EL VECINO EL FAMILIAR MAS CERCANO…
Cada mañana el poder matear en familia, saludarnos con el
vecino que pasea su perro, comentar con la almacenera las “pequeñeces” del
barrio, en la tarde el andar de los niños en bicicleta por la vereda… Son
abrazos muy humanos que se dan en la relación fraterna entre vecinos.
Y cuando uno tiene un vecino mecánico, enfermero o médico,
un vecino que sepa de papeles, de
letras, o simplemente que podamos dialogar sobre el tiempo, el deporte, la
política, la sociedad, lo espiritual… es tener el regalo de un familiar que
está ahí, para caminar juntos
La humanización que se da en crear lazos de vecindad, es
confirmada por Jesús, quien el mayor tiempo de su vida fue un vecino más en
Nazaret. Los que viven en barrio periféricos, los campesinos, y los que habitan
en pequeñas poblaciones, saben muy bien que el vecino es el familiar más
cercano.
EL PROFETA ES RECHAZADO ENTRE LOS SUYOS
¿Cómo entender? “Que nadie es profeta en su tierra, en su
familia, en su vecindario” nos dice Jesús.
Las ovejas se agrupan en rebaños, los pájaros en bandada,
los peces en cardumen, todo va bien mientras todas la ovejas, todos los
pájaros, todos los peces tienen el mismo horizonte. Unos a otros se apoyan.
También así ocurre en una familia, en el vecindario en un grupo de amigos, el
mismo horizonte nos une, fortalece y potencia.
El problema es cuando una oveja se aparta del rebaño, cuando
un pájaro elige un vuelo distinto al de la bandada, cuando un pez nada contra
corriente. Igualmente ocurre con los seres humanos, el que elige un horizonte
diferente a su grupo de referencia, queda solo y generalmente es juzgado por
los demás.
Están los que se apartan por seguir la voz de su ego, por
deseos materiales, o siguiendo la voz de otra persona. Y están los que al igual
que Jesús son rechazados porque ponen en primer lugar la obediencia Dios.
Jesús en Nazaret cultivo 4 relaciones muy importantes: 1- Cultivo
la relación con la familia, el vecindario. 2- Se relacionó con el entorno
político, laboral y religioso. 3- Cultivo la relación con Dios en la Palabra
Bíblica, vida comunitaria y oración personal. 4- Todo desde una relación
personal creciente en sabiduría, corporeidad y gracia.
La dificultad para discernir la voz de Dios, es porque no
andamos muy bien en alguna de las 4 relaciones: con los cercanos, en lo social,
en lo espiritual, o en lo personal.
DISCERNIR LA VOZ DE DIOS.
1- Es cultivar las relaciones humanas que hacen nuestra
historia y son nuestro presente. Cultivarlas conociéndolas, aceptándolas,
sanándolas, aprovechándolas, en libertad.
2- Se escucha a Dios encarnándose en la realidad que nos
toca vivir, la histórica, cercana y mundial. Nuestro Dios habla a través de los
hechos y su voluntad es para transformar la realidad presente.
3- La relación con Dios tiene una dimensión espiritual, que
se cultiva en comunidad y personalmente, por lo tanto es necesario la
pertenecía a una comunidad y la amistad con la soledad.
4 – Dios llama a quien quiere, cuando quiere, por lo tanto él
supera las lógicas humanas, y puede dar alas a un pez o hacer nadar a un ser de
tierra. Más bien a Dios le gusta sorprender y elige lo que la familia,
comunidad no elegiría, para mostrar que para Dios nada es imposible. Si olvidar
que el tiempo de Dios no es el nuestro, para él nunca es tarde…
El camino es el amor, y necesitamos ser y reconocernos
amados. Cuando hay amor nada falta para el discernimiento presente y futuro. Cuando
no experimento el amor, puedo tener mucho humanamente, materialmente, puedo
estar cerca de una manada de ovejas y no tener paz, cerca de una bandada de
pájaros y no poder volar, cerca de un cardumen de peses y no poder sumergirme a
lo profundo… Todo comienza por ser y dejarme amar… Y si no es posible donde
estas, ve más allá. Los entornos influyen. Pero por sobre todo es necesario una
actitud personal: volver a ser como niño necesitado de la paternidad y
maternidad de Dios, que nos hace hermanos universales comprometidos con los más
frágiles, y libre de toda tentación de posesión.
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