lunes, 2 de noviembre de 2020

LAS PLUMAS DEL REY BUENO (Para los que buscan caminar con un sentido de amor para su vida)

 

Había una vez, en la selva, un pájaro que se había llevado un gran golpe. Tan afectado quedo, que perdió todo sentido para vivir. Estaba desplumado totalmente.Para este pájaro, la tristeza era su nido. La pereza su ritmo. La angustia su sentir. La rabia su arma de defensa. El pesimismo su mirada. Y una adición su única compañía.

Muchas veces, este pájaro, había escuchado de la existencia de un Rey Bueno, en medio de la selva. Este pájaro, envuelto en su pesimismo, negaba su existencia. ¿Cómo podría existir algo bueno, en esta selva tan llena de injusticia? Se decía y decía.

Un día inesperado se encuentra el pájaro, con una golondrina amiga. Llegó, anunciando una nueva primavera; que llega, igualmente si estamos de pie o caídos.

Para el pájaro desplumado, en su nido de tristeza, recibió unos rayos de alegría dados por la visita de su amiga. Su mirada, la de la golondrina, por un instante le diluyó su angustia, la rabia, y el pesimismo. Preguntándose en el abrazo afectuoso compartido: - ¿esto no será un momento de amor?

Al despedirse, la golondrina con una sonrisa y voz tierna le dijo: - “El gran rey de la selva te busca”. El pájaro quedó desconcertado. Sintiendo el deseo de encontrarse con él. Pero a su vez, no se sentía digno de estar con él Rey.

Todo tiene su tiempo, hasta que llegó el día en que el pájaro después de días oscuros en la compañía de su adicción, decidió buscar al gran rey de la selva. Entre tantos caminos que en algún momento le habían ofertado, el pájaro eligió seguir el vuelo de su amiga.

Invitado por la golondrina, una tarde se encontró en una reunión de distintas aves. Todo era muy simple. La alegría y la libertad, eran el aire que se respiraba. Todo parecía de todos. El trabajo, la fiesta, la reflexión, el juego, la oración danzaban en círculo.

En medio de ellos se le revelo el gran rey. Él era esas miradas de aceptación. Esas palabras de aliento. Esos abrazos que une los huesos. Esa mesa familiar. Esos trabajos sin patrón. Esos pájaros diferentes que hacen un mágico tejido multicolor.

Todo tiene su tiempo, y llegó el momento de despedirse, de aquel lugar donde como pájaro se sintió emplumado. Se sintió en vuelo, aportando gratuitamente su canto, en un coro bello con otros cantos. Su alma estaba en paz.

Tenía miedo de volver a su nido, y caer nuevamente en la tristeza.  Donde lo esperaba aquella adición, que había elegido como amiga. La cual, lo aislaba, alimentándole la rabia y el pesimismo.

Entonces ocurrió algo inesperado. Algo que le cambió la vida para siempre a este pájaro. Se le acercó el rey bueno, ofreciéndole sus propias plumas. Todas eran muy bellas. Mezclando sus colores vestían maravillosamente al rey. Se le daba la posibilidad de emprender un nuevo vuelo, con plumas nuevas, las del mismísimo rey.

De apariencia a los ojos del mundo, ninguna de ellas parecía hermosa. Más bien parecía plumas pesadas, a ser cargadas. El pájaro necesito creer, que el rey bueno le ofrecía algo muy valioso. Y creyó. Atreviéndose a preguntar si podía tomar más de una. A lo que el rey feliz respondió: -Todas las que quieras.

Cuenta la leyenda que cada pluma tiene su nombre. Y al comienzo se siente solamente su peso. Cuando se aprende a valorarla, como lo enseña el rey bueno, se transforma cada una de ellas, en fuente del amor a la humanidad, así mismo, y al rey bueno.
El nombre de esos tesoros los proclamó Jesús en las bienaventuranzas: libertad, sufrimiento, humildad, justicia, misericordia, bondad, paz, verdad, denuncia, esperanza, alegría.
ILUMINAR: Mateo 5, 1 - 12

Cuando Jesús vio a las multitudes, subió al monte; y después de sentarse, sus discípulos se acercaron a Él. Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo:

 "Bienaventurados (Felices) los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.

"Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.

"Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.

"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.

"Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.

"Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.

"Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

"Bienaventurados aquéllos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.

"Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan acusaciones falsas contra ustedes, por causa de Mí. "Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.

ACTUAR:

Toda persona que quiera caminar humanizándose, amando, debe elegir “emplumarse” y vivir alguna de estas bienaventuranzas, sin negar ninguna de ellas. Esto es seguir a Jesús.

Dar pasos de libertad, que exige desprendimientos. Asumir el sufrimiento, físico o sentimental, descubriendo un sentido de amor.  Todo con humildad, reconociendo que todo lo bueno viene de Dios. Comprometiéndonos con la justicia, que generalmente nos lleva a ponernos de parte de los más frágiles y enfrentar a los más poderosos. Con misericordia, a todo el que reconozca sus faltas, y desee comenzar una vida nueva. Cultivando la bondad, que limpia el corazón. Por el camino de la paz, nunca imponiéndose con violencia. La verdad, es el arma más poderosa. Que denuncia, y enfada a los fariseos y poderosos que reaccionan con violencia. Tengamos esperanza, en tiempos de persecución. Con la alegría, de creer la buena nueva, que la semilla que muere en el suco resucita y da muchos frutos.

No olvidemos, que Dios anda buscando al caído. Como buen pastor, busca sus ovejas perdidas. Siendo el padre bueno, nos espera con un anillo y sandalias nuevas para hacer fiesta.

Él nos invita a las comunidades, que se reúnen en su nombre. Él nos envía golondrinas amigas. Él nos envía como golondrinas al encuentro con los pájaros desplumados, caídos, para que vuelvan a encontrar el sentido verdadero de la vida.

nacho



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