SOMOS LOS COLIBRÍES:
Albañiles
del Reino en Construcción, al Servicio del Creador.
Cada cual viviendo su
Nazaret en su lugar. Unidos por la oración, las redes sociales. Cuando alguien es inspirado por el Espíritu nos
convoca y algunos vamos al encuentro en nombre de todos/as.
Reino que
son los espacios de cotidianeidad donde nace, crece, muere y resucita: el ser y
lo comunitario, la fraternidad, la
verdad, la misericordia, la justicia, el
amor… la vida.
Albañiles
con diferentes dones al servicio del arquitecto, el creador, el constructor: El
Espíritu.
Albañiles, unidos
por una misma utopía, un mismo evangelio. Cada cual en su lugar, siendo colibrí,
intentando recoger néctar de otras flores, sumándolo al tejido en construcción.
Siendo flor que comparte su aroma, con formas y colores diferentes, en bien del
jardín donde está sembrado (reconociéndonos y aceptándonos con nuestras
espinas).
Albañiles
que cada tanto algunos de nosotros, en algún lugar, es inspirado a convocar a
todos, a un encuentro. Donde algunos de nosotros participamos haciendo presente
a muchos. Y ahí, misteriosamente se dan
los signos de su reino: multiplicación de abrazos, de comprensión, de
reflexión, de fiesta, de alimentos, de esperanza.
Albañiles,
que pertenecemos a distintas familias, generaciones, culturas, grupos. Que no
tenemos que dejar de ser lo que somos, para ser colibrí. Cada uno participa con
su historia, sus relaciones, sus banderas, sus colores. Juntos somos una
bandera formada por muchas banderas. Que en cada encuentro es diferente, porque
diferentes somos los que participamos.
Albañiles
que estamos aportando a la construcción de su Reino. Sin saber muy bien hacia
dónde vamos, ni como nos organizamos hoy y mañana. Ningún albañil posee el
plano de la obra en construcción. Simplemente cada uno escucha la propuesta de
su conciencia y de las necesidades grupales: de lo que aquí y ahora está
invitado a aportar… Nada más ni nada menos...
Albañiles
que no conocemos el mañana, y reconociendo nuestras fragilidades queremos estar
dispuesto al misterio de su proyecto de vida, que es capaz de crear lo
imposible con nosotros y otros albañiles con su historia imperfecta… Aquí
estamos aportando a tu reino, buscando tu voluntad…
… El mañana
solo Dios lo sabe. Vamos bien sin saber hacia dónde vamos, confiados en el arquitecto
de esta obra…
Nacho
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