En aquel
tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores, pecadoras… para escucharlo.
Jesús, para escándalo de de los que se consideraban
buenos religiosos, Jesús recibía y compartía la mesa que era signo de amistad
con las y los pecadores…
Al no ser
entendido Jesús, les comparte la hermosa parábola del PADRE MISERICORDIOSO, la
llamada parábola del hijo prodigo.
Entonces este
fin de semana estamos invitadas/os cada uno de nosotros/as a ubicarnos en esa parábola:
1) Me he
retirado de Dios Padre alguna vez?
Como me he
sentido?
2) He creído
que Dios me recibe de regreso?
He experimentado
el abrazo misericordioso de Dios?
3) Que he
sentido cuando otro regresa y es perdonado?
He hecho
fiesta?
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