martes, 10 de noviembre de 2020

EL CORONAVIRUS EN NUESTRA CIUDAD (4 Un hilo del tejido)

La gran noticia es: la rápida expansión del incendio en nuestra selva. No se sabe muy bien si fue por causa natural, por descuido o irresponsabilidad de alguien... O causado el desastre, por alguien que sale beneficiado.

Cuando ocurre algo grave en nuestra realidad, se movilizan todos los animales. Y en cada uno surge lo que predomina en su interior. Aparecen en algunos: el miedo, el juicio, la culpa, la solidaridad, la esperanza, la creatividad…

La selva arde, y los más frágiles ante el fuego devorador, como lo son las mariposas y los insectos, buscan protegerse en sus hogares. Son las que corren mayor riesgo de morir… El calor perjudica sus frágiles alas y se despiden de esta realidad.

Están los animales que solamente piensan en sí mismo, y se escapan, o buscan sacar provecho de la situación difícil. Las víboras se esconden o aprovechan a morder con sus colmillos y venenos, en esta situación de desconcierto de muchos.

Hay otras especies, que aman su hábitat, y buscan defenderla del fuego destructor. Buscan defender todas las vidas. Comunicando verdades, esperanza y propuestas que sirven para apagar el fuego.

El elefante a paso lento, va al río se llena de agua, y regresa combatiendo el fuego con su trompa, que es una perfecta manguera de bomberos, expulsando gran cantidad de agua.

Los roedores, hacen con sus pezuñas canales en la tierra, para evitar que el fuego se propague.

Los pequeños colibríes y otros pájaros, cargan en sus picos pequeñas gotas de agua, para apagar nuevos brotes de fuego.

... Hasta que el consumo de la selva, el trabajo de algunos animales y una bendita lluvia, acabó con el incendio. Porque todo llega y todo pasa.

Quedando los resultados en cada uno de los seres vivientes: enfermos de miedos, encerrados en sí mismos, enriquecidos aprovechándose de otros, serenos porque hicieron lo que tenían que hacer, que era cuidarse, y los profundamente felices de haber aportado algo de agua, según sus posibilidades, para apagar el fuego.
No solo el fuego hiere o mata, también lo hacen las voces que son solamente gritos descontrolados, o que plantean lo que debe ser, pero no es. También hieren o matan los sentimientos negativos, que son energías que se expanden y contagia.
En todo incendio, en toda dificultad, a todos se nos presenta una oportunidad única, para optar por la vida, cuidándonos y cuidando a los demás, u optar por encerrarnos en nosotros mismos, buscando sacar agua para nuestro molino o solamente echar leña al fuego con juicios y pesimismo.
Cuando la selva arde, se transforma en un gran espejo, para reconocer lo que hemos cultivado dentro, para reconocer lo que hay sembrado dentro de los otros.
El espejo de esta realidad sorpresiva, nos muestra nuestros sentimientos de relación ante: los jóvenes, los ancianos, las autoridades, los sentimientos ante la muerte, la quietud, el trabajo, ante lo religioso, espiritual y material.
LAS DIFICULTADES: 
Son oportunidad 
para descubrir
que tenemos que carpir,
liberarnos y 
qué es lo realmente importante 
cultivar….
 
Y ponerlo 
como prioridad
 para el presente y 
tiempos venideros.
 
Nacho

 

1 comentario:

  1. Qué bueno.. Nacho, qué bueno..si habrá incendios que apagar en vnuestras vidas y evacuar de las llamas vidas hermanas..!!!

    ResponderEliminar