Lo que en el video no se ve es lo que me contó Virginia su madre.
– Cuando era mi hijo más pequeño, participamos de una cabalgata, montado en una yegua mansa. Yo iba a su lado en un caballo arisco. Cuando fuimos a pasar una portera, mi caballo se asustó, empujó la yegua que llevaba a Francisco y lo tiró al suelo.
– Cuando era mi hijo más pequeño, participamos de una cabalgata, montado en una yegua mansa. Yo iba a su lado en un caballo arisco. Cuando fuimos a pasar una portera, mi caballo se asustó, empujó la yegua que llevaba a Francisco y lo tiró al suelo.
Me desespere al verlo caer y se venían sobre el la tropilla de caballos que nos seguían… Misteriosamente Dios nos mandó un ángel, un joven que estaba al costado del camino, lo tomo a mi hijo en sus brazos y lo salvó de ser pisoteado… Dios no nos evita las caídas, nos ha dejado libre de elegir nuestras andanzas, pero si, está siempre dispuesto a ayudarnos a ponernos de pie nuevamente…
Francisco (continuó el relato su mama) quedo por un tiempo con miedo a los caballos. Lo acompañe en su duelo… No le exigí nada… Solamente le regale que me viera una y otra vez, volviendo a montar mi caballo, superando mis propios miedos, cabalgando libremente. Hasta que un día se animó y me pidió para volver a montar su yegua vieja… Se fue haciendo de coraje, tomando confianza en sí mismo y en su caballo… Hoy es un buen jinete.
Francisco (continuó el relato su mama) quedo por un tiempo con miedo a los caballos. Lo acompañe en su duelo… No le exigí nada… Solamente le regale que me viera una y otra vez, volviendo a montar mi caballo, superando mis propios miedos, cabalgando libremente. Hasta que un día se animó y me pidió para volver a montar su yegua vieja… Se fue haciendo de coraje, tomando confianza en sí mismo y en su caballo… Hoy es un buen jinete.
ESTE DOMINGO LA PALABRA DE DIOS, nos presentaba el relato de Adán y Eva, con el acento patriarcal de la época… Ambos se escondieron con miedo de Dios, porque se veían desnudos. Dios siendo el amante fiel, los deja en libertad, pero los busca para darles una nueva oportunidad. Y ellos no reconocieron sus caídas, reaccionaron culpabilizando unos a otros… (Génesis 3, 9-20)
SOMOS NOSOTROS, como Adán y Eva, cuando no somos capaces de presentarnos desnudos ante Dios. Que en definitiva, es, no ser capaz de decirnos y asumir nuestra propia verdad. La ocultamos, la queremos olvidar, y el miedo dentro nuestro conduce nuestras decisiones, que nos quitan libertad…
MARIA DE NAZARET, también estaba oculta a la historia de la humanidad. Por ser mujer no contaba en una sociedad machista. Por ser Nazarena estaba condicionada con el peso cultural de “que nada bueno podía salir de esa realidad”. Su destino era ser esposa del hombre que la eligiera, servirlo y darle los hijos que él quisiera… (Lucas 1,26-38)
Sin embargo nuestro Dios siempre fiel a su propuesta liberadora, le envía un ángel, proponiéndole darle lugar en su interior al mismo Jesús. Racionalmente, físicamente, era imposible ella bien lo sabía… pero creyó que PARA DIOS TODO ES POSIBLE, superó sus miedos y le dijo SÍ al misterioso proyecto de Dios en su vida, en bien de la humanidad.
ESE MISMO DIOS, sigue buscando en los Nazaret de hoy, a personas que estén dispuestas a reconocer su verdad, presentándose desnudas ante Dios, mostrando sus heridas, planteando sus dificultades… y al final diciendo:
- “Si tú lo quieres,
tú lo puedes,
aquí estoy para servirte,
El encendido de las velitas es para que dejemos entrar la luz de Dios en nuestra casa, en nuestra historia, en nuestra familia, en nuestras relaciones, en nuestra comunidad, en nuestro entorno social… Esa luz nos revelara heridas, caídas, carencias, errores… No seamos como Adán y Eva escondiéndonos detrás de actividades, del consumo, o poniéndonos detrás de otros… para esconder nuestra desnudez verdadera.
ANIMÉMONOS, a ser como esa mujer pobre nazarena, que se hizo tiempo para dialogar con Dios y escuchar sus misteriosos proyectos. Dejemos que el Espíritu Santo nos embarace de Jesús. Que el nazca dentro nuestro y en nuestros pesebres. Al igual que María, quizás en principio no seremos comprendidos en el entorno familiar… y tendremos que separarnos de algunas relaciones que amenazan nuestra NUEVA VIDA, y será necesario ir al encuentro de las Isabel es que estén viviendo algo parecido…
ANIMÉMONOS, a ser como esa mujer pobre nazarena, que se hizo tiempo para dialogar con Dios y escuchar sus misteriosos proyectos. Dejemos que el Espíritu Santo nos embarace de Jesús. Que el nazca dentro nuestro y en nuestros pesebres. Al igual que María, quizás en principio no seremos comprendidos en el entorno familiar… y tendremos que separarnos de algunas relaciones que amenazan nuestra NUEVA VIDA, y será necesario ir al encuentro de las Isabel es que estén viviendo algo parecido…
Nacho
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