Para la mayoría la celebración eucarística fue el momento cumbre del encuentro. No como algo mágico o fuera de la realidad, nuestro Dios es un Dios encarnado en lo humano. Como decíamos, el camino previo de "encuentro, mesa y reflexión" nos hizo llegar a la eucaristía como una gran familia. Con Pablo nuestro obispo presidiendo en la misma rueda.
La reflexión de los grupos, sobre la vida en distintos lugares de donde veníamos: Río Branco, Montevideo, Rivera, Tupambaé, Brasil, Fraile Muerto, Micaela y de los distintos barrios de Melo... Iluminada por la Palabra, fue ofrecida como aporte a la homilía. Lo que hizo que muchas, y muchos tuvieran la Palabra en nombre de todas y todos. Incluso los niños y jóvenes, las mujeres y las personas adultas mayores. La luz, el fuego, representado por una velita, fue como la síntesis de lo vivido: un encuentro con Jesús que ilumina el alma, todo el ser, dando calor familiar. El encuentro verdadero con el Dios de Jesús, siempre va unido al encuentro con los prójimos.
TESTIMONIO:
Queridos hermanos y hermanas de la Diócesis de Melo, que grato fue visitarlos en este año jubilar!! Muchas veces nuestras palabras están vacías de sentido, otras “se hacen carne”; este sábado en el Jubileo de las C.E.Bs. de Melo la palabra “Sinodalidad” se cargó de sentido; nosotros como Pueblo de Dios en camino nos encontramos en torno a la Palabra con amorosa disposición para escucharnos dialogamos y compartimos en una dicha jornada de intercambio fraterno.
El día nublado se llenó de luz cuando algunos de nosotros nos encontrábamos con hermanos que hacía tiempo no veíamos. La vivencia de nuestra Fe Cristiana se revitaliza en Comunidad con el encuentro profundo, donde todos y todas nos sentimos hermanos hijos del mismo Padre, apoyándonos mutuamente en los momentos difíciles y compartiendo la alegría en otros. Las comunidades presentes de la Diócesis de Melo y quienes tuvimos la gracia de acompañarlos damos gracias a Dios y pedimos nos siga impulsando su Santo Espíritu. Beatriz
La meditación de la Palabra, que es central en las Pequeñas Comunidades, en las C.E.Bs. fue con la dinámica de integrarnos en pequeños grupos con personas de distintas procedencias y comunidades. La propuesta fue la de la Lectio divina: nuestra vida iluminada con la Palabra del día de manera orante, para transformar nuestra vida y la realidad. Cuando se elige un texto para un encuentro, se elige lo que queremos que Jesús nos diga, cuando tomamos el texto del día, nos abrimos a lo que Jesús quiere decirnos unidos a toda la iglesia en el mundo entero que escucha la misma Palabra.
TESTIMONIO:
Fueron días movilizadores de encuentros y despedidas. El viernes nos enteramos que se iba un compañero de nuestra comunidad "Los del fondo de la Catedral". No por querer irse, sino porque su trabajo lo lleva a otra ciudad a otros encuentros. Es necesario, las aguas deben moverse para que no se estanquen y así dar vida. ¡Nada mucho! ¡Nada lejos Mateo! y encuentra otras comunidades que te sigan cultivando y tú a ellos, como lo hiciste con nosotros. A su vez llegó desde una comunidad de Montevideo Beatriz, y ya es una más del grupo. Así seguimos entrelazándonos.
En medio de llegadas y despedidas, ¡teníamos que prepararnos para la presentación de nuestra comunidad en el encuentro: ¿Cómo hacemos? ¿Qué hacemos? ¡Listo! nos presentaremos como lo que hacemos viernes a viernes, el fuego que nos une en la palabra y la parrilla.
El sábado nos tocó recibir a las otras comunidades en el encuentro de Pequeñas Comunidades. Nos visitaron de lugares lejanos y no tanto, iban llegando a medida que cada uno podía y como una red nos fuimos entrelazando en una gran rueda. Presentarnos, conocernos y reencontrarnos, sentirse parte eso es lo que importa.
Canto, baile, juego, comida y bebida todo compartido, la palabra y la reflexión "No se puede amar a Dios y sin compartir la vida y lo material" . Aquí todos nos entregamos y gastamos... sin embargo todos nos enriquecímos... ese es el gran milagro que hace Dios cuando dejamos que sea el centro de nuestra vida y encuentros.
Caminando hacia la capilla San Antonio seguimos entrelazándonos y conociéndonos un poco más, a otros, a nosotros y reconocer a Jesús entre nosotros. Buscamos caminar con alguien menos conocido, para seguir ensanchando nuestro corazón con más hermanos, para que nuestra presencia habite en otros.
Un gran cierre de jornada, todos juntos con más personas que fueron llegando a la misa. La misa toda fue un momento lo más parecido a lo que Jesús nos dice que será el cielo, donde hay lugar para todos, pero nosotros somos elegidos para irlo saboreando desde ya... No podía faltar la torta, y estuvo ofrecida por la comunidad local. Más que un cierre, fue un envió, fue un comienzo de nuevos encuentros. Hay que seguir andando nomás, hay que seguir profundizando la espiritualidad del encuentro con Jesús en la palabra, en pequeñas comunidades, para alimentar los fueguitos... Hay lugar los viernes a las 20 en el salón del FONDO, de la catedral, para quien se quiera sumar... ¡Gracias! Raquel