Y todo lo del encuentro fue llevado al altar
que fue nuestro centro:
Jesús encarnados en la realidad
con opción por los que sufren, los alejados,
oprimidos, servidores y liberadoras espiritualidad colibrí
Se inicio la celebración con el llamado de los Mapuches, por medio de su instrumento.Como se ha ido desarrollando por la Patria Grande nuestra Espiritualidad Colibrí, los que viajan van llevando a todos y al regreso tienen un espacio de compartir el néctar recogido.
En esta celebración Cloe y Gilverto, compartieron su vuelo por el sur de Chile.
Sumándose al altar los signos de Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil, y Uruguay.
Sorpresivamente por distintos medios llegaron saludos desde Guatemala, Vietnam, Córdoba.
La música de los jóvenes no podía faltar.
Las hojitas de cantos preparadas, son un detalle importante de cariño.
Una celebración cristiana,
para ser cristiana,
tiene que asumir la realidad,
los colores, el sentir, la música, los gestos,
dolores, alegrías y sueños de los del lugar
y de todos los que participan en la celebración.
Si no es así, queda en un rito vació de carne, de cultura, de pueblo
y por lo tanto no se hace presente el Dios encarnado, resucitado
Los niños presencia de Dios entre nosotros
Dejen que los niños vengan a mi...
Lo que le hacen a uno de los más pequeños me lo hacen a mí...
Palabras de Jesús, que nos indica el camino de nuestras opciones de vida y modo de celebrar el encuentro con Jesús, con ese misterio trascendente, presente en los más pequeños y excluidos.
Reiteramos que en el transcurso del fin de semana, como es costumbre en nuestros encuentros, cada cual aporta "su monedita posible" en cuanto a tiempo de presencia, en cuanto aporte de dones y de bienes materiales.
Nadie juzga, cada uno tiene conciencia.
Y sabemos que siempre el seguimiento de Jesús exige renuncias. Y aveces la renuncia es no poder estar físicamente en estos encuentros y acompañar desde la distancia.
Intentando volver a Jesús,
a su mensaje,
a su modo de relacionarse,
de celebrar....
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