Con el
calor, ando con calor.
Con el calor
de profundos encuentros,
los de mi
historia, los del año,
y los encuentros
previstos para días venideros…
Con el calor
de la tristeza escondida.
Tristeza que
no es aceptada en estos días,
la de quiere
estar con personas
que están y estarán
en otro lugar lejano…
Con el
calor, de encuentros y desprendimientos.
Ese es
nuestro fuego:
lo encontrado
y lo dejado,
relaciones
cercanas, y lejanas somos…
Con el calor
de afuera y de adentro acá estoy.
Queriendo
compartir un saludo de navidad,
para ustedes
los que son calor de encuentro,
y los que
siento el calor del desprendimiento…
Con calor estoy
junto a mi madre querida.
En pleno mediodía,
se le dio
por carpir el patio,
limpiarlo en
la previa a la navidad…
Con todo el
calor nos pusimos a trabajar al sol.
Me había acostumbrado
a los yuyos,
no habiendo
contemplado las flores,
en su patio,
que también es el mío…
Con el calor,
yo andaba en otras cosas.
Mi madre,
como María,
inspirada por
el Espíritu Santo,
me invito a
hacer lugar para Jesús…
Con todo el
calor, Jesús quiere nacer.
Nacer en
cada uno de nosotros,
en nuestro
patio interior limpiando los yuyos,
alimentándonos
con néctar de flores…
Con todo el
calor, me puse a carpir.
A la hora de
la siesta,
puse la
mirada en mi patio interior,
aparecieron
hechos y deseos…
Con todo el
calor, me retire a solas.
En lo que voy siendo, encontré flores,
disfrute de
su néctar como colibrí,
encontré yuyos
a carpir…
Con todo el
calor, hoy es navidad.
Junto a María
mi madre,
como José
cuidando de Jesús
que es
nuestro ser profundo…
Con calor de
recuerdos y deseos de encuentros.
Este es el
regalo recibido, este es el regalo compartido:
contemplar nuestro
patio interior,
haciéndole lugar
a Jesús…
Con calor,
ser pesebre viviente hoy.
Como María,
como José,
hacer lugar
para que siga naciendo Jesús,
que es
verdad, misericordia, libertad, solidaridad…
Con el calor
del disfrute y la carpida.
Contemplar
agradecidamente cada flor de nuestro jardín,
de nuestra
vida, y de los otros,
que también somos
nosotros…
Con todo
este calor, es buen tiempo para carpir.
Carpir los
yuyos que no dan lugar a lo de Dios,
esos que
nacen ahí, donde hay huecos, donde falta algo,
en nuestro
patio interior…
Con calor,
es bueno ver los huecos.
Limpiarlos
de los yuyos, y no
llenarlos de cosas materiales,
es justo ahí
en los huecos que nacerá Jesús,
si le damos lugar...
Un abrazo
Dora y nacho
Después de
esta,
permanece el calor de los encuentros,
se fue el
calor de las añoranzas,
y se suma el
calor de la esperanza
“Lo mejor está
por venir”…
dejémosle un
huequito en nuestro patio interior,
en nuestra
agenda,
en nuestros sueños,
en nuestra soledades
y encuentros…
despues de esta......florece mi jardín....gracias...y...eterna navidad!!!!!!!!
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