Agustina y Maxi, hicieron su primera comunión ya jóvenes, (hace dos años) y estuvieron dispuestos a la misión... Ya van unas cuantas por las comunidades parroquiales de Ramón Trigo, Rincón de Pí, Cuchilla Grande, Fraile Muerto, Cerro de las Cuentas…y en las misiones en la propia comunidad de Toledo, en el grupo de jóvenes, la remodelación de la capilla, los eventos, el mes de María. Este mes fueron a Tupambaé, a Tres Islas, a compartir y celebrar con esas comunidades.
Pocha, cuando niña soñaba ser religiosa MISIONERA. Se casó joven, tuvo hijos que ahora son mayores. Trabajo en un tambo, cuidando enfermos, solidariamente con adolescentes y jóvenes en situaciones difíciles, integra una murga… El año pasado enviudó, de quien estaba separado por el problema del alcoholismo… Y después de ser misionera en la familia, en el barrio y comunidad, a los 50 años Dios la llama a una misión «Ad Gente», tendiendo puentes entre culturas, países e Iglesias.
Para que el vuelo sea verdadero, la integración a una comunidad es clave para el encuentro con Jesús. Quien primero nos ayuda a ponernos de pie, relacionándonos con otros, después nos propone hacer pequeños vuelos, servicios, y después a SU HORA nos puede sorprender algún vuelo lejos...
Ellos van continuando el tejido que ya está entre Uruguay y el Chaco Boliviano – Guaraní, por parte de las Hermanas Franciscanas del Verbo Encarnado. En este momento hay dos uruguayas de Fraile en Bolivia: Rosa y Graciela. Van continuando el primer envió que hizo Monseñor Luis del Castillo a Nacho, para tender puente «tierra adentro» con una Iglesia, que aún nos Diócesis, es Vicariato… Van enviados y acompañados por las comunidades y familiares.
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