jueves, 20 de septiembre de 2018

Yenilenen Ve Iletilen Sevinç En Kirsehir (Turquía) para servir a los prófugos iraquíes

En su visita a Fraile Muerto, a la comunidad y a su familia, la hermana Fátima, nos compartió en la celebración de la misa un testimonio misionero que nos ayudó a encontrarnos con Jesús: el que llama, envía y acompaña.
Las hermanas Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado estamos en Turquía por una historia que se inició tantos años atrás...
En el 2016, nuestra hermana Diba Kupeli realizó, con otras dos religiosas de las Pequeñas Hermanas de Charles de Foucauld, una experiencia durante tres meses en Uçhisar, Capadocia. La hermana Diba es la única hermana religiosa turca en el mundo; hay religiosas en Turquía pero son todas extranjeras. Su objetivo fue sostener a los prófugos cristianos que, en diversas zonas de Anatolia, esperaban poder dejar Turquía lo antes posible. La experiencia fue positiva y valorada y así, nuestros Institutos (las Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado y las Pequeñas Hermanas de Charles de Foucauld) decidimos renovar el servicio por un año (julio 2017-julio 2018).
En diálogo con el obispo del Vicariato de Anatolia, Mons. Paolo Bisseti, sj, se decidió que las hermanas vivieran en Kirsehir, ciudad con un alto índice de prófugos iraquíes. En julio del 2017, después de haber alquilado un pequeño apartamento en el centro de la ciudad, se inició un nuevo servicio de acompañamiento a 170 familias iraquíes prófugas, todas cristianas, pertenecientes a diversas confesiones (caldeas, católicas, sirias ortodoxas, etc).
En octubre del 2017 la comunidad inter-congregacional e internacional se amplió. Con Diba (turca), vivieron las hermanas Catherine (francesa), Melania (eslovaca) y Rajaa (iraquí).
La presencia de la hermana Rajaa fue muy valiosa porque conoce el idioma (árabe) y la cultura. También ella, viviendo en Mosul, tuvo que huir cuando la persecución y estuvo mucho tiempo viviendo en caravanas.
Para entender el motivo por el cual las hermanas están en Kirsehir y acompañan prófugos iraquíes habría que recordar algunos trágicos eventos. ¿Te recuerdas dónde estabas el 3 de agosto del 2014 y qué cosa estabas haciendo?
Aquel día, “...el mundo descubría una minoría de la que ninguna sabía escribir correctamente el nombre: los yazidi... ” Iniciaba su genocidio (uno entre tantos otros). 450.000 personas fueron obligadas a huir de los pueblos y villas en Sinjar (Iraq).
En aquel período se proclamó el nacimiento del Estado Islámico y se inició un ataque feroz. En aquel momento, quienes hubieran podido luchar contra Daesh - es decir el ejército iraquí y el curdo – se retiraron. Fue el inicio de un “con-flicto” que aún hoy continúa. Después de haber tomado Mosul, la Llanura de Nínive, Sinjar... Daesh continuó su camino hacia “la conquista del mundo”.
Para tomar posesión de las zonas, Daesh masacró a los ancianos y a los hombres que no querían convertirse. (A la fecha se han encontrado más de 70 fosas comunes). Las mujeres jóvenes y las muchachas yazidi fueron usadas como esclavas o para fines sexuales (prostitución o matrimonio); los niños fueron asesinados.
Daesh ordenaba a los cristianos: “elige: te ha-ces musulmán, mueres o te vas”. También muchos musulmanes sufrieron mucho.
Al inicio muchas familias cristianas pensaron que era solamente una amenaza que no se cumpliría nunca... Tantas veces se fueron, dejando sus casas y todos sus bienes, para regresar después de algunos días una vez que la amenaza parecía menor. Muchas veces hicieron así, fuga y regreso, hasta que descubrieron, algunos demasiado tarde, que las amenazas se volvían realidad.
Para identificar las casas habitadas por cristianos, el Daesh marcaba la puerta con una letra árabe que suena “nun”, que es la primera letra de la palabra árabe “Nazareno”.
Ya aún antes de la caída de Saddam Hussein, muchos cristianos fueron asesinados. El cristiano estaba asociado al occidente, a los norteamericanos; no pudiendo matar a un “americano”, se asesinaba a un cristiano, aún si no tenía nada que ver con la situación.
En estos últimos años, ha habido una gran desilusión entre las minorías: “yazidí”, cristiana, turcomana, “shabak”, “kakais”. Han sentido que nadie en el mundo sabía ni hacía nada para evi-tar su persecución y su genocidio. “Europa no hace nada” sienten decir las hermanas. Sólo un par de años atrás, inició la guerra contra Daesh; demasiado tarde. Los soldados de Daesh se retiraron, dejando a sus espaldas la destrucción total. Algunas familias iraquíes regresaron a su patria no obstante fuese peligroso, pero no tenían opción.
Con la inestabilidad y las persecuciones en Medio Oriente, se han creado caravanas increíbles de prófugos. El grupo más numeroso y más conocido es el sirio, con más de 4 millones de prófugos, acogidos en los países vecinos. Menos conocida es la situación de otros prófugos: iraquíes, afganos, iraníes, conocidos como “refugiados de serie b”. Más de 200.000 iraquíes huyeron hacia los países vecinos: Pakistán, Jordania, Siria, Líbano, Irán y... Turquía.
Están con la categoría “protección internacional” lo que significa que esperan ser llevados a otra nación. Pero, como ya se sabe, ser reinstalado en una “3ra” nación, no es ni fácil ni rápido. Algunas familias están en Turquía desde hace 3-5 años. Han pedido asilo pero se les ha negado y ... continúan la “dulce espera”.
En Kirsehir para sostener y suscitar
El primer paso que las hermanas tuvieron que dar fue “construir entre ellas la comunidad”... Una comunidad “inter” intercultural, internacional, intercongregacional.. tiene muchos desafíos para afrontar y superar. Pero están juntas “por ellos”... por ende “estar presentes” entre los refugiados iraquíes es otro aspecto importante de la misión. No es tanto aquello que hacen, sino el hecho de estar presente, acompañando a los más necesitados. Las hermanas quieren sostener la fe y la esperanza.
El año pasado, Cáritas (del Vicariato de Anatolia) alquiló un apartamento. En Kirsehir no hay templos cristianos por lo que los cristianos se encuentran en distintas casas para celebrar la fe, rezar. El Centro alquilado ha sido el espacio de encuentro para la oración y para los distintos encuentros, para las lecciones (inglés, turco, árabe, guitarra, catecismo, corte y costura, etc). Cuando llega un sacerdote (no importa a cual credo cristiano pertenezca) todos se reúnen para celebrar juntos.
Realidad: Podríamos contar cientos de historias (reales) de persecución, rechazo y dolor...  El muchacho que tiene que iniciar el liceo pero no lo han dejado seguir porque es cristiano. La familia que fue expulsada del apartamento y antes de encontrar otro, fue rechazada en 6 porque... “son extranjeros”. Los y las jóvenes que con 12, 15, 17 años ya trabajan... Antes estudiaban pero ahora no pueden; son mal pagados pero obligados a trabajar para poder vivir. Si sus padres tienen ya 40 años son “viejos” para encontrar un trabajo... Algunos han empezado a beber para olvidar y sobrevivir,... Sin embargo, no han perdido la esperanza...! Esperan ser llamados. Rezan. Se reúnen. Nos reciben con gran alegría y gratitud cuando los visitamos. Vienen a casa a visitarnos.
Este año, las hermanas han formado a los jóvenes, enseñándoles juegos y dinámicas para que luego ellos, en un “campamento” (in-terno), fueran los animadores de muchos niños y niñas iraquíes. Fue una de las experiencias más increíbles de valor, compromiso y “empoderamiento” (dar herramientas a otros para que luego, animen, organicen, propongan, se sienta valorados...).
En este momento, estamos organizando pa-ra renovar la misión por un año más. Dado que todo es muy precario y difícil, tenemos que unirnos a otros para poder estar presentes. Ha sido posible con la fuerza de DIOS y el apoyo de comunidades cristianas (fuera de Turquía), se han dado pequeños pasos que han generado tanto bien y nos han traído “hasta aquí”... Juntos, es creíble.
Contamos con su recuerdo y oración. hermana Fátima Godiño
- Madre general de las Hermanas Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado
- fatimagodin-o@libero.it

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