Recuerdo aquellos años en que estábamos en plena adolescencia, muy centrados en nosotros mismos y sufrimos por lo que llamábamos Amor.
Una persona que tuvimos la gracia de que nos acompañara, nos escuchaba.
Llegó el día en que nos propuso una salida de fin de semana como grupo "para conocer el Amor".
Todos, mujeres y varones, fuimos movilizados por la propuesta, deseosos de ir y a su vez nos descubrimos envueltos en miedos.
Llegamos a un lugar en las periferias de la ciudad llamado Villa Betania, a orillas del arroyo Conventos.
Después de ubicarnos las mujeres en el cuarto a la derecha de la cocina y los varones en el cuarto del fondo, volvimos todos al patio del frente que nos recibió.
Nos presentamos... y mi corazón latía a mil... estaba ella la chica que yo sentía estaba enamorado.
Si bien no me molestaba, tome distancia de otra chica que yo percibía que andaba en búsqueda de conquistarme.
Lo semejante entre ambas era su altura. Todas las chiquillas excepto una, que era un poco más alta, todas tenían apenas diferencias de centímetros.
La persona que nos guiaba propuso que cada uno escribiera en una hoja: quien consideraba que era. Dones, límites y sueños. Sin expresar su género femenino o masculino y sin poner la firma.
Luego nos invito a que entraramos al salón y cada uno tomará una de las bolsas. En ella había un disfraz representado a personajes de la historia, todos con una semejante máscara, que nos haría irreconocibles unos a otros.
Teníamos que vestirnos en un lugar apartado, a solas y regresar al salón. Y la persona que nos guiaba nos recibía y nos sentaba en una silla a distancia de un metro, unos de otros, todos en ruedas.
La sala se llenó de personajes diferentes: médicos, barrenderos, arquitectos, policías, maestros, cantantes, deportistas, mujer embarazada, abuelo, chef, preso con su traje a rayas.... Todos con una misma máscara que no permitía saber quien era quien.
Personalmente me llamó la atención quien estaba con ropa de deportista, yo era corredor de bicicleta. El o ella, la que vestía uniforme militar me causaba cierto rechazo, me recordaba a mi padre preso y torturado en la dictadura. (Después pasada la dinámica, me comentaba uno de mis mejores amigos que era el quien vestía de soldado, que sintió mis gestos de rechazo) A mi me tocó de empresario vistiendo traje y corbata llevando un maletín.
Quien animaba el encuentro nos invitó a caminar, sin tocarnos, sin hablar, sin detenernos cruzándonos unos con otros. Las máscaras cubrían bien el cabello y todo lo que nos pudiera identificar.
Luego nos propuso formar dos ruedas mirándonos unos a otros. Todos nuestros disfraces tenían guantes. Era imposible ver nuestras manos y reconocer a alguien.
La rueda del centro giraba hacia la derecha y la otra hacia la izquierda deteniéndonos un instante frente a cada uno de la otra rueda y teníamos que tomarnos de las manos. Habían guantes como el de bombero con mucho relleno que no permitía saber si eran manos de una compañera o compañero.
Volvimos a sentarnos en rueda y fueron pasando por nuestras manos cada una de las hojas escritas con nuestra presentación anónima, al comienzo del encuentro. Cada perfil con dones, límites y sueños tenía un número.
Y llega el momento de expresar nuestro sentir sobre el Amor. A cada uno se nos dio una hoja en blanco y se nos propuso con colores plasmar un dibujo con:
1 - El contenido de dones, límites y sueños que más nos haya enamorado. (eligiendo el contenido de una de las hojas que había escrito una compañera o compañero).
2 - Expresar con colores y formas alguna de las manos que al tomar contacto con ellas (Aquellas manos que nos despertaron algo distinto dentro nuestro, algo amoroso).
3 - Mirar cada uno de los disfraces y escuchar con cuál siento en mayor sintonía y llevarlo en colores a la hoja junto a los dones, límites, sueños y sentimientos de las manos ya pintadas en mi hoja. Quedando un mismo dibujo colorido.
Esperando que cada uno a su tiempo hicieran su tarea, fuimos invitados a sacarnos las máscaras. Todos fuimos sorprendidos. (Al ver quien estaba debajo de cada disfraz) Y cada uno también presentó su presentación de sí mismo, que había hecho en la primera hoja.
En mi caso no había podido reconocer a la chica que yo decía que amaba en su modo de presentarse, por lo tanto.no elegí su hoja. Sentí admiración por un compañero que poco conocía pero que se presentó con dones, límites y sueños semejantes a los míos. El tambien se identificó con mi presentación, eligiendo mi hoja para plasmar en su pintura.
Las manos que en contacto me movilizaron por dentro fueron las de una compañera disfrazada de chef. Esa delicadeza y ternura que sentí en sus movimientos en el encuentro entre nuestras manos, no la percibía en el rostro serio y distante que tiene conmigo esta compañera en la vida cotidiana.
La ropa de deportista que me atraía y que estaba casi convencido que era llevado por la compañera que yo decía estar enamorado, para gran sorpresa era llevado por un varón con el cual tenemos grandes diferencias por nuestros modos de ser.
Cada uno fue invitado a sacar sus propias conclusiones sobre esta experiencia. Recuerdo que yo dije:
1- por lo de dones, carencias y sueños: tenemos tendencia a enamorarnos de nosotros mismos... de quien se nos parece por dentro. A su vez decimos que amamos a una persona que se percibe distinta a la que vemos.
2 - por la delicadeza y ternura de aquellas manos, aprendí que: la cara de una persona puede ser una gran máscara de lo que realmente es interiormente. En el contacto físico podemos escuchar lo que realmente hay dentro de cada persona.
3 - y el convencimiento de que la persona vestida con la ropa de deportista que me identifica, era quien yo decía amar... me hizo poner en alerta que hay el riesgo de proyectar en otros lo que nosotros deseamos y amamos. Y si bien el hábito no hace al monje, lo exterior nos atrae o genera rechazo, llevándonos a relaciones superficiales.
Con el tiempo he cultivado escribir: como me veo hoy, con dones, límites y sueños, compartiendo lo más sinceramente mi interior, con las personas que me relaciono. Para que conozcan por dentro quien hoy estoy siendo. También busco conocer estas tres realidades en mis amigos.
Cuido de no relacionarme con las personas según su modo de vestimenta. Toda ropa ocultan y muestran modos de ser, que sólo se descubren en relaciones humanas.
Y doy mucha importancia a escuchar las miradas, las manos, abrazos... hablan del Alma de la persona. Miro a los ojos, ofrezco mis manos y abrazos, a las personas con las cuales quiero presentarme: desnudo como realmente hoy estoy siendo...
En ese ir aprendiendo a Amar, voy descubriendo que el Amor tiene distintos colores y es el tejido de relaciones diferentes lo que nos hace vivir Amando y siendo Amados.Lo contrario al Amor es la posesión o dependencia, pero como somos seres en RELACIÓN, necesitamos bandadas de pertenencia. Esa relación se cultiva, exige tomar opciones ... que nos da habitantes en el corazón y sabemos que habitamos en el corazon de otros...
Nacho