se le acercaron algunos que fueron curados. Predicó en las sinagogas. A
otros los hizo parte de la fiesta de la multiplicación de los panes. Llamando a
unos pocos a que estuvieran con Él y lo siguieran. Y entre ellos tomo a Pedro,
Santiago y Juan haciéndolos testigos de la transfiguración. (Marcos 9, 2-10)
Las mujeres tuvieron en el grupo de Jesús un lugar novedoso e incluso
escandaloso para los fariseos, siendo a ellas las primeras en mostrarse
resucitado. Y a lo largo de la historia muchas personas se han encontrado con
Jesús por medio del testimonio y la predicación de cristianos.
Lo más distante de la espiritualidad cristiana es el “uniformismo”, cosa
que a veces se nos cuela en nuestras prácticas pastorales y litúrgicas, matando
el soplo colorido libre del espíritu. Si bien en todo grupo humano son
necesarias normas y estructuras, estas tienen que estar al servicio del
encuentro con Jesús, encarnadas en la realidad del aquí y ahora.
Ese hombre nos regala a todos, la buena noticia de la “resurrección, la
vida eterna”. Por lo tanto toda experiencia que apunte a la vida verdadera,
todo gesto de solidaridad para levantar a un caído, toda estructura social que
verdaderamente quiera que el pobre, el ladrón, el asesino, el drogadicto, el
refugiado, se rehabilite y se reintegre al tejido social, todos esos esfuerzos
son soplo del espíritu de Dios.
En el hemisferio norte están
terminando el invierno preparándose para la primavera, nosotros estamos
terminando el verano, las vacaciones, las licencia, por comenzar las clases y
aún con el sonar de algún tamboril. Nuestros arrozales están amarilleando y los
jardines están dando diversas flores. Es en esta realidad que tenemos que estar
dispuesto a encontrarnos con Jesús y escuchar lo que el quiere para cada uno de
nosotros.. Con mucho respeto por lo que los demás puedan discernir como
voluntad de Dios o como prioridades para este año. Ningún cristiano está para
mantener estructuras, ni para cumplir preceptos, todos estamos llamados a
responder en libertad y con amor a la voz de Dios, que se discierne en
comunidad, para trabajar junto a todas las personas de buena voluntad que
quieren construir una sociedad más justa y solidaria. No es el que mucho hace o
hace cosas grande el santo, la santidad pasa por hacerse como niños, creyendo
que Dios nos quiere regalar una vida nueva y con amor realizar lo que mamá, papá
Dios nos propone.
Nacho
Nacho
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