martes, 18 de julio de 2017

“Ser una luz de esperanza para quien la necesita”

Siempre es difícil para TODOS recuperarse,
pero doblemente difícil es cuando somos mujeres...
Nos cuesta creer en nosotras mismas,
cuesta más que crean que volvemos a estar limpias...
Siempre en la educación al varón se le perdona más fácilmente... pero SI PODEMOS

Entrevista a los esposos Nicolás Parreira y Daysi Zaracho, 
responsables del Grupo Esperanza Viva (GEV)
 de Uruguay, en Montevideo.
- ¿Qué son los Grupos Esperanza Viva, GEV?
- Nicolás: Los GEV son una extensión de la Fazenda que acompaña a los que van a entrar a la Fazenda y a sus familias; sigue acompañando a las familias de los internos y también es el lugar donde se siguen reuniendo los que salieron después de terminar su caminata de un año en la Fazenda. También recibimos a familias que están buscando ayuda.
- Muchas veces la familia busca ayuda, pero el hijo o el familiar no reconoce que tiene un problema, no quiere ayuda ¿hay algo que pueda hacer el GEV?
- Nicolás: El papel del grupo es muy importante cuando una familia quiere ayudar a su hijo adicto y el hijo no quiere. La gente no sabe cómo se maneja la droga, no sabe cómo sacar al hijo o al familiar de esto. Entonces, lo que intentamos hacer es orientar a la familia. Los invitamos al grupo, les explicamos cómo funciona la Fazenda. Les ayudamos a entender muchas actitudes del hijo, porque muchas familias no entienden lo que pasa con su hijo. Piensan que lo que hace lo hace por malo, lo hace porque no los quiere. Sin embargo, todo tiene un porqué. Ayudamos a las familias a entender lo que está pasando y tratamos de darles herramientas, porque muchas veces las familias hacen cosas que no ayudan a sus hijos, incluso que terminan haciendo peor esta realidad. Nadie nació sabiendo; nadie nació sabiendo ser papá o mamá. La sociedad cambió, cambiaron muchas cosas. Tratamos de ayudar a entender para poder actuar mejor.

 - Decías que hay también un acompañamiento a los que van a entrar y un acompañamiento a los que ya hicieron su camino en la Fazenda.
- Nicolás: A los chicos o chicas que van a entrar los orientamos para que sepan de antemano lo que se hace y lo que no se hace en la Fazenda. Buscamos que vengan preparados, que no sea todo una sorpresa.
Acompañamos también a quienes salen, porque la sociedad hoy en día es cruda… no es mala, porque hay mucha gente buena, pero ellos salen de un entorno que se da en la Fazenda, que es todo paz, oración, comunión, compañerismo, hermandad y se encuentra con la realidad de que la calle muchas veces no es así.
Lo que intentamos con el GEV es acompañar a esos jóvenes que ya están afuera, luchándola día a día, para que salgan adelante… porque es muy tentadora la propuesta que hay en el mundo hoy en día… es tentador descarrilarse, es tentador recaer, es tentador mentir… hay muchas, muchas tentaciones. Nosotros intentamos siempre ayudar a mantener encarrilada la vida hacia donde ellos eligieron. Porque esto es un camino, un camino de vida que nosotros elegimos. Yo también, porque yo también tuve problemas con adicciones. Es un camino que tenemos que renovar todos los días. Para eso existen estos grupos, porque tampoco podemos ir a la Fazenda todos los fines de semana.
Nosotros no estudiamos psicología, no estudiamos nada. Nosotros nos guiamos por la Palabra de Dios. Él es nuestro referente y Él es el que nos ayuda a ayudar a estas familias y a estos chicos y chicas que están adentro de la Fazenda. Es esa la referencia que tiene la Fazenda de la Esperanza y la que ha funcionado desde hace casi treinta y tres años.
- Daysi, ¿cómo fue que entraron en este camino, cómo llegaron a este servicio que ahora están prestando?
-Daysi: Nosotros hemos estado viviendo dentro de la Fazenda. Nicolás estuvo primero en su año de recuperación y luego cuatro años en servicio. Yo estuve cuatro años como voluntaria, nunca tuve experiencia con drogas.
Así es que tenemos una experiencia que puede ayudar mucho tanto para quienes están adentro como para las familias que vienen buscando ayuda; a veces, totalmente desconcertadas y ni siquiera tienen noción de lo que está pasando. Nosotros los recibimos, buscamos ser familia, hacer unidad… ¡y estamos yendo bastante bien! pero ninguna de las cosas que hacemos son mérito nuestro sino méritos de Dios. Y nos ponemos a disposición de quien esté buscando ayuda.
-  A mucha gente le cuesta entender que haya personas que estén dispuestas a hacer algo por los demás… algunos dicen, “bueno, si tenés tiempo y querés dedicar algunas horas en la semana, bueno, puede ser” pero cuesta entender que alguien ingrese voluntariamente a la Fazenda para estar allí siete días a la semana, 24 horas por día… ¿Qué fue lo que te llevó a vivir cuatro años en la Fazenda?
- Daysi: La única explicación que puedo encontrar es que Dios se valió de una persona para que yo pueda conocer la Fazenda y desde allí se fueron dando todas las cosas. Desde afuera fui muy cuestionada durante esos cuatro años, pero es algo que no sé cómo explicarles. Hay que experimentar el amor de Dios: yo conocí el amor de Dios y su Misericordia. Por más que crecí en una familia muy católica, fue allí donde encontré a Dios, donde comencé a vivir la Palabra concretamente y me enamoré del Carisma de la Fazenda y es lo que sigo haciendo.
No es fácil ayudar a personas con adicciones: en la Fazenda tenemos alcohólicos y alcohólicas, las chicas y chicos adictos, las jóvenes con bulimia, depresión… son muchísimas enfermedades que muchas veces ni ellos entienden… ni siquiera tienen la culpa de haber entrado en eso. Sentí que yo, sin tener ninguno de esos vicios podía estar adentro y experimentar la caricia de Dios.
- ¿Qué le dirían a una familia que tiene un hijo o hija con adicciones y que no sabe dónde empezar? ¿Cuál puede ser un primer paso?
- Daysi: Si hay alguna familia o algún amigo que tiene alguien cerca con este problema, lo primero que le digo es que Dios es tan misericordioso que suscita lugares y personas para este tipo de casos. Nuestro grupo se reúne todos los viernes y encantados los esperamos. Que no tengan miedo ni vergüenza de acercarse. La idea es ser familia, ver a Jesús en medio y ayudarnos por sobre todas las cosas.
- Nicolás: A las familias que creen “a nosotros no nos va a pasar”, “está todo bien”, quiero que sepan también que esto no tiene clase social… está por fuera de todo, ya está instalado en el mundo y el problema no es la droga. La droga es un escape que hoy en día está disponible. Tampoco se trata de repartir culpas. Esto es mucho más profundo que echarnos la culpa. Hay que tener la humildad de pedir ayuda, y pedir ayuda en el lugar correcto. Hay muchos lugares y muchos centros de ayuda, pero es bueno informarse bien, saber qué es la adicción, entender el problema. Nosotros estamos ahí. Siempre van a ser bienvenidos. No está todo perdido. Intentamos todos los días dar una luz de esperanza a quien lo necesita.

Grupo Esperanza Viva (GEV) 
Parroquia San Antonino Caraguatá esquina Cufré,
 Montevideo (cerca de Bv. Artigas, 
relativamente cerca de Tres Cruces)
Todos los viernes, a las 19 horas.

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