Observando el modo y el porque del trabajo de una persona o un grupo se puede descubrir parte de su espiritualidad.
El porqué y por quién trabajo, deja de manifiesto mis sentimientos hacia personas y hacia las cosas materiales.
Hace unos cuantos años un 1º de mayo se lograba: el justo derecho de trabajar 8 horas de vida pública y familiar, restando 8 horas para el descanso.
Quizás sería bueno preguntarnos por nuestra actitud hacia el trabajo, nuestro porqué lo realizamos.
Que mejor festejo que hacer una buena evaluación de nuestras actividades laborales.
La Espiritualidad de una persona está en EL SENTIDO QUE TIENE SU VIDA. El deseo profundo que surge de su interior.
También el 1º de mayo celebramos la fiesta de San José Obrero, el papá adoptivo de Jesús.
En él encontramos un sentido espiritual del trabajo como padre y como trabajador manual.
Era un hombre que tenía el deseo de formar una familia. De tener su esposa y sus hijos .Su casa y lugar social.
El misterio de los acontecimientos de la vida, del bien y del mal que realizamos las personas, el actuar de Dios en la historia: le desdibujó sus proyectos.
Teniendo que elegir la nostalgia de lo perdido o poner amor en los nuevos caminos.
José asume la nueva realidad que se le presenta. Tomando como esposa a una mujer madre soltera. Transformándose en padrastro de Jesús. Con todo el entorno social de pobreza, persecución.
La palabra bíblica de este domingo nos presenta a los primeros discípulos encerrados, con miedo, después que el proyecto de vida que había construido junto a Jesús se destruyó por la muerte de este en la cruz.
Dios, se manifiesta con sus cicatrices y los impulsa a que estos hombres y mujeres superen el miedo a la muerte. Asumiendo el compromiso con la Verdad y la Justicia, el amor a los más débiles. Ahora tienen un nuevo y definitivo horizonte: la resurrección. Nacho
¿Cuál es nuestro horizonte?
¡Felices los que no han visto, pero creen! (Juan 20,19-29)
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